Resumen
El articulo que sigue relata la evolución del núcleo intellectual pre-MNR y del liderazgo futuro del movimiento y de su gobierno post-1952, que empezaron como ideologos anti-semitas, pro-fascistas y pro-Eje a mediados de la década de los años1930 y acabaron como nacionalistas burgueses recibiendo una considerable ayuda de EE.UU. después de 1952. Los dirigentes del MNR, básicamente después de Stalingrado, comenzaron a “reinventarse” en respuesta a la inminente victoria de los aliados, por no mencionar la enorme presión de los EE.UU. en diversas formas a partir ca. 1942.
Por mucho que el MNR se purgó de su filofascismo pasado de moda antes de llegar al poder, quiero presentarlo en el contexto más amplio del corporativismo impulsado por el Estado que se desarrolló en los principales países de América Latina en este período, especialmente en Argentina, Brasil y (de una manera diferente) Méjico en la epoca de Cárdenas.
La siguiente es una demostración de que, contrariamente a lo que piensa la opinion contemporáneo complaciente de izquierda en Occidente, hay una historia en gran parte olvidada de populistas reaccionarios y de movimientos “anti-imperialistas” en el mundo subdesarrollado que son perfectamente capaces de mobilizar a la clase obrera para lograr sus objetivos.
Este contexto poco recordado es tanto más importante para entender la dinámica de los gobiernos populistas de izquierda que han surgido en América Latina desde la década de 1990.
Introducción
El texto que sigue es una historia y análisis de las ideologías fascista y proto-fascista que dieron forma a la prehistoria y la historia temprana del MNR de Bolivia (Movimiento Nacional Revolucionario) de 1936 a su toma del poder en 1952.
Amigos y compañeros que sabian de mi breve (dos semanas) visita a Bolivia en el otoño de 2010 en general han estado esperando un texto criticando el gobierno actual de Evo Morales y el MAS (Movimiento al Socialismo). Eso fue en realidad parte de mi intención cuando fui allí, pero la enormidad de la tarea, la brevedad de mi visita y mis experiencias allí comenzaron a alterar el plan después de mi regreso a los EE.UU. Mi plan de escribir sobre el presente se vio afectado también por el descubrimiento de los excelentes artículos de Jeffery Webber sobre las políticas económicas neoliberales de Morales desde que llegó al poder, hechos sobre la base de mucha más investigación en profundidad y una participación por mucho más tiempo en Bolivia misma que el mio, diciendo más o menos exactamente lo que quería decir , y más (1). Por último, en escritos anteriores acerca de varios países (por ejemplo, Portugal, España, Corea) una ayuda indispensable ha sido siempre encontrar a “mi gente” en esos lugares, y aunque conocí a muchas personas excelentes que dieron libremente de su tiempo y conocimiento, esto no ocurrió como tal en Bolivia.
Pero el impulso detrás de la dirección del artículo finalmente era aun más profundo. Hace mucho tiempo yo estaba profundamente influido por el libro de Jean-Pierre Faye, Langages totalitaires (publicado en Francia en 1972, y sigue siendo escandalosamente no traducida al Inglés), que describe la “oscilación” entre los elementos de la extrema izquierda y la extrema derecha en Alemania entre 1890 y 1933 (personificada en la figura de Karl Radek), el cruce “rojo-marrón” entre el nacionalismo y el socialismo que a la larga produce … el nacionalsocialismo y su opposición más radical, los nacional-bolcheviques. Estos diversos “trotskistas del nazismo” (como los más famosos asociados con el ala “rojo” del partido nazi liderado por gente como Ernst Röhm y Gregor Strasser) fueron masacrados por las SS de Hitler, junto con otros cientos de personas en la “Noche de los Cuchillos Largos”en 1934. (Faye se refiere brevemente en posfacio a un momento “nacional bolchevique” en Bolivia, aunque en la década de 1970, no en el período anterior a la revolución del MNR de 1952.) Hubo tambien la pregunta muy interesante de la presencia por dos años del mismo Ernst Roehm en el Alto Mando del Ejército de Bolivia a finales de los años 1920, que de hecho resultó confirmando mi hipótesis de trabajo aun más alla del esperado. Por último, me di cuenta de que incluso los mejores tratamientos de los fundadores de la primer fase del MNR dieron poca importancia a su momento fascista.
Por falta de acceso a “mi gente” en Bolivia (si de hecho existe), tuve que recurrir a los libros y las discussions que se presentaron espontaneamente. Casi de inmediato me encontré con lo que sería un tema principal, y preocupante, del viaje: la creencia generalizada de que al parecer, el marxismo, la clase, el capitalismo y el socialismo eran conceptos “eurocéntricos”, a los que la sintesis del “plurinacional”, “pachakuti”, de y del “andiño-amazónico” con el europeo–esencialmente la ideología del regimen– es la alternativa real. Parecía, con investigación posterior, ser una variante local de la política de la identidad que había sobrepasado la mayor parte de la izquierda occidental después de la derrota del auge de los años 1960 y 1970.
Si bien este es sin duda la ideología del régimen de Morales y se articula por miembros del personal, locales y extranjeros, del enjambre de organizaciones no gubernamentales de que el régimen parece haber llevado a muchos de su personal, la oí por primera vez hablando con el gestor intelectual de una libreria de La Paz , donde yo iba a comprar volúmenes de la útil (si no siempre políticamente fiable) historia de la clase obrera boliviana del gran trotskysta Guillermo Lora. Lo que fue particularmente preocupante acerca de este “discurso” (para usar una palabra de la jerga repugnante caprichosa contemporánea) era la caricatura completa del Occidente a que la parte indígena de la síntesis se contraponia. Era como si, en la experiencia de estas personas, el “marxismo” zhdanoviano del año 1950 de tipo soviético era todo lo que había encontrado en su vida. El marxismo era “linear” “desarrollista” y apenas distinto epistemológicamente de Newton y Descartes (3).
Octavio Paz describió una vez a América Latina como la “periferia de la historia”, atrapados por razones geopolíticas en una especie de remanso. Yo no quiero exagerar esto, sobre todo porque, en la ley del desarrollo desigual y combinado, el aparente remanso de hoy puede ser la vanguardia de mañana. Pero en las conversaciones con los militantes en Bolivia y Perú (donde también pasé una semana en el otoño de 2010) se puso de manifiesto que casi nadie había oído hablar de los Cuadernos Etnográficos de Marx, extensos escritos de Rosa Luxemburgo sobre las sociedades pre-capitalistas (en su Introducción a la Política Economía (4), los Grundrisse (a pesar de que fue traducido al español en 1972), Ernst Bloch, Korsch, Lukács, el renacimiento de Hegel en el marxismo en general, I.I. Rubin, Bordiga, del comunismo consejista aleman-holandesa, el grupo Socialismo o Barbarie, Guy Debord, Camatte, Dauvé, CLR James o muchas otras figuras que se pueden mencionar del fermento en Occidente desde la década de los años 1950. Rosa Luxemburgo parecía poco conocida, e incluso el trotskismo (la corriente principal de la clase obrera boliviana desde el 1940 hasta la década de los 1980) parecía haber sido en gran parte eclipsada por la perspectiva de los “movimientos sociales” y la pluri-nacionalidad (En el Perú, la izquierda está dominada por el estalinismo y el maoísmo; el trotskismo está en un pobre tercer lugar;. el movimiento Sendero Luminoso está haciendo una reaparición con la acción de guerrillas en el campo y una importante base urbana de seguidores.)
Mucho podría decirse sobre esto, y como yo no era más en estas latitudes que un turista mejor informado de lo normal, no me atrevo a ir muy lejos. Además de la mayoría aymara y quechua, hay aproximadamente 35 “etnias” identificadas en Bolivia, como los guaranís en la región amazónica. Una mujer aymara en Cochabamba me dijo “sí, yo era un militante anarco-marxista durante varios años, pero luego me di cuenta que se trataba de ideas eurocéntricas”. Cuando contesté, con la esperanza de hacerla precisar, que un gran número de los militantes mineros trotskistas de la década de los 1940 hasta la década de los 1980 había sido quechua o aymara, ella respondió que “sí, eso era cierto, pero hasta hace poco la izquierda nunca habló de eso. Para la izquierda, no eran más que trabajadores “.
Es evidente que el punto de inflexión en la historia moderna de Bolivia y el telón de fondo de este giro ideológico fue la evisceración de las minas en el marco del mediados de los años 1980 por el régimen neo-liberal, en los que despidieron el 80% de los mineros de Bolivia y los dispersaron por todo el país (5). Fue una derrota tan grande como la derrota de la huelga de los mineros británicos por Thatcher, exactamente en el mismo tiempo. Muchos de estos mineros se las arregló para volver a establecerse un poco, sobre todo en el gran exurb precario de El Alto, justo por encima de La Paz, donde se centró la guerra de gas de 2005, que se ha reforzado sin duda por su experiencia anterior militante de la lucha de masas (6).
Una triste realidad del viaje, sin embargo, fue la ausencia de Bolivia, mientras yo estaba allí, de Oscar Olivera, considerado por todo el mundo un líder modesto, sin demagogia ni ambicion personal, de las dos guerras del agua (2000 y 2003) en Cochabamba. Antes del año 2000, había sido un militante en una fábrica de zapatos. Su libro, Cochabamba! (7), contiene su relato fascinante de los levantamientos, que acabaron por la constitución de una poder casi “soviet” sobre la ciudad y llogró a detener la privatización de las obras de agua local, un “movimiento social” que acabó por mobilizar casi toda la población. El salvajismo de la ley de privatización fue tal que, además de los aumentos de precios que a veces asciendieron al 20% de los ingresos familiares, las personas con pozos en su propiedad fueron prohibidos de usarlos, y que era ilegal atrapar el agua de lluvia en un barril.
Oscar Oliveira también hizo una crítica mordaz del gobierno de Morales en agosto de 2010 (8), después de haber sido declarado “enemigo” por Morales hace dos años. En el verano de 2010, decidió retirarse de la actividad política, al parecer, profundamente desmoralizado. En ese momento, él era el jefe de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba, una asociación de unos cien lugares de trabajo en la ciudad. Cuando presentó su renuncia por motivos personales, que fue rechazada abrumadoramente por los miembros. En ese momento, Morales intervino, tratando de dejarlo derrocar por los partidarios del MAS en la organización. Ellos se negaron, y ofrecieron a Oliveira una especie de permiso de ausencia, por cual era bienvenido a regresar en cualquier momento. (Al parecer estaba haciendo un viaje personal a Europa.) Oliveira había rechazado la oferta de Morales de una posición ministerial y toda otra gratificacion vinculada al poder del estado, prefiriendo (a diferencia de muchas figuras clave de la lucha 2000-2005) para quedarse con la base.
Aunque me perdí la oportunidad de conocer a Oliveira, sin embargo, Cochabamba fue donde tuve uno de los encuentros pendientes del viaje. Yo estaba en una librería local con un antropólogo cultural que había conocido, y señaló a un gran libro: “Usted debe leer esto. Es un tipo que rompió con Morales, incluso antes de que este llegó al poder “. Este resultó ser el libro anteriormente citado de Filemón Escobar, quien desde la década de 1950 en adelante fue, con Guillermo Lora, el minero líder militante trotskista en Bolivia, donde, como se indicó, y al contrario que en todos menos un puñado de otros países (Vietnam en los años 1930 y 1940, Ceilán (actual Sri Lanka) hasta la década de los 1960) el trotskismo fue la corriente dominante del movimiento obrero de masas y el estalinismo una secta miserable en los márgenes (9). (El estalinismo en Vietnam, por supuesto, no era por desgracia una secta marginal.)
Tuve la suerte de conocer a Escobar poco después. Yo había leído una buena parte de su libro, y mi objetivo era, sobre todo, escuchar a alguien con una experiencia tan rica como marxista militante en el movimiento obrero boliviano en las últimas décadas, y tal vez comprender cómo había llegado a rechazar el marxismo como “eurocéntrico” y abrazar el “pachakuti”. Escobar me hizo el gran favor de enseñarme todos los libros “clandestinos” sobre la cuestión indígena escritos durante el siglo pasado, a la que la izquierda radical había sido sorda e indiferente, y un buen número de los que he leído a su regreso a Nueva York. De hecho, hay un linaje de escritores indígenas que se remonta 200 años a Pazos Kanki, un aymara que tradució a Thomas Paine hacia 1810. Otra figura clave es Pablo Zarate Willka, quien encabezó una insurrección indígena de proporciones considerables en 1899, en medio de una guerra civil entre dos facciones de la élite blanca, que terminó con la derrota de las fuerzas indígenas y la ejecución de Zarate (Willka es un inca palabra que significa una especie de jefe). Dada mi inclinación por descubrir influenzas alemánas populistas románticas y folcloristas en los orígenes de los movimientos autoritarios en los países en desarrollo (10), Escobar me hizo el favor de dejarme conocer el ideólogo más importante de Bolivia de tal sensibilidad, Franz Tamayo (1878-1956) , un admirador descarado de Fichte con años de experiencia en la Alemania guillermina. El descubrimiento de Tamayo era por asi decir el verdadero comienzo del texto que sigue.
Una parte clave de la ideología del Pachakuti, en el libro de Escobar y en el movimiento general, es la idea de “reciprocidad”, al parecer, la clave para las comunidades aymaras y quechuas. Se explica en un lenguaje sencillo, que parece querer decir (como Escobar lo dijo) que tu comes antes de que yo como, y en reciprocidad yo aseguro de que tu comes. De alguna manera, no suena tan diferente de la ética de las comunidades cristianas primitivas. Del mismo modo, poco antes de su ejecución, Zárate Willka, (en una cita destacada en el comienzo del libro de Escobar)
había dicho: “Con gran sentimiento mando a todos los indios a respetar los blancos (…) y en la misma forma que los blancos deben respetar los indios”. Difícil estar en desacuerdo con el, pero es un sentimiento que uno pudo haber escuchado, en cualquier discurso en el movimiento de derechos civiles en los EE.UU en los años 1960.
