Loren Goldner y Raúl García Durán
Poco podíamos pensar en este artículo hace 15 años, cuando la transición dependía del reconocimiento o no del PCE, y cuando el replanteamiento teórico que significaron las luchas de los 60 planteaba a buena parte de la izquierda, como principal tarea, la crítica al funcionamiento burocrático heredado del estalinismo.
Hoy el modelo soviético ha pasado a la historia, los PC buscan desesperadamente una salida y la izquierda oficial que parece reducirse a algo que entonces casi ni teníamos en cuenta en los análisis, la socialdemocracia. Paradógicamente, la crisis de la opción burocrática ha ido acompañada de la crisis también de sus principales críticos. Hemos aprendido que la crítica tenía que ser más radical, de raíz, que la realizada por determinadas fuerzas ( troskismo, ilusiones izquierdistas de ciertos maoismos), que la “izquierda” tiene que implicar de hecho otra forma de hacer política, pero no por ello es menor la crisis de las fuerzas que tradicionalmente reclamaban ésta, el otrora poderoso en nuestro país1 anarquismo, las corrientes conséjistas e incluso las corrientes antiburocráticas en el seno del PCE.
¿Qué ha ocurrido?, ¿Ha de ser definitivo el adiós al proletariado? ‘Carece realmente ya de sentido la izquierda no socialdemócrata tal como se nos pregona?. No podemos, desde luego, en un pequeño artículo como éste responder a estas preguntas, pero sí queremos dar algunas pinceladas, a la luz de dos procesos poco tenidos en cuenta y poco relacionados entre sí.
A. La consolidación y reproducción (con cambio) del capital a través del paso, desigual, de su dominación formal a la dominación real.
B. Como ello se va manifestando en el estado español en una ya vieja reivindicación de “modernización”, precisamente la que da al PSOE su fuerza. Somos conscientes de que el artículo, en cuanto parte de una interpretación global aplicada a una realidad concreta, será muy desigual (máxime cuando por razones de espacio tendremos que dejar la concreción en el caso español para una segunda parte a publicar en el próximo número), pero creemos que estamos necesita dos de discusión de este tipo de interpretaciones globales y es ésto sólo lo que pretendemos. La muerte del marxismo nos ha de servir para clarificar cómo, en qué y por qué Marx dijo que no era marxista. Dividiremos en cuatro nuestras consideraciones en esta primera parte teórico-introductoria:
1. La primera lengua a la que fue traducido El Capital, fue, en contra de las previsiones del propio Marx, el ruso, y fue entre la inteligencia revolucionaria rusa, populista, donde Marx encontró sus primeros y más interesados lectores, en contacto con él ya en 1879, lo cual nos proporciona una interesante y nada “marxista” correspondencia de Marx (principalmente las cartas a Vera Zasulich) en la que, entre elogios a la comuna agraria tradicional, se plantea la posibilidad histórica que tiene Rusia de ‘saltar” al comunismo sin pasar por las penalidades que implica el capitalismo (1). Es la socialdemocracia alemana, y tras ella Lenin, quien planteará el que sólo existe una vía de desarrollo histórico, que el socialismo sólo puede ser la consecuencia del capitalismo desarrollado de forma que hay que llevar a éste a sus últimas consecuencias, al capitalismo monopolista, “antesala del socialismo”. Marx se explícitamente la necesidad de análisis de las posibilidades revolucionarias fuera del capitalismo desarrollado (2) y en concreto la posibilidad de revolución en Rusia sin una revolución simultánea en el oeste intuyendo como el destino de la revolución socialista se jugará, no en el capitalismo desarrollado, sino allí donde éste apunta, necesita desarrollarse. Entre los teóricos de la II Internacional sólo R. Luxemburgo y A.Pannekoek continuarán esta perspectiva al interesarse en los movimientos de resistencia en las colonias.