Estrechamente ligada a la reciprocidad en la ideología indigenista es la centralidad del ayllu, la comunidad precolombina que algunos incluso han elevado al afirmar que la sociedad inca antes de la llegada de los españoles era “comunista”. Hubo décadas de un debate encendido en el pasado sobre esta cuestión, que parece haber disminuido, en el reconocimiento a regañadientes de que el imperio inca, que apenas se estableció un siglo antes de la llegada de Pizarro, había sido, de hecho, expansionista, y había aplastado y esclavizado poblaciones de los grupos dominantes anteriores en la región andina de lo que hoy es Ecuador a Chile.
El antropólogo cultural que me dejó conocer a Escobar tenía esto que decir acerca de la supervivencia del ayllu:
“La estructura del ayllu con sus autoridades tradicionales todavía persiste, pero dentro de un espacio mucho más pequeño de lo que ocurría en la época precolombina, en algunas zonas de las regiones del altiplano de Bolivia, sobre todo en el altiplano, en el norte y el sur de Potosí , el altiplano occidental de Cochabamba y unos pocos lugares en Chuquisaca. En algunos casos, el ayllu se ha reconstituido en las zonas donde se había dejado de existir después de la ley de participación popular de 1994.
El principal problema de la idea de Filemon (y otros) de utilizar el ayllu como la piedra angular para desarrollar una versión andina del socialismo es que es altamente idealizar las relaciones sociales dentro del ayllu y / o de la comunidad como si fueran iguales y horizontales, negando la diferenciación social que existe dentro de ellos desde los tiempos pre-colombinos. Esta diferenciación puede ser mínima en regiones muy pobres “.
En resumen, me encontré en algún lugar entre las políticas de identidad en contra de que yo había polemizado durante algún tiempo, alguna variante boliviana de la comuna campesina rusa que fascinó a Marx y Bordiga, y el “Marx nuevo” que sale de inéditos escritos sobre culturas y los movimientos en los márgenes del capitalismo. (11).
Mi problemática, sin embargo, fue el populismo como una ideología de lucha contra la clase trabajadora y como realidad política. De la época (1930 a 1950) de Perón en Argentina, Vargas en Brasil, o Cárdenas en México, el populismo nacionalista como un movimiento estatal, de arriba hacia abajo, apoyado por los militares se ha renovado. (El MNR boliviano, en circunstancias menos desarrollados, donde los militares effectivamente colapsaron, presenta una dinámica un tanto diferente.) El actual populismo latinoamericano de Lula, Chávez o Morales es un populismo de “movimiento social”, tanto como en Europa en los años 1960 y 1970, “autogestión de los trabajadores” se sustituió a la jerarquía de los sindicatos como una forma de contención de la clase trabajadora (12).
Un hilo en el texto que sigue es la influencia alemana ideológica en Bolivia, desde el fichteano Tamayo, que fue el primero que planteó la “cuestión indígena” en 1910, hasta al spengleriano Carlos Montenegro, el teórico más importante de la “revolución nacional” en contra de “influencias estranjeiras”, incluyendo el marxismo. El cambio de populismo autoritario de América Latina y el corporativismo, tal como existía en la década de los 1950, al más flexible populismo “movimiento social”de hoy, hace pensar en un cambio paralelo antes y después de 1945 en dos teóricos alemanes de la llamada “Revolucion conservadora” con complicadas relaciones con el nazismo, Ernst Jünger y Martin Heidegger. Con Jünger, el soldado -trabajador, las “tormentas de acero” en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial, y la tecnicista “movilización total” de la realidad dieron paso después de 1945 a meditaciones míticas acerca de la astrología como la expresión de “la necesidad de normas metafísicas” y sobre “una rebelión de la tierra con la ayuda del hombre”. El templado del”decisionismo” de Heidegger de los años 1920, que lo llevó a su implicación con el Partido Nazi, fue reemplazado después de la Segunda Guerra Mundial con la “Gelassenheit” poética, o “dejar el Ser ser” (13) y estudios en la “historia del Ser”.
Este texto, entonces, se limita a la anterior fase de la “Revolución Conservadora” en la ideología populista boliviana, ya que evolucionaron a partir de Franz Tamayo a Carlos Montenegro, y debe necesariamente dejar a los demás la analisis de la floración del camuflaje indigenista de la “Pacha Mama” (Madre Tierra) del neo-liberalismo de Morales y del MAS.
Nueva York, febrero 2011
Pocas personas en la izquierda de los EE.UU. y europea de hoy se recuerdan de la revolución boliviana de 1952. Menos aún son conscientes de su historia, y sobre todo de los orígenes fascistas del MNR (Revolucionario Movimiento Nacional) a finales de los años 1930/principios de los años 1940 (14), que la llevó al poder. La fase radical de la revolución era lo suficientemente breve, y su memoria se ha desvanecido, después de haber sido eclipsado por los contemporáneos por los acontecimientos más recientes en países como Cuba, Chile o Nicaragua El ascenso y caída del MNR, no obstante, se sitúa con las revoluciónes en México (1910-1940) y en Cuba (1958 -). como una de las revoluciones más importantes de América Latina del siglo 20.
De todos estos movimientos latinoamericanos revolucionarios, sin embargo, el MNR boliviano se destaca como un excelente ejemplo del reciclaje de las ideologías proto-fascistas y fascistas del período de entreguerras en “progresista”, “anti-imperialista” la forma después de 1945 (15).
1. El Marco
Bolivia ha sido y es, en el continente americano, sólo superada por Haití en la pobreza. Pero mucho más que Haití, que ha sido agobiado por el contraste entre su riqueza natural en materias primas (estaño, petróleo, gas natural y, más recientemente, el litio) y el empobrecimiento general del país por la inversión extranjera en esos materiales. Junto con Perú, Bolivia hereda el legado complejo y continuo de las civilizaciones andinas pre-colonial, presente en sus grandes poblaciones quechua y aimara, así como la treintena de etnias más pequeñas en el este amazónico del país.
Remota, pobre y sin litoral como puede ser, Bolivia, en su evolución política y social, sin embargo, concuerda con el patrón global del impacto del nacionalismo aleman populista y romántica en el proceso por el cual las ideologías conservadoras y fascistas, que inicialmente aparacieron en Europa entre 1870 y 1945, emigraron a el mundo semi-colonial y colonial y acabaron por estar reimportadas por la izquierda occidental en disfraz convenientemente “anti-imperialista”.
La historia de Bolivia, en los ochenta años anteriores a la revolución del MNR, fue un duro despertar al mercado mundial dominado por el imperialismo anglo-americano. Su sistema político, como la mayoría de los sistemas políticos en América Latina entre los años 1870 y la depresión mundial de 1929, fue un asunto restringido de dos corrientes políticos, republicanos y liberales, las dos facciones que representaban la pequeña élite que había arrebatado la independencia de España en 1825, y que fue elegido periódicamente, a partir de 1880, por la estrecha franja con derecho a voto (2%) de la población. Esta élite, a su vez dominó la poblacion mestiza mucho más grande y sobre todo la población indígena, mayoritariamente rural, que periódicamente se expresó en las revueltas locales y, en ocasiones, nacionales, el temor de que era la base del racismo descarado de la élite (16).
Una de estas revueltas indígenas en todo el país, asociada con el nombre de Pablo Zarate (El Temible) Willka, se llevó a cabo en 1899, en medio de una guerra civil (1898 / 99) en el que los liberales pusieron fin a dos décadas de dominación republicana y obtuvo el control del sistema político hasta 1920.
Republicanos o liberales, la elite boliviana apenas sobresalió en la protección de los intereses nacionales. Entre 1879 y 1935, Bolivia perdió una parte significativa de su territorio nacional y la costa entera en las sucesivas guerras y los conflictos con Chile (1879), Brasil (1903) (17) y finalmente con Paraguay en la infame Guerra del Chaco (1932-1935) , la más sangriente guerra en América Latina en los tiempos modernos y el comienzo real de la efervescencia que condujó a la revolución del MNR en 1952.
2. El populismo romántico alemán llega a Bolivia
Es poco apreciado hoy en qué medida Alemania, de la Kaiserreich al nazismo, influyó en la evolución de todo el mundo semi-colonial y colonial, entre ellos Bolivia, antes de 1945. Después de su unificación nacional a largo retraso en 1870, y su sorprendente derrota de Francia (que antes fue considerada el ejército continental dominante) en la guerra franco-prusiana de ese mismo año, Alemania comenzó el largo proceso de desafiar a la dominación anglo-francés y americana de la economía mundial. Habiendo sido, como un recién llegado, en gran medida excluida de la apropiación de tierras imperialista de los años 1870 y 1880, y se habiendo visto obligada, en su propia lucha para unificar, a sacudir el equilibrio de poder europeo basado en la fragmentación de las tierras germánicas desde 1648 , Alemania hasta 1945 probablemente podrían presentarse en muchas partes del mundo, a las naciones y los movimientos nacionalistas bajo el talón de las potencias imperialistas dominantes, como partidario de la “liberación nacional”. Alemania fue, en ese sentido muy real, el primer éxito de un “país en desarrollo”, y su (primer) emergencia económica y militar la hizo un “modelo” para los aspirantes en países en desarrollo en todas partes, tanto de la misma manera que el Japón (en sí misma un alumno estrella de Alemania) se convirtió en un modelo para Asia un poco más tarde y, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Pero junto con las proezas económicas y militares, Alemania cada vez más atraío la atención de las élites semi-colonial y colonial, con su cultura estelar, una cultura desarrollada precisamente en oposición al paradigma liberal dominante anglo-francesa a partir del Iluminismo. Desde Japón, Corea y China , pasando por el movimiento de la negritude en varios paises africanos, a través de los orígenes del nacionalismo turco y árabe, a los inmigrantes alemanes y asesores militares en América Latina, casi no hubo una parte del mundo en desarrollo antes de 1945 que no fue tocada por los intentos de imitar el “modelo alemán” en todas sus diversas dimensiones.
En Bolivia, la década de 1880 vio la fundación de las primeras casas comerciales de inmigrantes alemanes. El comercio alemán-boliviano se inició en ese período con la venta de maquinaria pesada alemana y locomotoras a cambio de la goma boliviana. Mientras que el capital financiero británico, seguía dominando la financiación, (sobre todo de la construcción de ferrocarriles) los productores de armas Krupp y Mauser ya vendian armamento a la mayoría de los ejércitos de América Latina, incluyendo Bolivia. En general, desde 1880 a 1920, el comercio exterior de Bolivia se expandió en gran medida. El comercio alemán superó lo de Francia allí en 1900 (18). En la década de los 1890, el estaño había reemplazado a la plata como principal producto de exportación de Bolivia, y por la década de los 1930 los tres principales “barones del estaño”, conocidos popularmente como “La Rosca” y muy alejados de la vida real de las masas bolivianas, fueron el núcleo de la dominante oligarquía (19). En 1910, Bolivia fue el segundo productor mundial de estaño.
En 1900, oficiales militares alemanes (principalmente de Prusia) estaban entrenando ejércitos de toda América Latina, y con la función bien conocida de las élites militares en la construcción nacional en el mundo en desarrollo, y esto era a menudo, junto con el comercio y los inmigrantes (20), el conducto a través del cual más amplia influencia alemana entró en un país específico. Entre la guerra franco-prusiana y el estallido de la Primera Guerra Mundial, estos oficiales en varias ocasiones desplazaron oficiales franceses en la formación de nuevos ejércitos, desde Japón hasta el Imperio Otomano a la Argentina, Chile y finalmente (después de 1911) Bolivia. Algunos oficiales latinoamericanos entrenados asi a su vez formaron a los ejércitos de Perú y Ecuador. 1908 también vio el Boliviano-Alemana Tratado de Amistad y Comercio.
Sin duda el más notorio asesor militar aleman al Ejército boliviano, durante un período de veinticinco años, fue el general Hans Kundt, el comandante de un número de oficiales alemanes con la experiencia colonial en lugares como Camerún o en la supresión de la Boxer Rebelión en China en 1900. En 1914, Kundt regresó a Alemania para jugar un papel mediocre en la Primera Guerra Mundial, después de lo cual participó en los Freikorps proto-fascista y luego en el fallido Putsch de Kapp 1920 en contra de la recién fundada República de Weimar, tras lo cual tuvo que abandonar Alemania y regresó a Bolivia.
A pesar de estos vínculos con Alemania, Bolivia fue del lado de los aliados occidentales en la guerra, y rompió relaciones con Alemania en 1917, bajo la presión de los EE.UU. y de Gran Bretaña, los principales inversores en estaño de Bolivia y también el principal mercado para ella. Kundt regresó a La Paz en 1920 y se convirtió en Ministro de Guerra, y que continúo influyendo profundamente el ejército boliviano hasta el desastre de la Guerra del Chaco. Durante su permanencia allí, la Revista Militar de Bolivia, la principal revista de la estrategia para el cuerpo de oficiales, fue dominada, y no accidentalmente, por germanófilos.
3. Un Fichte boliviano: Franz Tamayo y la tradición pre-MNR del indigenismo paternalista
La influencia alemana, en Bolivia como en otros lugares, no se limitaba apenas a las esferas económica y militar. El primer intelectual de la “cosmopolita”, es decir, anglo-francesa élite boliviana orientada a plantear la cuestión de la mayoría indígena, con un programa cultural impregnado de romanticismo alemán, fue Franz Tamayo. Fue, sin duda, la figura más importante intelectual y cultural de Bolivia de la generación pre-MNR. En su libro de 1910, Creacion de Una Pedagogia Nacional (que pareció primero por entregas en cincuenta y cinco artículos en un periódico) una de las fórmulas más llamativas fue: “¿Qué hace el Estado para los indios? Nada. ¿Qué quita el Estado a los indios? Todo. “(21) Tamayo afirmó que el 90% de la energía de la nación boliviana vino de la mayoría indígena y que en lugar de copiar servilmente los modelos europeos, Bolivia debe poner al indio en el centro de su cultura y la educación.
Franz Tamayo (1878-1956), jugó en Bolivia un papel similar al que, poco después, de José Carlos Mariátegui en el Perú (véase más adelante), aunque, a diferencia de Mariátegui, totalmente fuera de cualquier problemática marxista o izquierdista. Tamayo nació en la clase de latifundios; su padre, Isaac Tamayo, había publicado una novela sociológica, en 1914, Habla Melgarejo, que según algunas estimaciones contiene todas las afirmaciones de su hijo mas tarde acerca de la centralidad de los indios en la historia y cultura bolivianas, y el mayor Tamayo es considerado por algunos como el “verdadero padre del indigenismo en Bolivia”.
Franz Tamayo fue una importante figura literaria, intelectual y política en Bolivia a partir de principios del siglo 20 hasta su muerte. Como muchos hombres de la elite de América Latina, había pasado años antes de la Primera Guerra Mundial en Inglaterra, Francia y sobre todo en Alemania, en la gira obligatoria del continente. (A diferencia de la mayoría de estos hombres de Bolivia, sin embargo, su madre era aymara, y Tamayo creció bilingüe en español y aymara.) En París, se casó con una belleza parisina de la belle époque y la llevó a vivir, incongruentemente, en su mando remoto y rural en Bolivia. Sus principales influencias intelectuales fueron Goethe, Nietzsche, el geopolítico Rätzel sobre todo Fichte. Al igual que muchas figuras similares de los países subdesarrollados (como su padre) señaló en repetidas ocasiones a Japón como un modelo para países en desarrollo, ya que habia (en su estimación) totalmente interiorizado lo que el Occidente tenía que ofrecer, al mismo tiempo preservando su propia cultura.
La obra de Tamayo se compone más de la poesía y otras formas literarias en lugar de escritos políticos. El trabajo Creacion de la Pedagogía Nacional (22), su obra principal en el análisis social, es un llamado a Bolivia para emerger como una nación indígena, y fue profundamente influenciado por los discursos de Fichte a la nación alemana. Desde Fichte, Tamayo tuvo la idea de “voluntad nacional”; denunció el “bovaryismo” (23) de la élite boliviana, con sus pálidas imitaciones de Europa, diciendo que la educación boliviana debia preparar a los jóvenes para la lucha, porque “la vida es lucha, la lucha de intereses, la lucha en todos los terrenos y de todo tipo”. Bolivia, en la vista de Tamayo “tenía que eliminar los elementos europeos y mestizos y hacerse en una sola nación indígena.” El trabajo está lleno de términos teutónicos del siglo XIX tales como “la vida”, “fuerza” y “raza”. “Energía nacional” exigia ” combatientes, y no literatos”. Tamayo vio en Nietzsche la negación filosófica, en sus palabras, de “los libros venenosos” de Rousseau. Fascinado tambien por Schopenhauer, Tamayo tambien rechazó el progreso histórico mundial de la perspectiva de Hegel.
Tamayo, a pesar de su deseo de escapar de “Europa”, era totalmente un prisionero de la teoría de raza de finales del siglo XIX europeo, en el que la biología era el destino, una raza para él era
“Un grupo de personas que poseen la misma herencia biológica, identificables por sus características físicas externas, que tienen una relación definida en los tipos de comportamiento y que dan lugar a las diferencias culturales.” (25)
A Tamayo no le importó más cualquiera perspectiva universalista que a los teóricos actuales de la política de identidad, que podrían, al menos, ruborizarse del biologismo de tal predecesor:
“El ideal de la humanidad! Esa es una irrealidad que nunca existió, salvo como un producto falso y artificial del romanticismo francés, que las naciones nunca han practicado! “
y
“El ideal humano, si existe, es una preparación para las fuerzas de la nación, no para un Saturnalia imposible de la paz y la concordia universal, sino en el reconocimiento de que todo es una lucha sin tregua, una lucha de intereses, una lucha en todos los terrenos y de todo tipo, en los mercados como en el campo de batalla. “(26)
En la visión paternalista de Tamayo, por supuesto, las masas indígenas de Bolivia no deben ser los protagonistas de una lucha por sacudirse el peso de la cultura europea:
“¿Quién va a llevar a cabo este movimiento (por el derrocamiento de la cultura española) …? No es el indio directamente, sino que nosotros, los pensadores, los líderes, los gobernantes, que están empezando a tomar conciencia de nuestra vida integral y nuestra historia real. “(27)
Dado su papel central y sus puntos de vista controvertidos, hubo muchas reacciones, obviamente, a Tamayo. En la opinión de un crítico, Juan Albarracín Millán (28) “el irracionalismo de Tamayo, básicamente racista,” postula el hombre de Bolivia como el “hombre nuevo” … Con su insistencia en la mística de la sangre, la raza y el suelo “, en la opinión de Albarracin, “La orientación de Tamayo no fue llamado irracionalismo, el voluntarismo, el vitalismo o el misticismo, pero, por el contrario, ‘indianistas’ “. Tamayo fue, en este punto de vista, “anti-liberal, anti-demócrata, anti-socialista y anti-masas.” Eduardo Diez de Medina, escritor y diplomático, maldijó Tamayo por “su adoración pueril de Fichte, Nietzsche, Max Stirner, el Kaiser y Hitler, y dijo que sólo Adler, Jung, Freud o Scheler … podrían haber entendido los escritos de Tamayo. “(29). Para Augusto Céspedes, un intelectual MNR importante y, en general un apologista del antisemitismo y del proto-fascismo (30) de los origins del MNR, dijo de Tamayo que “su mente admitió sólo una pedagogía abstracta nacional adecuada para una utopía vacía … su condición (…era…) la de un latifundista, terrateniente y dueño de siervos. “(31). Guillermo Lora, el líder trotskista en Bolivia durante décadas, dijó de Tamayo, en contraste a otra figura de la élite, Bautista Saavedra (presidente de Bolivia, 1920-1925), que si este último no había salido de su estudio y había ido a buscar a las masas en los barrios periféricos , “que habría permanecido en la misma posición como Franz Tamayo, el poeta, ensayista y dueño de haciendas y casas, olvidado en medio de una avalancha de recuerdos intelectual y libros polvorientos.”(32)
Tamayo no sale mejor en la crítica de un teórico importante del indianismo (33), Fausto Reinaga (34). En vista de Reinaga, Tamayo se disparó en el pensamiento, “pero siempre tenía los pies plantados en el lado de la explotación feudal”. Después de la revolución del MNR de 1952, según Reinaga, la “juventud volvió a Tamayo”, y éste respondió: “No a la revolución”. Con su “negro odio de clase”, Tamayo se opuso a la reforma agraria. Se unió a la “Rosca”, la oligarquía depuesta en 1952, llamando al MNR “comunista”. Su trabajo ha sido aclamado en las publicaciones de la Falange Socialista Boliviana (FSB), la corriente auténticamente fascista después de la Segunda Guerra Mundial. Después de 1952, Tamayo había escrito “Yo siempre había considerado el comunismo como el retroceso más terrible …” (35). El había sido, en opinión de Reinaga, “el mayor enemigo y detractor de la clase obrera en Bolivia”, la clase obrera para él fue “la canalla”. En un discurso ante el parlamento en 1931, Tamayo ya había dicho “Sabemos que el comunismo es una doctrina inmoral y destructiva de todos los principios, es una plaga humana.” (36) En la estimación de su biógrafo intelectual más serio (37), la perspectiva reaccionaria de Tamayo fue el más cercano a las de Burke y de Maistre. Charles W. Arnade, cuyo libro Historiografia colonial y moderna de Bolivia describe el descubrimiento progresivo de la realidad indígena en la larga tradición de la historiografía eurocéntrica del pais, consideró que Tamayo había empujado a los “los temas raciales a extremos absurdos” (38).
La evaluación de Marcos Dumich (39), aunque teórico del Partido Comunista de Bolivia, no es menos dura. Él ve a Tamayo como una reacción sana a principios del siglo 20 al pesimista reaccionario y cultural Alcides Arguedes, autor del libro Pueblo Enfermo (1909), pero que luego acaba por hablar de la “raza indígena”. En la vista de Dumich, Tamayo se opuso al humanismo, al liberalismo, al cientificismo, y al intelectualismo, para los cuales sustituyó el voluntarismo y el autoritarismo (40). Políticamente, el desprecio de Tamayo por la democracia burguesa y su “autoritarismo y el nacionalismo heroicos grandilocuentes” lo pone en el terreno ideológico del pre-fascismo. En un discurso de 1934, Tamayo denunció la Revolución Rusa y pidió una “mano dura en contra de su nihilismo Turano-mongol”. “Tamayo”, por Dumich, “contribuyó a crear ese tono emocional tan duro y tan necesario para las corrientes fascistas.”
Tamayo, de hecho, no se limitó a las obras y la teoría literarias. Él intervino en la política de forma intermitente durante todo el período que se examina aquí. Fundó el Partido Radical en 1912, cayendo en el lado liberal de la batalla dentro de la élite entre liberales y republicanos. Tamayo jugó un papel de liderazgo, convirtiéndose en canciller, en la desastrosa guerra del Chaco con Paraguay (1932-1935), y fue elegido presidente en 1934, pero fue impedido de asumir el cargo por el golpe de 1935, mientras que tanto su casa en La Paz y sus bienes en zonas rurales fueron quemados. Se había presentado a instancias de la secreta logia militar Razón de Patria (RADEPA) proto-fascista (mas tarde pro-Eje), y luego se convirtió en el presidente de la Asamblea Constituyente en 1943 en el gobierno de Villarroel, también miembro de RADEPA. Tamayo (quien dejó el cargo político en 1945) se mantuvo en silencio sobre todo durante la mini-guerra civil de agosto de 1949, preparatoria de la revolución del MNR tres años más tarde, así como en la masacre de 1950 de los trabajadores en el distrito de Villa Victoria de La Paz. El MNR lo consideró seriamente como su candidato presidencial en las elecciones decisivas de 1951, que comenzaron la crisis inmediata antes de la revolución de 1952, pero acabó por escoger a Víctor Paz Estenssoro.
El nacionalismo fichteano de Tamayo, pues, basado como era en una afirmación racial de la “verdadera” Bolivia arraigada en el indio, era el núcleo de lo que sería, de una manera más cultural, pero todavía muy de forma muy germánica, la ideología de la “revolución nacional” contra la elite “estranjeira” elaborada por Carlos Montenegro.
La investicación de Carlos Andrade, considerada como la primera que descartó la historiografía centrada en la elite blanca y que desenterró la tradición indígena, también pone Franz Tamayo en perspectiva, en mismo tiempo revelando el racismo de gran parte del tratamiento de la cuestión indígena, a favor y en contra. René Moreno, el historiador boliviano más importante del siglo XIX, era un racista declarado. Los historiadores del siglo XIX en general, eran “una mezcla de provincianismo estrecho y del intelectualismo francés … que no entiende los grandes problemas sociales de su nación. (41) Alcydes Arguedes (1879-1946) (citado arriba), era otro historiador francófilo de la época, y fue influenciado por reaccionarios como Le Bon, Gobineau y Vacher de Lapouge, pero sin embargo, era “uno de los padres del indigenismo boliviano”. (42) (También fue financiado por el imperio de estaño Patiño para escribir una historia tendenciosa de varios volúmenes de Bolivia.) Jaime Mendoza (1874-1939) fue, en la opinion de Andrade, “el primer aristócrata que, sin vacilación ni intenciones o frases demagógicas palmaditas, proclamó la igualdad potencial de los indios … se opuso a cambiar el modo de vida de los indios, en el sentido de someterlos a la europeización “(43). El libro de Mendoza, Factor Geográfico (1925), subrayó el “amor a la tierra” de los indios y asi, en la vista de Andrade, “el culto a la Pachamama nació” (44).
Así fueron, pues, algunas de las corrientes rivales con las que la elite boliviana entró en la crisis mundial marcada por el comienzo de la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias, antes de la aparición, después de 1928, de la generación del futuro MNR.
4. Preludio a la crisis de la Guerra del Chaco, 1918-1932
El período 1914-1945 fue un período de reorganización violenta del capitalismo mundial, del declive de la hegemonía mundial británica y de la lucha por la sucesión a la hegemonía mundial entre los competidores emergentes, Alemania y Estados Unidos, una lucha que se tuvó lugar de manera explícita en Bolivia. Fue también un período de transición, a escala mundial, (para usar el lenguaje de Marx) de la fase de la dominación “formal”/extensiva a la “real” / intensiva del capital (45).