No se trata de comparar la historia rusa con la española, pero sí que son muchas sus analogías, entre ellas e mantenimiento de una cierta tradición ” comunal” precapitalista. Para usar palabras modernas y muy queridas por algunos, el peso de su Imperio hace perder a España el “tren del desarrollo” capitalista y a en el momento en que éste se forma y ello influye en el conjunto de nuestra situación social, y en el propio desarrollo del movimiento obrero. No es difícil de encontrar la relación entre la cultura política creada por el nacimiento del capitalismo en Inglaterra y la mentalidad “moderada” desarrollada en las Trade Unions tras la derrota del cartismo o entre el jacobinismo de la revolución francesa y la obsesión por e! estado en el socialismo francés bajo Guesde y luego en el PCF, o entre el despotismo ilustrado prusiano del s.XVlll y la mercantilista socialdemocracia alemana; pero nada de esto sucede en nuestros lares y así aquí el desarrollo del movimiento obrero podrá entroncarse con una rica y milenaria herencia cultural (de Averroes a R.Llull) no del todo destruida por la unificación del Estado y por el hoy mal celebrado 1 492 ni absorbida por la débil revolución burguesa, temerosa precisamente de un movimiento obrero de claro contenido revolucionario. Aunque menos
explícitamente anticapitalista que no expresión de la rebelión contra las formas tradicionales de dominación. Es de Andalucía a Catalunya, y no al revés, como se extiende el anarquismo… (3).
2. El tardío capitalismo español empieza a consolidarse cuando el capital tiene su primera gran crisis moderna, 1871, y su retraso es, principalmente, en los aspectos propios de la respuesta del capital a esa crisis, respuesta que significa: a) la reestructuración del desarrollo a escala internacional (emigración de miles de campesinos en Europa, extensión imperialista) y b) importantes transformaciones internas, Lenin (El Imperialismo fase superior del capitalismo) teorizará parte de estos cambios, pero dejando de lado un elemento esencial el paso de la acumulación extensiva a la acumulación intensiva, en la terminología de Marx el paso de la dominación formal a la dominación real por el capital (4): el capital reduce el trabajo obrero a su forma abstracta totalmente intercambiable, sometiendo de hecho, con ello, directamente al movimiento obrero. La primera revolución industrial había significado el quitar al obrero su oficio, el ” robo de la inteligencia obrera ” (5), la respuesta del capital a la crisis de 1 871 amplia este robo quitando ahora al obrero su tiempo y con ello su personalidad fuera del trabajo (6) y su capacidad de gestión (7). El taylorismo será el nuevo gran instrumento del capital y su introducción en la empresa soviética, es una buena muestra de las limitaciones del análisis leninista, de la idea del desarrollo mitificado de las fuerzas productivas considerado como desarrollo técnico, neutro, siempre positivo (8).
El proceso se completará con la respuesta del capital a su segunda gran crisis, 1929, combatida a través de: a) una nueva reestructuración del desarrollo mundial (GB cede su hegemonía a los EE UU); b) la culminación del taylorismo en el fordismo, con su consecuencia, el consumo de masas (ampliación del sector II); c) el refuerzo de la alienación obrera con el desarrollo de los medios de comunicación de masas (9); d) el incremento y cambio cualitativo del papel del Estado (keynesianismo).
Es en el paso a la dominación real del capital donde hemos de encontrar la clave, a nivel general y en nuestro estado, del fracaso comunista y el auge socialdemócrata. Resumamos ese paso en un esquema en 20 puntos, en un artículo como este no podemos entrar en mayor detalle, en la segunda parte del artículo ilustraremos nuestra tesis con el ejemplo español!
Dominación formal – Acumulación extensiva | Dominación real – Acumulación intensiva |
Colonialismo | Imperialismo |
Plusvalía absoluta | Plusvalía relativa |
Robo del oficio obrero | Fin de todo control obrero |
Luchas por reducción jornada | Proceso de trabajo técnico |
Ataque a los sindicatos | Tolerancia y promoción de estos |
De campesinos a obreros | Expansión sector servicios |
Clase obrera marginal | Trabajo como interés común |
Capitalismo liberal | Concentración, regulación |
Papel secundario capital financiero | Hegemonía de éste |
Capital en bienes de equipo | Activos financieros/bienes raíces (10) |
Patrón oro | Dinero crédito |
Escaso consumo estatal (en % PNB) | Estado principal consumidor |
Parlamentarismo | Burocracia estatal |
Papel reducido del ejército | Militarismo, complejo militarindustrial |
Profesiones liberales | Profesionalismo técnico |
Propiedad directa | Posesión |
Transferencias beneficios desde las pequeñas empresas | Diferenciación salarial interna |
Ideología liberal | “Hombre unidimensional” |
No educación obrera | Cultura de masas |
Urbanización | Suburbanización |
Dos son las consecuencias principales de estos 20 puntos: a) cambios en la propia estructura de clase: desarrollo de las capas tecnoburocráticas tanto en la empresa como en el Estado y ataque a la consolidación para sí de la clase obrera (es un tema que tocaremos sólo lateralmente pero que está en el fondo de todo lo expuesto) y b) integración de las organizaciones obreras, nuestro principal centro de interés en este artículo…
3. Una de las principales limitaciones del pensamiento marxista, que no marxiano, es el considerar el desarrollo capitalista no sólo como lineal sino como nacional: la única y misma línea de desarrollo se iría siguiendo en cada país, a diferente ritmo. No hay tal. El paso de la dominación formal a la dominación real es un proceso global, internacional, no sólo con diferentes ritmos sino con diferentes concreciones de las que surge ese proceso global. Lacompresión del tercer mundo como capitalismo de periferia nos lo ha mostrado suficientemente y los mismo ocurre dentro del capitalismo de centro. Este no es homogéneo. Sin pretender un modelo explicativo del conjunto, centrándonos en nuestro objeto de reflexión, podemos señalar tres componentes diferenciados:
a) El auténtico epicentro del desarrollo global, los países que marcan el paso a la dominación real: GB, luego Alemania y EE UU, hoy éstos, Japón y Europa como unidad.