Tras la Primera Guerra Mundial, la economía de Bolivia se vio fuertemente afectada por la depresión mundial de 1920-1921. Con el fin de la guerra, la demanda, el precio mundial del estaño, y por lo tanto, las exportaciones de estaño de Bolivia, se derrumbaron. Fue al mismo tiempo, un período de fuerte inversión extranjera en los servicios públicos del país y en los títulos públicos. En 1920-21, la Standard Oil de Bolivia fue creado, y Spruille Braden, una figura dominante en los negocios y la diplomacia de EE.UU. en América Latina durante las décadas siguientes (46), negoció la venta muy ventajosa de cuatro millones de hectáreas de tierra en Bolivia a la Standard Oil , una venta que más tarde serviría para inflamar el nacionalismo boliviano antes y durante la Guerra del Chaco. Con la recuperación después de 1921, una cierta nueva clase media educada surgió. Las inversiones alemanas regresó, tallando un lugar detrás de EE.UU. y los intereses británicos en el transporte y la comunicación. En 1923, bancos de Wall Street flotaron el llamado préstamo Nicolas de $ 33 millones, que reconsolidó la deuda estatal de Bolivia, tomando el 45% de los ingresos del gobierno para el pago (47). Esto fue seguido en 1927 con un préstamo de US $ 14 millones de Dillon, Read. En el mismo año, Walter Kemmerer, economista de Princeton, pasó tres meses en Bolivia como consultor, acabando por delinear la “reforma Kemmerer”, que propusó el sistema del Banco de Reserva Federal de EE.UU como un modelo para el Banco Central de Bolivia. Kemmerer recomendó también las reformas fiscales y un retorno al patrón oro. La intervención de Kemmerer fue seguida en 1928 por un préstamo nuevo de Dillon Reed, de $ 23 millones. En 1929, la producción de estaño de Bolivia alcanzó un máximo de un registro de todos los tiempos, un nivel nunca alcanzado despues y, dada la dependencia de entonces total del país en las exportaciones de estaño, un problema grave en décadas posteriores, como Bolivia fue eclipsada en la producción de estaño por Malaya, Indonesia y Nigeria. En la víspera del colapso mundial en 1929, la deuda externa seguía haciendo el 37% del presupuesto del Estado y las finanzas públicas se mantuvieron en una profunda crisis en la década siguiente.
Bolivia fue, en definitiva, un país semi-colonial clásico, totalmente endeudado por las potencias imperialistas por la financiación y la tecnología, y cuyos inmensos recursos naturales se beneficiaron principalmente los inversionistas extranjeros.
La clase obrera boliviana surgió en su forma moderna en medio de toda esta crisis económica, después de un período anterior del mutualismo inspirado por Proudhon y generalizado en toda América Latina antes de 1914. Como sucedió en tantos países inmediatamente después de la guerra, una ola de huelgas arrasó Bolivia en 1920, dirigida por los trabajadores ferroviarios, que llamaron a una huelga general en enero de 1921. Los mineros de estaño habían hecho huelga en las minas de Catavi, en agosto de 1920, pero la huelga fue aplastada. Otra huelga general en La Paz en 1922 obligó al gobierno a ceder, pero la masacre minera de Uncía 1923 marcó una pausa en los conflictos laborales.
Junto con las huelgas, así como fermento campesina, una ola de nuevas organizaciones de izquierda surgió. El (no marxista) Partido Socialista Obrero fue fundado en el otoño de 1920, y un Partido Socialista, con vínculos con el movimiento mas desarrollado de los trabajadores chilenos, fue fundada en 1921. Más tarde, en la década, la recién creada Tercera Internacional inició la actividad en Bolivia, desde su sede continental en Buenos Aires (48). En 1927, Tristán Marof (49) (1898-1979), una importante figura de la izquierda en las décadas siguientes, ayudó a fundar un Partido Laborista, el primer auto- identificado partido marxista en el país. (Por sus penas, Marof fue exiliado del país durante una década.) En el mismo año, una revuelta indígena de 100.000 campesinos en el sur de Bolivia fue aplastada, una revuelta provocada por el aumento en el precio de la tierra debido a la construcción del ferrocarril y por appropriación de la tierra por los terratenientes. Agitación en favor de la jornada de ocho horas, que fue adoptada en algunos sectores, era cada vez mas amplia.
Toda esta agitación económica de los trabajadores, la efervescencia campesina, y la proliferación de organizaciones socialistas y laborales (muchos de ellos mal definidos) tuvo que tener repercusiones ideológicas, y por el final de los años 1920 surgió una mezcla tumultuosa incluyendo el marxismo, el nacionalismo y el indigenismo alcanzó a la clase media educada , un fermento que daría sus frutos ambiguos después de la Guerra del Chaco. En agosto de 1928, la primera convención de la Federación Boliviana de la Universidad (FUB) se llevó a cabo (50), donde los intelectuales de Cochabama se lanzaron en discusiones sobre las revoluciones mexicana y rusa, así como las ideas del marxista peruano José Carlos Mariátegui ( 51). Esta agitación también fue significativa en el que prácticamente todas las grandes figuras de la politica radical post-Chaco se formaron políticamente en estos años. La profundización de la depresión mundial después de 1929 y la inminente Guerra del Chaco se
proporcionan el contexto de su surgimiento. Los finales de los años 1920, en una palabra, fue el período en que el marxismo de diferentes variedades barrió las capas educadas en Bolivia.
5. Mariátegui y Marof Plantean la cuestión indígena para la izquierda
El marxista peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930), fue el primer marxista de América Latina para subrayar la problemática de la población indígena andina por el socialismo, y tuvo un gran impacto en Bolivia. Ya en la década de los años 1920 Mariátegui, en una corta vida , escribió cientos de artículos periodísticos. Su obra principal es una colección titulada Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Mariátegui fue denunciado por la Internacional Comunista en el tercer período como un “populista”, y denunciado por los populistas (del partido de Haya de la Torre, el APRA) como un marxista.
Mariátegui fue formado inicialmente por el líder anarquista peruano de la generación anterior (antes de la Primera Guerra Mundial), Manuel González Prado, cuya importancia se basa en el mutualismo temprano (inspirado por Proudhon) de la fase del movimiento obrero peruano y de América Latina , que fue más o menos superada por el impacto global de la Revolución Rusa. Mariátegui viajó a Europa después de la guerra y estuvo en Italia durante las ocupaciones de fábricas de 1920. Fue en Italia que el habia más experimentado más directamente la realidad del movimiento obrero europeo. Él es una mezcla de influencias, incluyendo Georges Sorel (52) y el surrealismo. Fundó la muy original revista Amauta (1926-1930), que propagó sus tesis en un momento en que la elite peruana estaba totalmente orientada hacia Europa, con a la vez tanto desprecio por y tanto miedo de la mayoría indígena aparentemente muda. Ayudó a fundar el Partido Socialista del Perú en 1928, llamado así precisamente para demarcarse de la Tercera Internacional comunista, así como del APRA de Haya de la Torre.
Además de Mariátegui, una segunda figura de la izquierda andina, que planteó la cuestión indígena fue el (citado) boliviano Tristán Marof (53), el nombre de guerra de Gustavo Adolfo Navarro. Marof era un aristócrata que se desempeñó como diplomático en Europa desde 1920 hasta 1926. Fue expulsado de Bolivia, como se indica, para su pacifismo durante la Guerra del Chaco, y a su regreso intentó fundar un partido marxista real. Marof, en la vista de Andrade, escribió una historia sin precedentes de Bolivia, aunque con un “interés exagerado hacia el Imperio de los Incas”, que Marof vio como superior a la actualidad. Para Marof como por Tamayo, el “pueblo boliviano fue los indios, y ellos no estaban enfermos, pero sólo tristes por pérdida de su” gran pasado “(54). Marof ocupó un lugar destacado en un debate en el marxismo andina sobre el posible caracter “comunista” de la sociedad inca, un punto de vista que se ha desvanecido.
6. Bolivia y las revoluciones de América del Sur de 1930
En 1930, bajo el impacto de la depresión mundial, revueltas y revoluciones acabaron con los gobiernos de Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile (55). Estos acontecimientos fueron el momento suramericano del colapso mundial del liberalismo clásico del siglo XIX en la década de depresión, y en Bolivia, como en los demás países de América Latina, esto significó la derrota inminente de los viejos partidos oligárquicos y su élite basada en el sufragio restringido, y tambien la entrada de las masas en la política (56). En el caso boliviano, con el regreso al poder de los liberales y el colapso de este, la reorganización del sistema político, social y económica iba extendirse por más de dos décadas, como el momento boliviano de la transición mundial a las formas de organización social adecuadas a la forma “intensiva” de acumulación.
Durante estos acontecimientos, la presencia militar alemana había continuado a buen ritmo. A lo largo de la década de los años1920, el General Kundt había impuesto la disciplina cada vez más en el ejército. Frente a la inestabilidad y la rebelión, el gobierno republicano de Hernán Silas (1926-1930) se hizo cada vez más dependiente del ejército, y por lo tanto de Kundt. En 1926, Ernst Röhm, fundador de los soldados de asalto (SA) de Hitler, fue invitado a Bolivia como un asesor militar y llegó allí en 1928, junto con un número de otro personal militar de extrema derecha de Danzig, que habían sido desmovilizados por el Tratado de Versalles. El derrocamiento, por los Liberales, del gobierno de Bolivia en junio de 1930 fue una revuelta de la derecha, colocando en el poder Daniel Salamanca, después de que Röhm se unió brevemente al Estado Mayor boliviano, aunque Hitler lo llamó a Alemania unos meses más tarde. En la conmoción, la casa de Kundt fue atacada por una turba a causa de su asociación con Silas. Otros oficiales alemanes apoyaban a los rebeldes.
En enero de 1931, los liberales consolidaron su mandato en una aplastante victoria electoral (una vez más con el sufragio restringido). En el mismo año, Bolivia se convirtió en el primer país latinoamericano en suspender los pagos de su deuda externa durante la década de depresión. En marzo de 1931, Salamanca asumió el cargo de presidente. El trotskista (57) militante y intelectual Lora comentó a este desarrollo: “Nuestro mejores liberales pueden haber tenido unas pocas ideas democráticas en la cabeza, pero su existencia se basa en el trabajo servil de los campesinos” (58) Casi de inmediato,. en abril de 1931, Salamanca se enfrentó a una huelga general, centrada en los trabajadores de correos y teléfono, que logró suprimir.
7. La Guerra del Chaco y el fin del “antiguo régimen” de la política de elite
Durante años, Bolivia y Paraguay habían tenido escaramuzas menores en su frontera compartida vaga en el Chaco, un área enorme y muy escasamente poblada de selva, de desierto y de arbustos en Bolivia oriental. Debates sobre las razones últimas del conflicto han continuado desde entonces, que no pueden resolverse aquí. Durante y después de la guerra, la gran mayoría de los bolivianos creía que fue provocada por la Standard Oil, con el apoyo de Argentina y / o Brasil, por razones tales como el deseo de una salida al mar. Historiadores serios, tales como Herbert Klein, disputa este (59). En cualquier caso, la fiebre de guerra con respecto al Chaco inicialmente ayudó a Salamanca para desviar pasiones nacionales de su rotundo fracaso para hacer frente a la crisis económica. En mayo de 1931, presionó por la penetración militar del Chaco, justo cuando estaba desatando la represión masiva de las manifestaciones de Primero de Mayo en todo el país. A principios de 1932, el Parlamento boliviano debate una “Ley de Defensa Social” que le permite ejercer una “dictadura legal”, negando también el derecho a sindicalizarse y a demostrar. Una represion de los intelectuales de izquierda por parte del gobiero se produjo. Sin embargo, al mismo tiempo, hubo un creciente sentimiento anti-guerra en el movimiento obrero, que culminó tal vez en una gran manifestación en Cochabamba el 19 de mayo, pero, según Lora, muchos izquierdistas también se rindieron a la histeria de guerra (60).
Salamanca impulsó la guerra del Chaco, seguro de la victoria. Bolivia tuvo dos veces la población de Paraguay (61), y tambien fuerzas armadas superiores. Pero la élite boliviana no contaba con la incompetencia enorme revelada por el Estado Mayor, el terreno extremadamente hostil (muchos más soldados murieron de sed y de enfermedades que de combate) y la desmoralización rápida de las tropas de primera línea, que fueron en su abrumadora mayoría recrutas indígenos sacados de aldeas remotas, sin la más mínima idea de las razónes de la guerra.
En 1932, el General Kundt, después de haber huido tras el derrocamiento del gobierno de Silas en 1930, regresó a Bolivia con plenos poderes como comandante en jefe en la guerra del Chaco, después de que la derrota inicial de Bolivia en Boquerón provocó un clamor por su reincorporación. La popularidad de Kundt fue reforzada por una creciente influencia fascista en la juventud de clase media, algunos de los cuales habían estudiado en Alemania durante el ascenso del nazismo. Además de los lazos económicos con Alemania, los clubes culturales y colegios (escuelas secundarias) difundieron el creciente atractivo del autoritarismo y del fascismo en Europa (62). Sea como fuere, Kundt, que fue aparentemente comprometido con una “estrategia de la posición” inadecuada, fue expulsado definitivamente después de otra derrota en el Campo Via.
Con todo, Bolivia perdió 60.000 hombres en la Guerra del Chaco, y Paraguay perdió 40.000, cuando Bolivia acordó una armisticia en 1935 (63). Desertores habían sido fusilados en masa, y los izquierdistas que protestaron contra la guerra fueron enviados deliberadamente al frente a morir allí. Miles de soldados bolivianos murieron de sed cuando las líneas de logística fueron interrumpidos por la incompetencia y negligencia. Las negociaciones de paz, bajo la supervisión de los representantes de los EE.UU., Argentina, Chile y Brasil, se prolongaron hasta 1938, y en última instancia, concedieron territorio a Paraguay que ha duplicado su tamaño. La economía se tambaleaba en la aceleración de la inflación. (64) En 1935, el liberalismo tradicional de Bolivia y los partidos republicanos de los barones del estaño habian sido totalmente desacreditados, y nunca se recuperaron en su forma antigua. El fermento social desatada por la debacle del Chaco en hizó temblar toda la sociedad boliviana . En ese fermento, ideologías corporativista, fascista, y socialistas lucharon por la hegemonia en una situación de posguerra caótica y altamente explosiva.
8. Intermezzo sobre el corporativismo en América Latina
El colapso de los partidos liberales y republicanos de las elites en América del Sur, bajo el impacto de la depresión post-mundial de 1929, así como el aumento de los movimientos de los trabajadores cada vez más radicalizados, más bien anarquistas que socialistas, obligaron a las clases dominantes de la Argentina, Brasil, Uruguay y Chile de rehacer fundamentalmente sus sistemas políticos si iban a retener el poder. Esta transformación fue el momento latinoamericano de la proliferación mundial de los regímenes estatistas de diferentes tipos en la reestructuración global del capitalismo entonces en curso. La inmigración anterior a América del Sur sureõ desde España, Italia y Alemania hizó que respuestas a la crisis en Europa, en diferentes grados, influyeron en los debates sobre cómo lograr esto. La dictadura de Primo de Rivera en España (1923-1930), con sus connotaciones corporativistas definitivas, el fascismo en la Italia de Mussolini, y, unos años más tarde, el nazismo en Alemania todos entraron en juego como referencia para la nueva era de la política de masas. Estas corrientes fueron recibidas de manera algo distinta los países menos industrializados y urbanos de los Andes, tales como Bolivia y Perú, con su población indígena. Sin embargo, en Bolivia, tal vez a largo plazo el modelo más estudiado fue la Revolución Mexicana (1910-1940), en particular su fase de izquierda corporativista de Cárdenas después de 1934. Pero esto se produjo más tarde, después que los “movimientistas” bolivianos se vieron obligados, por la derrota aliada del Eje en la Segunda Guerra Mundial, a derramar su enamoramiento con los ejemplos italianos y alemanes.
Veamos, entonces, en algunos de los acontecimientos de 1930 en los países vecinos, como la clase capitalista se enfrentó al dilemma de organizar formas estatistas de arriba hacia abajo para contener la clase trabajadora, o de contemplar la perspectiva de una rebelión de la clase trabajadora que no podía estar contenida:
“… En el Brasil de 1930, por ejemplo, estaba claro que la ‘cuestión social’ ya no podía dejarse enteramente a la policía para hacer frente al proletariado, que era una presencia significativa en las ciudades. No sólo fue un proletariado, sino que fue en un sentido muy preocupante un proletariado organizado con una impresionante historia de protesta, huelgas, manifestaciones … uno de los posibles “cursos de acción” del nuevo régimen en relación con el proletariado urbano era darle algunas migajas, a fin de obtener sus almas a cambio. El “estado del bienestar” estaba a punto de nacer en Brasil: la comadrona fue el Ministerio de Trabajo, que se creó en 1930 “(65).
Y:
“… La conclusión básica de este tipo de análisis (es): el efecto fundamental de la legislación laboral ha sido … que sea extremadamente difícil para la clase obrera de organizarse eficazmente y de forma autónoma para la acción política … El hecho de que el gobierno cambió su enfoque hacia la clase obrera (de la represión a los incentivos, más represión) contribuyó a aniquilar parcialmente la capacidad de la clase obrera de responder a las olas renovadas de la represión con las contramedidas correspondientes, tales como las huelgas y manifestaciones públicas. “(66)
En su capitulo sobre de “control corporativista de la clase obrera”, el autor resume así:
“El marco jurídico de las relaciones laborales establecidas por Vargas y se quedan prácticamente intactas hasta hoy en día en Brasil, se basa en tres estructuras:. Los sindicatos, los tribunales del trabajo, y el sistema de seguridad social” (67)
Unos años más tarde, una dinámica similar dío la luz las mismas respuestas en México, en la que culmina la fase (Cardenista) de su revolución:
“Lo que fue decisivo en este cambio en la concepción de la política revolucionaria no era simplemente el reconocimiento de las masas trabajadoras como su elemento central, pero sobre todo estar dispuesto a convertirlas una vez más en un elemento activo en el servicio de la revolución, por supuesto, en el mejor manera imaginable: mediante la organización de ellos, y la organización de ellos por algo cercano a sus corazones: sus demandas “…” No hay duda de que los revolucionarios (en este caso el autor se refiere a los cardenistas-LG) han vuelto a descubrir la llave maestra de la política de masas : La organización “(68)..
Por último, en la Argentina desde 1943 hasta 1950, el mismo drama se representó de nuevo, en el surgimiento del peronismo:
“… En el mismo momento en que las masas se movilizaron políticamente … que estaban siendo cooptados en un proyecto corporativo liderado por un sector nacionalista de las fuerzas armadas … la estrategia de trabajo general Perón estaba cada vez más evidente, como lo fueron sus palabras en 1944, cuando trató de tranquilizar a los empresarios de la Argentina:
“… Es un grave error pensar que los trabajadores de los sindicatos son perjudiciales para el jefe … Por el contrario, es la mejor manera de evitar que el jefe tenga que luchar con su trabajo … Es el medio para llegar a un acuerdo, no a una lucha. Así, las huelgas y los paros se suprimen, aunque, sin duda, las masas trabajadoras obtienen el derecho a discutir sus propios intereses en el mismo nivel que las organizaciones de empleadores … Es por eso que estamos promoviendo los sindicatos, sino un sindicalismo verdaderamente profesional. No queremos que los sindicatos que se dividen en fracciones políticas, porque lo peligroso es, por cierto, un sindicalismo político “.
Perón nunca se apartó de esta visión esencialmente corporativista de los asuntos sociales y su imagen ‘revolucionaria’ en un período posterior … nunca se reflejó en la práctica. “(69)
9. La crisis post-Chaco en Bolivia: el fascismo, el corporativismo, y el socialismo en contención
Con este marco general, tal como se desarrolló en otras partes de América Latina, pasamos ahora al complejo proceso de fermentación que se desarrolló en Bolivia, enreacción a la debacle del Chaco.
Ya en 1933, la Legión Nacional Socialista de los Veteranos (LEC) se fundó, aunque se definió como un partido político sólo en 1936. Su programa se llamo de “acción nacional socialista”. (70) Algunos inmigrantes alemanes habían organizado un Partido Nacional Socialista después del triunfo de Hitler en Alemania en 1933. Elecciones en 1934 pusieron fin a la presidencia de Salamanca, pero un golpe de estado dirigido por José Luis Tejada Sorzano impedió a Franz Tamayo de asumir el cargo y sentó las bases para un gobierno militar.
A la izquierda, 1934 vio la formación del POR (Partido Obrero Revolucionario), el grupo trotskista que jugaría un papel muy influyente de la década de los años 1940 en adelante (71). También formó inmediatamente después de la guerra la Confederación Sindical de Trabajo Boliviano (CSTB). Un intelectual influido por el trotskismo, pero que con mayor precisión se describe como un centrista por su carrera de apertura hacia los partidos burgueses (72), fue (el mencionado) Tristán Marof, cuyo libro La Tragedia del Altiplano había hecho el caso de que la Guerra del Chaco habían tenido lugar para obtener un puerto petrolero para la Standard Oil y por la defensa de cuatro millones de hectáreas de la Standard Oil contra Dutch Royal. En todo el país, innumerables clubes “socialistas” se formaron. Los jóvenes cansados de la guerra estaban leyendo los clásicos pacifistas del post-Guerra Mundial de Remarque y Barbusse. El Partido Republicano Socialista se habia identificado con el “socialismo evolutivo” y coqueteó con la idea del corporativismo fascista italiano (73). En 1935, el Buró Sudamericano de la Internacional Comunista estableció la Secretaría provisional para los Grupos de Comunistas de Bolivia, con el objetivo de unificar los grupos dispersos en un Partido Comunista. El Buró denunció las negociaciones de paz entonces en curso en Buenos Aires e hizo un llamamiento para una paz sin anexiones y sin conquista, y por la abolición de la deuda externa de Bolivia. Además, llamó a la formación de repúblicas quechua y aymara, y, de acuerdo con la nueva línea mundial de la Comintern, a un Frente Popular.
Otros veteranos simpatizaban con el nacionalismo de Carlos Montenegro, uno de los principales fundadores futuros pro-fascistas del MNR. Tal vez lo más importante de todos para la década siguiente, un grupo de jóvenes oficiales del Chaco, muchos de los cuales habían sido entrenados en Alemania y en la Italia de Mussolini, y que habían pasado entonces un tiempo amplio en Paraguay en campos de prisioneros de guerra, fundaron la “logia” militar secreta llamada Razón de Patria (RADEPA), centrada en la Escuela Superior de Guerra en Cochabamba (74), claramente comprometida con las ideas fascistas. Su influencia posterior, hasta 1946, sería inferior a la del MNR, que, en 1936, sólo existía en el potencial de embriones en la efervescencia general.
10. “El socialismo militar”, 1936-1940: El primer ensayo general de la Revolución del MNR
El 17 de mayo de 1936, Tejada Sorzano, quien había derrocado a Salamanca dos años antes, fue derrocado en un golpe de Estado por dos héroes de la guerra del Chaco, los coroneles David Toro y German Busch, iniciando el período de diez años (1936-1946) en el que Europa, y sobre todo la influencia fascista italiana y alemána en Bolivia haría concurso por la hegemonía con la “democracia vendida” (Democracia entreguista, vendiendo el país a los extranjeros) orientada a los EE.UU., a Gran Bretaña y, por supuesto, a la oligarquía boliviana en sí (75). (Durante la guerra, Busch se había elevado a la fama, llevando el “gran defensa de los campos petroleros de Camiri”.) El golpe de Toro-Busch comenzó un experimento de cuatro años que ellos llamaban “socialismo militar” y que, junto con el gobierno militar de Gualberto Villarroel (1943-1946) tendría un impacto importante en el desarrollo del MNR (que se fundó en 1942). Debido a su carácter secreto, no es siempre posible de identificar la influencia de los oficiales RADEPA en los regímenes sucesivos, pero no hay duda de que eran una presencia seria.
Adolf Hitler asumió el poder en Alemania en enero de 1933, con el entusiasmo general de la mayoría de los inmigrantes de habla alemana en Bolivia. A lo largo de los siguientes doce años, hasta la derrota del Tercer Reich, el principal objetivo de Alemania en América Latina sería economico y, en segundo lugar, a través de espionaje, a pesar de que las guerras de propaganda de ambos lados a menudo exageraron la presencia real de Alemania. El Ministro de Finanzas de Hitler Hjalmar Schacht en agosto de 1934 impone el trueque estricto sobre el comercio exterior de Alemania, sobre una base bilateral (76), y una delegación comercial alemana fue a América del Sur más tarde ese año. La delegación no fue a Bolivia, pero fue definitivamente interesada en la riqueza mineral extraordinaria del pais. El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reich, por su parte, quería evitar “vínculos políticos” a Bolivia.
El período de Toro-Busch fue la primera expresión política real del intento post-Chaco para rehacer la quiebra del sistema político boliviano y social, en el rechazo general a los partidos tradicionales controlados por los magnates de estaño, haciéndose eco de la crisis de régimen paralela en Brasil, México y Argentina mencionada anteriormente. Como dijó Herbert Klein(77): “Así, después de cincuenta años de lucha, el sistema de partidos civil fue anulado por un establecimiento militar despertado.”. En este desarrollo, la ideología del “anti-imperialismo” estaba en su apogeo. Ni Busch ni Toro no eran sofisticadas figuras políticas, y todo el período se evidencia del eclecticismo serio, generalmente de tipo corporativista. La Italia de Mussolini fue, cuando se trató de la reorganización, más de un modelo que la Alemania nazi, aunque sólo sea porque era mayor y más formado. (El Embajador de Toro a Alemania hizo admiración expresa de nacional-socialismo alemán, y Oscar Moscoso, el Ministro de Defensa, también fue un simpatizante nazi.) Toro anunció su régimen como un “socialismo de Estado”, y por primera vez, en consonancia con las tendencias mundiales, un “derecho del Estado”, (en contraste con el constitucionalismo liberal anterior teóricamente fundada en el individuo) se articuló. En otras ocasiones, el régimen de Toro se llamó un “Estado sindicalista”. (78) Carlos Montenegro, cuyo libro Nación y Coloniaje (1953) sería más tarde la declaración por excelencia del nacionalismo del MNR (véase más adelante), había sido un co-conspirador en el golpe (79). El gobierno también fuo apoyada por los trabajadores y por la Legión de Veteranos de la Guerra del Chaco (LEC). La LEC formó el Frente Unico Socialista y pidió un “nacionalismo autoritario”. Toro creó “sindicatos funcionales” controlados por el Estado, los cuales contó con el apoyo oficial del Partido Socialista, que quería que sea anti-comunista (80). Cuando los sindicatos se mostraban ser un fracaso, Toro intentó dar forma a un “partido socialista de estado”. El nuevo régimen vio el meteórico ascenso de oficiales jóvenes, entre ellos miembros de RADEPA. Este “socialismo militar” nunca tomó en serio las preguntas del latifundismo y de las masas indígenas, y su principal base de apoyo fue la clase media urbana. Desde el fascismo italiano, el “socialismo militar” se hizo cargo de la sindicalización obligatoria, un régimen de tipo corporativo en el parlamento, los planes obligatorios de ahorro de los trabajadores, un sistema de seguridad social, y las tiendas de alimentos subsidiados por el estado. Se estableció el primer Ministerio de Trabajo con el primer ministro obrero, así como el primer Ministerio de Asuntos Indígenas en la historia boliviana. El Ministerio de Trabajo, en particular, fue atacado por su “progresiva radicalización”, sino que se hizo notorio para la contratación de (auto-designados) marxistas. Los ministros de Asuntos Exteriores y de Hacienda eran del Partido Socialista y pro-corporativistas (81). El 25 de mayo de 1936, el gobierno de Toro anunció “cincuenta y dos puntos de acción”, incluyendo la sindicalización obligatoria. Los regímenes de Toro y de Busch, con toda su retórica a favor de los trabajadores, se enfrentaron a una serie de huelgas generales en el período 1936-1939, encabezada por los mineros y trabajadores del ferrocarril.