b) Países a remolque de los anteriores, con desarrollo capitalista menos estructurado internamente a nivel de todo el país: sólo después de 1945 podrá hablarse realmente de dominación real. Ejemplos: Francia e Italia.
c) Países de capitalismo tardío, con persistencia de las relaciones precapitalistas. Hemos señalado los ejemplos de Rusia y España.
Ello dará lugar, respectivamente a:
En a) Predominio de las organizaciones obreras “integradas” en la dinámica del capital. Aunque en algún caso, como la socialdemocracia alemana, con la suficiente fuerza como para ser derrotadas sólo mediante el recurso a la represión (nazismo). EI paso de la dominación formal a la real, allí donde queda culminado hace pensar al movimiento obrero en un paso pacífico al socialismo al confundir éste con la culminación de la nueva dinámica del capital. Ello es lo que da lugar a la socialdemocracia, de uno y otro color.
En b) Predominio de los Partidos comunistas, de la orientación más estatista del movimiento obrero: el Estado sería el encargado de compensar la debilidad del capital en el proceso global de desarrollo y el movimiento obrero (aunque con planteamientos más radicales) igualmente atraído por la dinámica “modernizadora” volvería sus ojos también hacia el Estado…
En c) Contenido más directamente revolucionario, global y no específicamente anticapitalista del enfrentamiento. Es lo que señalábamos en el punto 1. Es de aquí de donde surge el rompimiento radical con la socialdemocracia que da lugar al movimiento comunista, pero la mitificación leninista del “progreso”, de la “modernización” lo lleva hacia el estatismo, hacia el segundo modelo, el socialismo serán “los soviets más la electrificación”, es decir, el mismo modelo de desarrollo técnico y organizativo (taylorismo incluido) controlado por el “Estado obrero”…
4. El estatismo en que ha quedado convertido el movimiento obrero radical (el estalinismo es su culminación) perderá todo sentido tras la crisis de 1973, cuando la dominación real se amplía al conjunto del centro, define a una economía ya mundial, de aquí su lenta evolución (eurocomunismo) hacia los planteamientos socialdemócratas hasta su definitiva sustitución por éstos.
En realidad no sabemos muy bien aún hacia donde vamos (no está clara aún la nueva fase del capital, el grado alcanzado en su transformación), pero nos arriesgaremos a repasar en la nueva fase probable los 20 puntos de nuestra definición resumen (a comparar):
1. Internacionalización ya global, no sólo de los mercados y financiera, sino incluso del proceso productivo. Modificación de la división internacional del trabajo. Países subimperialistas. Nueva correlación defuerzasy lucha por la hegemonía.
2. Combinación plusvalía relativa (trabajo tecnif icado en elcentro) y plusvalía absoluta (países subimperialista, flexibilización del mercado de trabajo con formas de contratación que anulan las conquistas obreras).
3. Incremento de la barrera de clase entre el trabajo intelectual y el manual. Las nuevas tecnologías atacan fundamentalmente, suprimiendo su necesidad, al trabajo manual cualificado.
4. Marginalización del mercado secundario de trabajo (no cualificado).
5. Institucionalización de los sindicatos como aparato de Estado. Pacto social con la burocracia sindical como medio de regulación.