11. El MNR en embriones
El verdadero núcleo del MNR futuro fue el diario La Calle, fundado en 1936 por un grupo de alrededor de Víctor Paz Estenssoro (1907 -2001), que dominó la política del MNR en la década de 1980, y todos los grandes intelectuales “movimientistas” como Augusto Céspedes (1904-1997), Carlos Montenegro (1903-1953), y José Quiroga Cuadros (1908-1975) (82). La Calle se convirtió en un órgano de propaganda fascista pro-alemán de un antisemitismo virulento(83); ya partir de 1938, utilizó sólo los servicios de prensa alemanes. El propio Augusto Céspedes la llamó el “megáfono” del MNR, y décadas más tarde, dijo que La Calle era ” casi fascista “en los años posteriores a la Guerra del Chaco. José Cuadros Quiroga, el más abiertamente anti-semita del grupo, se destacó por escribir los titulares pegadizos y sarcásticos que hizo de La Calle un periodico popular, en contraste con la prensa formal controlada por los barones del estaño.
De acuerdo con Guillermo Bedregal Gutiérrez, (Quiroga) “la dimension philofascista y antisemita” de Quiroga era “una moda “de la época. Hubo una gran influencia alemana en Bolivia y Quiroga consideró que “es importante ser antisemita como un elemento de agitación popular”. “(84) (Esto tiene un significado particular, porque fue Quiroga, quien, en 1942, escribió la fundación programa del MNR, en la que se hace eco de estos elementos fascistas todavía presentes). La Calle estaba a favor de la República en la Guerra Civil española que estalló en julio de 1936, pero el equipo de La Calle fue “impresionado” por los primeros éxitos alemanes e italianos en la Segunda Guerra Mundial (85). Quiroga, al parecer, escribió la mayor parte de los artículos antisemitas (86). Para el grupo de los alrededores de La Calle, German Busch se alzaba como un salvador de Bolivia. Paz Estenssoro, quien resultó ser la mayor supervivencia política de todos los fundadores, nunca escribió para La Calle, pero sí escribió para el semanario llamado (apropiadamente) Busch, editado por Montenegro, que fue fundada durante un breve período en que La Calle fue suprimida . (87) Se trataba de un grupo de élite, condensando el fermento de la época. Los catorce fundadores incluyeron tres futuros presidentes, y osciló ideológicamente entre socialismo y el marxismo y tendencias totalitarias como las de Cuadros Quiroga y Roberto Prudencio (88).
La Calle era elocuente acerca de sus opciones políticas, sobre el tema de la temprana influencia trotskista en Bolivia, con titulares como “Demagogas Trotzkyitas (sic) Traigan la Anarquía a la FOT” o “seremos gobernados por desertores?” Otro artículo llamó a un “puño de hierro” y a una purga del país del “extremismo rojo” de “partidarios de las Tercera y Cuarta Internacional”. (89)
Haciéndose eco de los acontecimientos en Brasil, Argentina y México descritos anteriormente, La Calle apoyó “la renovación de las estructuras sindicales”. Pero esta renovación no puede limitarse a las estructuras, sino más bien debe “concretar la institucionalización del régimen en un Estado Corporativo” y dar especial importancia a la función “disciplinaria del sindicalismo extendido como un factor de cohesión social más que como un instrumento para la defensa de los objetivos de clase. “(90)
12. Cruce de la retórica fascista y medidas de izquierda en la política corporativista del “socialismo militar”
El período 1936-1940 del “socialismo militar” fue una vorágine de la ideológia, politica extranjera y la efervescencia de organización que pudiera considerarse a la primera vista como el intento de las fuerzas del MNR futuro de posicionarse, en respuesta a un torbellino de presiones nacionales e internacionales , no el menor de ellos el nazismo alemán. Es necesario para seguir con cierto detalle, para navegar por el diluvio de la propaganda ideological, por motives distintos, procedentes de todos los lados.
En enero-febrero de 1936, Montenegro (que estaba muy cerca de Busch) y Augusto Céspedes habían fundado el Partido Socialista, que en la opinión de Herbert Klein es el mejor articulado del punto de vista “nacional socialista” (91) Los “socialistas nacionales” en 1936 habían tenido una gran influencia suficiente, según se indica, para empujar Toro a proponer el modelo corporativo y la sindicalización forzada bajo control estatal. Para Klein (92), Toro articuló “en esencia y en su forma más articulada” la filosofía que “el pequeño grupo de oficiales jóvenes políticamente conscientes y avanzados de propusieron para la regeneración de la vida nacional … algunos de los cuales habían recibido algún tipo de formación en Italia a finales de los años 1920 y principios de de la años 1930”. Toro, de hecho, emitió un decreto anticomunista duro para apaciguar a la oligarquía, pero fue detenido por Waldo Álvarez, el Ministro de Trabajo. Los radicales en el Ministerio de Trabajo fueron rotundamente en contra de las propuestas corporativistas y exigió la independencia de los trabajadores. Su oposición, de hecho, en última instancia acabó con estos planes.
A finales de junio de 1936, Toro y Busch crearon un régimen military integral. Elías Belmonte Pabón, uno de los fundadores de RADEPA y (cuyas simpatías nazis eran, en la opinión de Guillermo Lora, “fuera de toda duda” (93), fue ministro del Interior en el nuevo gabinete. Belmonte había trabajado con Ernst Roehm durante la estancia de éste en Bolivia , y Busch lo envió a Alemania como diplomático (94). Otros miembros de RADEPA fueron enviados a Italia. Militantes de un otro grupo de extrema derecha, la Estrella de Hierro también estaban en el gobierno de Busch (95).
El contexto social era cada vez más tensa. Una ola de huelgas comenzó a principios de 1936 y en mayo se ha convertido en “el mayor movimiento de huelgas que Bolivia había experimentado nunca.” Hubo un intenso debate de la propuesta de sindicalización obligatoria en el movimiento obrero. Algunas partes de la izquierda política vieron en la politica laboral de Toro como siendo más fascista que socialista (96). A principios de julio, los radicales en el Ministerio de Trabajo formaron el ANPOS (Asemblea Nacional Permanente de Organizaciones Sindicales) (97). En la estimación de Guillermo Lora, el ANPOS era “una de las creaciones más importantes de la izquierda vinculada con el Ministerio de Trabajo” (que) “quería transformar la sociedad desde arriba”, sino que al final tuvo una existencia efímera. Esta concepción, en el que “las asociaciones de trabajadores reconocidas por el Ministerio enviaron sus delegados a las reuniones”, con la autoridad del Estado “reconociendo” las distintas organizaciones de la sociedad, refleja la esencia del corporativismo.
El régimen de Busch-Toro, en sus primeras semanas siguió adelante con sus planes para el “socialismo militar”. El 6 de julio, se emitió un decreto sobre el trabajo obligatorio por todos. Los veteranos del Chaco iban a ser reincorporados en sus anteriores puestos de trabajo dentro de los veinte días. De ahora en adelante, cualquier persona sin papeles de trabajo (cuaderno de trabajo) fue declarada “desempleada” y susceptible de ser inscrita en brigadas de trabajo del estado. Las empresas fueron llamados a comunicar sus necesidades laborales que al Estado. Lora (98) vio la mano de obra forzada como expresión de una mentalidad “totalitaria, fascista, es decir, al parecer inspirada por Mussolini. Las manifestaciones masivas tuvieron lugar en apoyo del Ministerio de Trabajo y de la sindicalización obligatoria. Toro en un discurso a finales de julio se declaró “a favor de un estado corporativo” y por un “régimen de asociación sindical identificado con los órganos de poder y representación política.” (99) Al igual que en Brasil o México, o más tarde Argentina,
“… El Estado Nacional, como el sucesor definitivo al Estado oligárquico antes de la Guerra del Chaco, sustituiría a los conflictos de clase una división de funciones productivas, en las que las contradicciones daran paso a la integración dentro de un proyecto de desarrollo dirigido por el Estado.” ( 100)
El día después del decreto del trabajo obligatorio, Toro dictó una Ley Orgánica de Petróleos para frenar la especulación y las concesiones a la explotación extranjera del petróleo de Bolivia. Dos semanas más tarde, el 24 de julio, esto fue seguido por un decreto de creación del Banco Minero. En agosto, el decreto sobre la sindicalización obligatoria fue emitida. (101) Según el decreto, los sindicatos en adelante “estará bajo la” protección y control permanente “del gobierno socialista y fueron” incorporados en el mecanismo del estado. Los empleadores y los trabajadores, siguiendo el modelo sindicalista italiano, estarían en el mismo sindicato. Según Lora, “En la práctica … era la tarea del Ministerio de Trabajo de organizar los sindicatos y de administrarlos en todos los tiempos y las circunstancias”. (102) Esta incluyó un plan más amplio del gobierno “para movilizar a toda la población activa en un programa intensivo de producción”. (103)
En noviembre de 1936, el Primer Congreso Nacional de Trabajadores se llevó a cabo, y debatió la creación de una Confederación Sindical de Trabajadores de Bolivia (CSTB) orientada a los partidos de izquierda. En ese momento, sin embargo, Toro se había movido hacia la derecha y nombró a abogado destacado de los intereses Hochschild Mining (104) al Ministerio de Trabajo, mientras que los radicales se retiraron del Ministerio. Como Klein dijó (105) “Se contemplaba un estado mixto sindical-corporativista injertado en el viejo sistema de partidos”.
Otras medidas de este tipo seguieron el 21 de Deciembre de 1936, con la creación de los Yacimientos Petrofileros Fiscales Bolivianos (YPFB), un paso preliminar a la nacionalización histórica por Toro de Standard Oil en mayo de 1937. Esta expropiación de una importante empresa de EE.UU. no tuvó precedentes en América Latina, un año antes de la nacionalización más conocida de petróleo por el régimen de Cárdenas en México. Además, la regulación gubernamental de la industria del estaño, en un principio una medida temporal durante la Guerra del Chaco, se hizo permanente (106). A raíz de esta ráfaga rápida de decretos y de las adquisiciones estatales, el gobierno Toro-Busch fue atacado desde la derecha por los intereses de estaño y de la izquierda por varios marxistas. Las medidas estatistas de Bolivia fueron seguidas por medidas similares en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. En el “socialismo militar”, por supuesto, el Ejército de Bolivia siguió con el 37% del presupuesto del gobierno.
El 13 de julio de 1937, German Busch derrocó Toro como único gobernante militar. Busch se veía como campeón de la huelga general de mayo 1936. Toro nunca había perdido el apoyo del movimiento obrero o perseguido la izquierda radical, pero había perdido el apoyo de los fascistas (107) y suboficiales de mentalidad reformista en el circulo de Busch. En algunas de sus medidas inmediatas,
Busch cerró las tiendas de alimentos subsidiados por el estado, y anuló algunos otros controles del año anterior. (Él también permitió a Tristán Marof para regresar a Bolivia después de diez años en el exilio.)
Una vez consolidado en el poder único, Busch en noviembre de 1937 recomendó una ampliación del anterior Código de Trabajo, en sí mismo (según algunas estimaciones), influenciado por la Carta di Lavoro italiana y el Arbeitsfront nazi (108). En realidad, sin embargo, la sindicalización obligatoria nunca se apoderó. Klein resume el período de la siguiente manera (109): “En los cuatro años de socialismo military, la base de los viejos partidos se había podrido definitivamente … al final, la izquierda surgió como el factor dominante en la vida política.” En marzo de 1939, en el reconocimiento de este cambio, una Concordancia de los tres partidos políticos tradicionales se formó (110), en la que los partidos de antes de 1930 se vieron obligados a reconocer el final del viejo sistema y llegar a ser (en la estimación de Klein) “representantes con conciencia de clase de la oligarquía “.)
13. La influencia de la Revolución Mexicana
Otra novedad importante durante el periodo de gobierno de Busch fue la convención constitucional de marzo 1938. Las actas reflejan el impacto, entre otros, de la Revolución Mexicana (111), en ese momento llegando a sus límites de izquierda con Cárdenas. La nueva Constitución se demarcó de sus predecesores liberales, (con sus orientaciónes a la persona y a la propiedad privada), por un énfasis corporativista
En que el estado reconoció las organizaciones profesionales o laborales, anticipando una mayor elaboración a partir de 1952. Iba acompañado de una nueva ley de propiedad empujando la propiedad social. Propuso la reforma agraria, la legalización de la ayallu (la comuna rural prehispánica, que aún existe en algunas regiones), y la nacionalización de las minas (aunque esto fue rechazado en última instancia). Obligó a un reagrupamiento de los partidos tradicionales de la época pre-Chaco. El régimen decretó (en principio) la educación universal gratuita y la creación de centros de educación rural para la población indígena del altiplano (112).
Marzo 1938 también vio el triunfo completo del Frente Socialista Único en las elecciones. Realizada a lo largo de este impulso, la (a la vista de Klein) convención constitucional de 1938 “extremamente radical” ascendió a “un punto vital de inflexión en la historia de Bolivia” (113). Se derogó la Constitución liberal de 1880, y se desarrolló el “constitucionalismo social” (un concepto formuló por primera vez para los propósitos de América Latina por la Revolución Mexicana). La propiedad, previamente concebida en términos individuales, se redefinió en función del estado. (Esta recentralización de la constitucionalidad en el estado, su reconocimiento legal y la ejecución por la fuerza de dicho reconocimiento de los diferentes órganos, desde los propietarios de las asociaciones profesionales hasta los sindicatos, es la esencia del corporativismo). El convenio también fue influenciado por el radicalismo y el socialismo europeo, así como por el indigenismo del siglo XX, articulado por figuras como Mariátegui y Tamayo. Se aprobó la participación de los trabajadores en los beneficios, y proclamó la función del Estado como la prestación de asistencia social.
Unos meses más tarde, demostrando una vez más la proyección continental de la fase de Cárdenas de la Revolución Mexicana, la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) fue fundada en la Ciudad de México. De acuerdo con Lora (114), “había una gran influencia en el movimiento sindical boliviano” y tuvo una influencia práctica en la formación del carácter y de la (estalinista) Confederación Sindical del Trabajo Boliviano (CSTB). Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, la CTAL era controlada por los estalinistas, encabezada por el famoso estalinista mexicano y burócrata sindical Lombardo Toledano (115).
14. Intento de aplicación de un sistema schachtiano de los controles de divisas y del comercio administrado; regimentación del Trabajo
La intensificación de la lucha geopolítica entre Alemania y los EE.UU. era muy presente en los acontecimientos en Bolivia a finales de 1930, ya que la radicalización social se agudizaba. En 1938, Alemania representó el 17% del comercio exterior de Bolivia.
Las juntas de comercio exterior alemán, por su parte, querían un intercambio de material ferroviario contra materias primas bolivianas bajo el nuevo sistema comercio administrado de Schacht. Standard Oil emprendió una gran campaña exigendo indemnización por la nacionalización de sus activos bolivianos por Toro, y Busch dijo a los alemanes que “no quería mucho que ver con los estadounidenses” dado a este callejón sin salida. Los Estados Unidos estában haciendo esfuerzos a través de la Unión Panamericana (que dominaba) para contrarrestar la influencia alemana.
En abril de 1939, Alemania Busch se proclamó dictador. Mientras que el embajador boliviano en Washington declaró que el gobierno boliviano y Bolivia no sentía simpatía por la ideología nazi o fascista, Busch se acercó al Tercer Reich (116).
Una anomalía en los últimos dos años del “socialismo militar” (1938-1940) fue una política única de Bolivia, para el mundo en ese momento, la admisión abierta de refugiados judíos europeos. El resultado fue la llegada de entre cinco y diez mil judíos, principalmente de Alemania y las zonas de habla alemana de Europa Central. El objetivo de la política era promover el desarrollo agrícola de la remota y casi vacío-hinterland del este de Bolivia, tarea para cual una gran parte de los inmigrantes judíos, profesionales de la clase media, eran poco adaptados. A finales de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de estos inmigrantes se mudaron a otros países, pero su presencia, y las dificultades de asimilación en un país en el que no podían hablar bien el español ni utilizar sus habilidades profesionales, también alimentaron el antisemitismo de La Calle, que salió en el primer programa del MNR en 1942 (véase más adelante la sección 16) (117).
En mayo de 1939, sin embargo, el régimen de Busch emitió un nuevo Código del Trabajo mejorando mucho las condiciones de trabajo; era efectivamente, el cambio más duradero de sus años en el poder (118). El primer artículo del Código excluyó a los trabajadores agrícolas, es decir, las masas de campesinos. Era proteccionista, estableciendo un máximo del 15% para trabajadores extranjeros en cualquier lugar de trabajo. Se proporcionaban sindicatos de trabajadores y los empleadores juntos, y concedió el derecho de huelga bajo el control del gobierno, así como el derecho de los empleadores de bloqueo e impuso el arbitraje obligatorio.
Guillermo Lora elabora un poco más (119):
“(El decreto) … en realidad era un documento elaborado durante la presidencia del coronel Toro, cuando Waldo Alvarez fue ministro de Trabajo en los debates organizados en comisiones creadas para tal fin. Los trabajadores organizados participaron en esos debates. Esta realidad se desinfla la leyenda de que Busch impuso el Código de Trabajo de un día para otro en una clase obrera que no había hecho nada para merecerlo. Hay una visible influencia internacional y mexicana en particular, en la legislación boliviana … La aprobación del Código de Trabajo tenía enormes repercusiones políticas. Se confirmó el caracter obrerista del nuevo gobierno y Busch se convirtió automáticamente en el caballero andante de los movimientos populares. Este apoyo entusiasta permitió al régimen de adquirir una estabilidad política inesperada. El héroe del Chaco, a pesar de que no había emitido ninguna medida equivalente a la nacionalización del petróleo, fue identificado por amigos y enemigos como un caudillo de la izquierda. El Derecho del Trabajo y otras medidas adoptadas por el gobierno, incluso impulsó un número considerable de los marxistas a unirse a las filas de los partidarios incondicionales de Busch … la mayor parte de las masas y no un pocos marxistas consideraban este cuerpo de leyes a ser sinónimo de socialismo … Muchos autores de tratados y otros exégetas escribieron sobre el Código Busch y casi todos ellos estaban convencidos de que, especialmente en un país atrasado como Bolivia, los explotados podian ser liberados por la legislación social … (el profesor universitario filo-trotskista Alberto Cornejo) encontró una supuesta identidad entre el código del trabajo y el Programa de Transición de la IV Internacional … En las fantasías de Cornejo la lucha por la legislación social seria no es nada menos que el nudo gordiano de la actividad revolucionaria. “
Como Lora dijo: “el socialismo de Estado, lejos de abolir el principio de la propiedad privada, se limitaría a modernizarla, dandole el contenido de una función social.” (120)
Junto con todo este fermento obrero y legislación, Busch estableció un gran aumento en la fiscalidad de las minas. Cuando los propietarios de las minas de estaño del Comite Permanente de Mineros obligaron al gobierno a abolir los impuestos especiales y los requisitos de moneda extranjera, Busch respondió en junio de 1939 con un tipo schactiano de control de cambios. El decreto requisó la entrega obligatoria de todas las divisas provenientes de las exportaciones de minerales al banco central, y citó Alemania, Rusia, España, así como Argentina, Brasil y Chile como antecedentes. Esta medida aumentó a los ingresos del Estado en un 25%.
El representante de Bolivia en Berlín anunció la intención de Bolivia de retirarse del Comite Internacional del Reglamento del Estaño y dar al Banco Minero el cargo de las exportaciones de estaño, de hecho creando un monopolio estatal. Los alemanes vieron esto como una abertura por la que el Reich podría adquirir toda la producción de minerales de Bolivia a cambio de equipos de minería (121). En julio de 1939, se les pedío a los representantes del Reich en Bolivia, Walter Becker y Horst Koppelmann, de reorganizar el comercio alemán-boliviano a través de la centralización de las marcas ASKI en el Banco Central, obteniendo así todos los productos minerales de Bolivia (sobre todo de estaño) a cambio de ASKI marcas, y de firmar un tratado, un “Convenio comerical de Pagos” sobre todas las transacciones de crédito entre los dos estados (123). Bolivia, como otros países que entraron en estos acuerdos de trueque con la Alemania nazi, se inundó con cámaras, la aspirina Bayer y marcas ASKI (124).
Busch entonces nacionalizó el Banco Central, y Alberto Ostria Gutiérrez, un diplomático pro-anglo-estadounidense, renunció al gobierno en protesta por la deriva de la política económica. En el mismo día en que emisarios alemanes firmaron un protocolo previo con el Ministerio de Relaciones Exteriores; en ella, Alemania y Bolivia acordaron dar a la Reich-Crédit-Gesellschaft y al Banco Alemán de América del Sur la regulación del comercio de ASKI-marcas. El protocolo prevío también un tratado de cinco años en virtud de que Bolivia vendería todos los productos a Alemania contra las marcas ASKI (con algunas excepciones para el estaño). La última parte del acuerdo propuso la supervisión del Banco Central de Bolivia por una comisión mixta de bolivianos y del “ministro alemán en Bolivia”. Asimismo, se estableció el papel del Reichsmark y se reservó para Alemania el derecho a utilizar el 50% de su “Compensación de Creencias” (es decir, las marcas ASKI) en la compra del estaño boliviano. Los EE.UU., Gran Bretaña y Japón trataron de ejercer contra-presiones, pero seis días más tarde, los dos bancos alemanes firmaron un acuerdo con la YPFB, la empresa petrolera estatal, comprometiéndose a ayudar a Bolivia en el desarrollo de la industria petrolera. Walter Mehring, “el plenipotenciario especial de la YPFB” y un ciudadano alemán, recibió la orden de firmar un acuerdo con los dos bancos alemanes. Cuatro millones de marcos fueron designados para los equipos a cambio de petróleo y materias primas.
Este frenesí de actividad marcó el punto culminante de las relaciones comerciales Boliviano-Alemana en el periodo 1936-1946 (125) período, pero los intercambios previstos nunca se materializaron y sirvieron más para centrar la atención de EE.UU. sobre estos acontecimientos. Hasta el momento, los EE.UU. habían sido más interesados en las negociaciones entre Bolivia y Paraguay a raíz de la Guerra del Chaco, que se prolongaron hasta 1938, y que habían tenido prioridad sobre las preocupaciones acerca del “socialismo militar” boliviano. Los enviados alemanes en última instancia, dejaron a Bolivia con las manos vacías.
15. Los barones del estaño vuelven al control directo del Estado, 1940-1943
El “socialismo militar” en Bolivia llegó a un final abrupto el 23 de agosto de 1939, con el suicidio (aparente) de German Busch. Había dudas generalizadas populares que su muerte fue en realidad un suicidio y muchos sospecharon que Busch había sido asesinado por los barones del estaño y su “superestado”. (126). En efecto, Busch no fue sustituido por Baldivian, su vicepresidente, pero en su lugar una comisión especial fue convocada para instalar el general Carlos Quintanella como presidente provisional hasta abril de 1940. Quintanella rápidamente anuló el decreto de Busch sobre moneda extranjera y en fines de 1939, emitió un decreto modificado adaptado a la situación de guerra (127).
La política boliviana, tras la muerte de Busch, entró en una nueva etapa de la restauración del poder de la oligarquía, en forma convenientemente modificada con una orientación abierta hacia el lado emergente de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y un cambio simultáneo a la derecha en el frente interno. Ya en septiembre de 1939, una caída rápida en el comercio boliviano-alemán se llevó a cabo mientras el comercio de Bolivia con los EE.UU. surgío. La presencia alemana en el Lloyd Aéreo Boliviano fue eliminado (128).
El nuevo período representado por la presidencia de Enrique Peñaranda 1940-1943, tras el período de Toro-Busch del “socialismo militar”, marca un cambio del péndulo lejos de la anterior política exterior pro-fascista con llamamientos izquierda-corporativistas a la clase obrera, y hacia una postura internacional a favor de los Aliados combinada con un endurecimiento de la relación del régimen con los trabajadores y campesinos. El péndulo pudo dar vuelta otra vez después del derrocamiento de Peñaranda por el golpe de diciembre de 1943, marcando el comienzo de la vuelta desde 1943 hasta 1946 a la dinámica anterior Toro-Busch, naturalmente modificada para condiciones de guerra, bajo Villaroel. Tras el derrocamiento y linchamiento de Villaroel en julio de 1946, el péndulo osciló de nuevo, y de manera dura, en el represivo “sexenio rosquero (129)”, el período de seis años previos a la revolución del MNR, en los que el “superetado” de los barónes del estaño ha obtenido al poder con una venganza, antes de ser definitivamente derrotado en 1952. Por lo tanto, es necesario, como hasta ahora, a seguir este cruce entre las presiones internacionales y la evolución interna en detalle (130). De 1940 en adelante, cuando los EE.UU. se volvió su atención a Bolivia como el único productor de estaño en el mundo que no estaba bajo control del Eje, los EE.UU. y Gran Bretaña participaron en un aluvión de propaganda que representó al MNR emergente como “nazi-fascista”, y cada vez más intervino en la política boliviana interna. Después de la guerra, durante el “sexenio rosquero”, se señaló con cierta ironía que en Bolivia “fascista”, se instó a los trabajadores a la sindicalización y se dió cuenta por lo menos teoricamente de los problemas de los campesinos, mientras que en “democrátia” (léase: a favor de los Aliados), los trabajadores y los campesinos fueron reprimidos y masacrados. En la década antes del estallido de la Guerra Fría en 1948, “nazi-fascista” fue el epíteto de elección reservado para cualquier persona que se oponían a los intereses norteamericanos; a partir de entonces se sustituye por “comunista”.