6. Desarrollo aún mayor del sector servicios dividido en un sector de servicios improductivos (empleo mercado de trabajo secundario) y un sector técnico superespecializado.
7. Jerarquización como elemento central. El interés común se concreta en que cada uno acepte estar en su sitio (aunque con intentos de subir).
8. Control de la actividad económica por la gran empresa multinacional, aunque completada y flexibilizada por las empresas, en general pequeñas, del sectortécnico superespecializado.
9. Refuerzo del capital financiero, pero integrado, no por encima, de la gran empresa multinacional, como una actividad más de esta.
10. Importancia acelerada de la especulación financiera.
11. Reforma, pendiente, del sistema monetario internacional.
12. Crisis fiscal del Estado, búsqueda de nuevas formas de intervención estatal (el neoliberalismo no niega el papel reguladorplanificador del Estado).
13. Managerización de la burocracia estatal, funcionamiento de la administración según criterios
de rentabilidad.
14. No disminución de la importancia del poder militar, aunque con la duda de que es lo que ocurrirá con la carrera de armamentos.
15. Jerarquización, tecnificación y especialización del trabajo intelectual.
16. Delimitación de una cúspide gestora de la empresa (fusión cúspide managerial y técnica intercambiable con la cúspide gestora de la administración pública).
17. Apropiación creciente del excedente vía diferenciación salarial, principalmente por la cúspide gestora.
18. Hombre “competitivo”: cierta movilidad social, para ello.
19. Ideología de la profesionalización. Todos somos profesionales, cada uno en su escalón en la jerarquía, y hemos de ser “buenos profesionales” para poder subir.
20. Conflicto racial en la suburbanización. Competencia entre los trabajadores autóctonos descualificados y los trabajadores emigrantes.
Resumiendo aún más: incremento del papel del conocimiento (tecnificado, especializado, jerarquizado) y aumento de la división de la clase obrera (jerarquización, división cualificados/mercado secundario, división racial). La sociedad tecnoburocrática se consolida, con hegemonía económica del mercado. Con dos posibilidades políticas, dos posibles modelos, el neoliberalconservador (mayor importancia aún del beneficio en la apropiación del excedente, mantenimiento de la estratificación social existente, confianza en la mera competencia por el ascenso como mecanismo de estabilidad social, formas políticas autoritarias y represión de los nuevos movimientos sociales) y el socialdemócrata (apropiación del excedente básicamente mediante diferenciación salarial de la cúspide, mayor movilidad social individual, necesidad ineludible del pacto social, mayor tolerancia política e intento de integración de los nuevos movimientos sociales). El predominio del primero es evidente, arrastrando claramente al segundo, pero no está claro lo que es meramente coyuntural y lo que será definitivo en la nueva “estructura social de acumulación”: la socialdemocracia puede intentar jugar el papel de expresión de la racionalidad científicotécnica por encima de la lógica pecuniaria del capital. Lo que si creemos queda claro es la no posibilidad de alternativa la modelo tecnoburocrático dentro de las premisas que han dado lugar a éste. No hay posibilidades de un ‘socialismo estatal” ni de una salida socialista a partir de la misma lógica científicotécnica. De aquí el fracaso del “socialismo irreal”. Aunque tampoco la realidad es la balsa de aceite con que la ideología oficial ha presentado la desaparición del Este, la crisis de los PC y los proyectos de “transición a la española”. Dos tipos de contradicciones básicos:
–De ninguna manera está resuelta la nueva división internacional del trabajo, pueden haber claros conflictos por la hegemonía, y principalmente no está resuelta aún, ni en vías de solución sino de agravamiento, la situación del Tercer Mundo. Hasta ahora la exportación vía Estado postcolonial del modelo tecnoburocrático ha frenado la explosión, pero en la situación de lucha por la hegemonía la reivindicación de mayor papel por las burocracias periféricas es inevitable (la reciente, que no última, guerra del Golfo es buena prueba de ello). ¿Es posible por otra parte en un mundo de consumo cada vez más ostentoso mantener, y aumentar, la miseria de la mayor parte de la humanidad? Hemos visto los conflictos que ha significado la extensión de la dominación del capital a la periferia europea (revolución rusa, guerra civil española), ¿qué ocurrirá a nivel de periferia mundial?
–El capital tecnoburocrático ha integrado “para sí” a la clase obrera, pero no ha resuelto desde luego su situación “en sí”, como expropiada de una parte de la riquezas por ella producida.
–Creando además un modelo de sociedad de ninguna manera satisfactorio, que ha generado nuevas contradicciones (autodestrucción ecológica, autodestrucción de la estabilidad emocional individual) y que es incapaz de atender a las nuevas reivindicaciones fruto de que, pese a todo, es un avance en la “civilización”: fin de la dominación sobre la mujer, deseos de superación de una vez por todas del militarismo, aritiautoritarismo…
–Es evidente, por otra parte, el detrimento de la cohesión social por la exacerbación del corporativismo y el individualismo: corrupción…
¿Qué pasa, en esta situación, con la izquierda? La crisis, la sensación de vacío, es, desde luego, total, pero, si es cierto lo que hemos expuesto, ¿es realmente así? La crisis es la crisis de la opción estatalista, de la vía de respuesto hacia la dominación real del capital. El proceso de internacionalización pone de nuevo en candelero a la periferia y por tanto, quizás, la capacidad creadora revolucionaria, a la que pueden dar además nuevas luces los movimientos sociales contestatarios del centro (feminismo, ecologismo, antimilitarismo…). Sería peligroso caer en un claro ideologismo subjetivista, pero conviene también saber evitarlas trampas desmovilizadoras propias de la dominación real, del pragmatismo como la más tramposa y conservadora de las ideologías…
Notas:
(1) “Si Rusia continúa en el camino en que se embarcó en 1861, tendrá las mayores posibilidades que la historia ha ofrecido a un pueblo sin tener que pasar a través de las pesadas vicisitudes del régimen capitalista”. Carta de V.Zasulich en M.Rubel (cd): MarxEngels. Die russische Kommune. Munich. 1972. Véase sobre el tema, en castellano: T.Shanin, El Marx tardío y la vía rusa. Ed.Revolución. 1990.
(2) “Estaes, para nosotros, la pregunta difícil: en el continente la revolución es inminente y asumirá inmediatamente un carácter socialista; pero ¿tenemos que limitarnos a husmear en este pequeño rincón del mundo cuando el movimiento de la sociedad burguesa es aún ascendente en un territorio mucho más amplio?”. Carta a Engels, 8 de octubre de 1858. Citada por J.Camatte: Bordiga et la revolution russe: Russ/c et la necessité du communisme. En Invariance. Año VII. Sede II. Núm. 4. 1974.
(3) Un dato curioso que puede ser significativo de la relación entre la resistencia más profunda, visceral, a la explotación (la que suele expresarse en el cante popular auténtico) y los movimientos revolucionarios: el mapa de a extensión del flamenco por Andalucía, apartir de Jerez, coincide exactamente con el mapa de la extensión del movimiento anarquista. ¿Casualidad?
(4) C.Marx: El Capital: un capítulo inédito. Siglo XXI. 1961.
(5) A.Gorz (cd): Crítica de la división del trabajo. Cuadernos P y P. 1972.
(6) “La actividad atomizada por un tiempo despedazado, es decir, la utilización del hombreen un tiempo que ha dejado de regular, de construir el mismo a lo largo de su actividad productiva, destruye su personalidad (…). Incapaz de producir su propio tiempo tiene cada vez menos que expresar de sí mismo, víctima de una verdadera pérdida de su ser”. W.Grossin: Le travail et le temps. Ed.Antrophos. 1969.
(7) ‘Todo trabajo intelectual debe ser extraído del taller para ser concentrado en los despachos de planificación y organización”. F.W.Taylor: Shop Management. Es. SCMan. 1947.
(8) “Es preciso poner en la orden del día, introducir prácticamente y poner a prueba el salario por piezas; aplicar los numerosos elementos científicos y progresivos que comporta el sistema Taylor” nos dirá Lenin en “Las tareas inmediatas del poder de los soviets”,
(9) Conviene resaltar que en contra de la idea marxista de superestructura la comunicación es un elemento fundamental de la constitución de cualquier sociedad, de su base material de hecho. Véase el conjunto de la obrada Habermas y en concreto y entre nosotros Maim Treaseras: Elregne del subjecte. Per una teoria materialista de la comuniosció social. Barcelona 1987.
(10) Este componente del capital supera al productivo en GB en 1900, en EE UU en 1930 yen España sólo en 1960.