A partir de su fundación en 1940, el PIR (Partida de la Izquierda Revolucionaria-Partido de la Izquierda Revolucionaria) emergió como el partido auto-designado marxista más influyente en Bolivia, con una facción pro-soviética y otra indígena. La personalidad principal del PIR, José Antonio Arze (131), no fue, sin embargo, (por lo menos a la vista de Lora), un “estalinista sectario”. En ausencia de cualquier establecido Partido Comunista de Bolivia, el PIR funcionaba con eficacia como local del partido pro-estalinista, y ha seguido la línea soviética tan fielmente como cualquier otro partido communista. Desde el momento del ataque de la Alemania nazi a la Unión Soviética en junio de 1941 hasta el estallido de la Guerra Fría, el PIR tan agresivamente representó a críticas de los aliados, ya sea del MNR o trotskistas, como “nazis”, que terminó en una estrecha alianza con el superestado de los barónes de estaño, en última instancia, incluso la propia participación (en 1947) en la represión sangrienta de los trabajadores. Esta extrema postura del PIR en favor de los aliados, y en favor de la “democrátia” desacreditó al PIR tan totalmente a los ojos de las masas bolivianas, especialmente en la clase obrera, que el apoyo del partido de masas de 1940, simplemente se evaporó en 1950, cuando se redujo a una miserable secta. Esta auto-destrucción de la PIR (casi único entre los partidos políticos pro-soviéticos en la década de los años1940) fue un factor importante en el surgimiento del trotskismo como corriente dominante en la clase obrera boliviana en la década de 1940 y más allá (132). Durante la guerra, el MNR era partidario del Eje, al menos hasta que las presiones de EE.UU. (y la inminencia de la derrota alemana) lo obligaron a moderar su tono; la Falange marginal fue pro-Eje en todo (133).
Así, en abril 12,1940, Enrique Peñaranda fue elegido presidente, poniendo fin al poder provisional de Quintanilla y restableciendo la influencia directa del superestado de los barónes de estaño en el gobierno. Los 10.000 votos (de un total de 56.000 en total) de José Antonio Arze, el líder del PIR, fueron el shock real de las elecciones, sobre todo dado el carácter de élite (2%) del derecho al voto. La prioridad de Peñaranda de reorientar la política exterior de Bolivia hacia los EE.UU. se encontró con el obstáculo del clamor continuo de la Standard Oil exigiendo indemnización por la nacionalización de sus activos en 1937.
Alberto Ostria Gutiérrez, que había dimitido en protesta del régimen de Busch, fue de nuevo a cargo de la diplomacia. Afirmó que habia obligado a Washington a dar marcha atrás en la cuestión del petróleo a cambio de la plena cooperación en el esfuerzo de guerra (134).
En esta nueva etapa, a la izquierda moderada, los intelectuales de clase media eran anti-Estados Unidos e influenciados por la ideología fascista (135). Los pro-alemán y pro-italia “socialistas nacionales” estában a favor de la nacionalización de las industrias básicas, sobre todo de las minas de estaño. En la opinión de Klein, fue en su interés de fomentar un movimiento obrero radical entre los mineros(136), y el tiempo era de hecho propicio; en octubre de 1940 había huelgas salvajes en las minas y una huelga de ferrocarriles muy importante.
16. El “putsch nazi”, las luchas de Peñaranda para mantener el control social; los EE.UU. comienzaron a eclipsar a Alemania en la política interna de Bolivia
La nueva administración en Peñaranda se vio acelerado por el llamado “golpe de estado nazi”. Una carta fue publicada en los periódicos de Bolivia el 20 de julio de 1941, ostensiblemente nombrando el agregado boliviano en Berlin Elías Belmonte y el embajador alemán en La Paz, en una conspiración para una toma de poder nazi en Bolivia. Aunque la carta fue en realidad una travesura de los servicios secretos británicos (137), dio al gobierno Peñaranda todo el pretexto que necesitaba para la dura represión de los asociados con los años Toro-Busch. El embajador alemán fue expulsado del país; los nazis alemanes y bolivianos, así como activistas del MNR, fueron encarcelados; los contratistas italianos fueron expulsados en Cochabamba; La Calle fue cerrada, y Carlos Montenegro también fue encarcelado durante cuatro meses. Hasta ese momento, el MNR había sido el más fuerte crítico de la indemnización a la Standard Oil. El “putsch nazi” también se consolidó la alianza de trabajo entre el PIR, ahora (después de la invasión alemana de la Unión Soviética en el mes anterior) en el “Frente Democratico” con la ologarquía Rosca en su lucha contra el fascismo. “Frente Democrático”. Los militares, sin embargo, nunca eliminaron por completo los oficiales nacionalistas más jóvenes, que orientaron al socialismo militar de Toro-Busch, que sería un factor importante en el posterior (1943-1946) período de Villaroel.
No todo fue sin problemas para el nuevo curso de derecha. En septiembre y octubre de 1941, los mineros de Siglo XX y trabajadores de los ferrocarriles hicieron huelga y ganaron un aumento salarial del 20%. Ostria Gutiérrez fue obligado a entrar en las controversias sobre las ventas de minerales y las cuestiones de compensación . Sin embargo, a finales de 1941 los EE.UU., con una necesidad seria de estaño, inscribieron a Bolivia en su programa de Lend Lease. Después de Pearl Harbor (diciembre de 1941) el gobierno de Peñaranda emitió una declaración pro-Estados Unidos, congeló los activos alemanes y japoneses, y estuvo de acuerdo con una compensación de $ 1.5 millones por la Standard Oil (138). A finales de enero de 1942, Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Alemania y expulsó a más ciudadanos alemanes.
Los partidos de izquierda se hicieron un gran progreso en las elecciones de la primavera de 1942, en las que el MNR también participó por primera vez. Pero el gobierno de Peñaranda emitió su famoso Decreto de Seguridad del Estado, prohibiendo a las organizaciones con “relaciones internacionales”, sin duda destinado a simpatizantes de Alemania e Italia. En junio, Bolivia se unió a las fuerzas aliadas en la II Guerra Mundial, y bajo esta presión el MNR comenzó a tomar sus distancias de Alemania. Un estímulo para principios de este realineamiento fue el Acuerdo de Cooperación Económica con los Estados Unidos, que había resultado de la Conferencia Interamericana en Río de Janeiro (139) y el informe de la misión Bohan del gobierno de EE.UU.. El acuerdo proporcionó
$15 millones para la exploración petrolera, la construcción de carreteras y la financiación de la Corporación Boliviana de Fomento (Corporación de Fomento Boliviano-CFB), que jugaría un papel importante después de la revolución de 1952. (Los críticos señalaron que la cantidad prevista compensó apenas para las ventas de estaño y wolframio de Bolivia a los EE.UU. por debajo de los precios del mercado mundial (140).)
17. Huellas fascistas en la fundación del MNR
El MNR fue fundado el 25 de enero, 1942 (y de manera más formal el 2 de junio de 1942), con los intelectuales de La Calle como Montenegro, Céspedes, Paz Estenssoro y Quiroga Cuadros proporcionando la inspiración principal. Un historiador (141) lo calificó como un “una única mezcla boliviana de nacionalismo y socialismo, pero nunca fascismo en si”. Augusto Céspedes, mucho más tarde, se puso de acuerdo con Ostria Gutiérrez, que de hecho hubo más que un soplo de la influencia nazi en el programa de fundación, pero llegó a decir que era la “moda” (sic) de la época. Cuando otro autor (143) más tarde preguntó a Cuadros Quiroga, quien redactó el programa, con respecto al antisemitismo en el documento original del MNR, este último respondió que era debido a (el barón de estaño judío) Hochschild. Cuadros Quiroga se refirió a la “siniestra figura del Judio Mauricio Hochschild… el pontífice de las maquinaciones del palacio.” Cuadros Quiroga dijó que el sentimiento anti-semita fue generalizado en Bolivia en el momento, pero afirma que después del Holocausto que él mismo lo abandonó. Para él, Hitler fue visto en Bolivia como una “fórmula alternativa a la democracia burguesa y oligárquica”.
En los “Principios y Acción del Movimiento Nacional Revolucionario” de Cuadros Quiroga, el documento fundacional de 1942 del MNR, los puntos siguientes se enumeran (144): 1) contra la falsa democrácia “entreguista”, o sell-out (para extranjeros); 2) contra el pseudo-socialismo de una nueva explotación. Sobre este último punto, el documento continúa: “. Denunciamos como anti-nacional de cualquier relación possible de los partidos políticos internacionales y las maniobras del judaísmo” Concluye con un llamamiento a la prohibición “absoluta de la inmigración judía, así como cualquier otra inmigración que no tiene eficacia productiva “. Y, por último, 3) una convocatoria de “solidaridad de los bolivianos para defender el interés colectivo y el bien común antes del interés individual”, posiblemente una traducción directa “Gemeinnutz vor Eigennutz” de los nazis (145).
Es instructivo leer algunos intentos de contextualizar la opinión colectiva de los líderes del MNR temprano, décadas más tarde por escrito por parte de simpatizantes del MNR. Walter Guevara Arze, en su libro de 1988, llamó a una renovación del movimiento, y comentando sobre el torrente de propaganda pro-aliada llamando al MNR “nazi”, escribió: “… por desgracia algunos textos del partido que confundieron la lucha contra el imperialismo con apoyo al nazi-fascismo parecían justificar, en un determinado momento, esta acusación absurda … a esto hay que añadir las declaraciones de algunos funcionarios que creen, más o menos sinceramente, que esta era la posición más beneficiosa para el país … “( 146)
Guillermo Bedregal, en un estudio masivo de Víctor Paz Estenssoro, la cara más visible de la política del MNR en las décadas posteriores, escribe que en 1939, la Segunda Guerra Mundial
“… Dio lugar a grandes expectativas y la simpatía evidente por las victorias impresionantes militares de Alemania. Algunas personas lo tanto creían que la cuestión se resumó en una idea doble: la historia de la humanidad, después del capitalismo y del comunismo, estaba entrando en una fase nacional-proletaria, en la fase nacional-campesina, cuya forma paradójica emergente estuvo representado entonces por Europa “fascista” (sic), y algunos estaban convencidos de que el advenimiento de la nueva era tuvo como condición previa el triunfo del Eje en la II Guerra Mundial … Muchos jóvenes bolivianos creían en la victoria europea del Eje y en una paz que podría ser favorable para los pueblos indo-americanos … América Latina nunca había tenido ningún problema con el hegemonismo alemán o los intentos de dominación … A esto hay que añadir la importante influencia de los acontecimientos políticos en Brasil y en Argentina, … (como)la política anti-Estados Unidos enriquecida por la aparición del movimiento de los trabajadores sindicalizados de los “descamisados”de Eva y Juan Perón … la oposición fundador del MNR fue impulsado por las grandes pasiones y también gran desinformación. Nadie, hasta la derrota final de la Alemania nazi, se enteró de la existencia de los famosos campos de concentración … Simpatía, había; desinformación, repito, hubo un monton “(147).
(Por supuesto, en esta mentalidad, el aplastamiento de todas las organizaciones, partidos, y sindicatos del movimiento obrero alemán, así como de todos los demás partidos del centro y la de derecha, los campos de concentración para los enemigos del régimen, 200.000 refugiados políticos antes del estallido de la guerra, las Leyes de Nuremberg sobre la pureza racial, la expulsión de los judíos de la vida pública y la Kristallnacht no eran razones suficientes para el escepticismo.)
Guevara Arze y Bedregal parecen ser por lo menos dispuestos a ver-en cierta medida – en estos corrientes lo que de hecho eran. Consideremos, pues, el intento de Eduardo Arze Cuadros, en su libro de 2002 (148) (dedicada a José Cuadros Quiroga …) afrontarse a estas mismas preguntas en una visión mucho más elogiosa del MNR temprano. Para Arze, los críticos (presumiblemente marxistas) que ven la lucha clave como “clase contra clase”, en oposición a la insistencia del MNR en la “nación contra el imperialismo”, son “eurocéntricos”. Casi no se menciona la existencia de RADEPA. En su capítulo sobre La Calle, invoca sólo su apoyo a la República Española, y no hace ninguna mención de su antisemitismo generalizado. Después de este encubrimiento de La Calle, Arze sigue dicendo que el anti-semitismo de Bolivia en este período ha sido “descontextualizado”. Se hunde aún más en la arena movediza, continúando de manera inolvidable:
“… Otros elementos objetivos de análisis de la época, como el hecho observable de la gravitación demográfica y política del “semitismo “(sic) a la ciudad de Nueva York, el punto neurálgico de la grave crisis mundial de 1929 y la sede principal de las finanzas capitalistas, (…) se pone de relieve la objetividad de una asociación del gran capital financiero internacional con el semitismo (sic) en una nación que acababa de salir de una grave derrota en una guerra regional y que participó entonces, casi sin quererlo, en un nuevo conflicto … “(149).
Con defensores como estos, el MNR temprano a penas necesita a críticos.
18. La masacre de las Minas Catavi Minas abre a la intervención interna de EE.UU.
Mientras que el MNR estaba haciendo su entrada en la política boliviana, la situación laboral bajo Peñaranda era cada vez mas problematico. A finales de septiembre de 1942, los sindicatos emitieron sus demandas en la mina Catavi (de que Patiño era proprietario); dos semanas más tarde estalló la huelga del ferrocarril.
La ola de huelgas se intensificó en noviembre y diciembre, hasta el 21/22 de diciembre, cuando cientos de trabajadores reunidos con sus familias fueron ametrallados por el ejército boliviano en la mina de Catavi (150). La masacre se convirtió en un problema internacional, el embajador de EE.UU. llamó a los huelguistas “saboteadores nazis”, y Peñaranda mas tarde visitó los EE.UU., donde fue recibido calurosamente en la Casa Blanca de Roosevelt. Las dos principales federaciones sindicales de EE.UU., la AFL y el CIO (151), así como el Departamento de Estado de EE.UU., enviaron la Comisión MacGruder para investigar, incluyendo a Robert J. Watt de la AFL y Martin Kyne del CIO, culminando en un retrato devastador de las condiciones de trabajo en Bolivia, publicado por la OIT. En opinión de Guillermo Lora (152), la comisión se debió principalmente a la sonda para sentar las bases para la ayuda de EE.UU.. Este baño de sangre, en la fuente más importante de estaño para el esfuerzo de guerra de EE.UU., tuvo que ser una preocupación importante, y con el empiezo de ayuda los EE.UU. iniciaron su intervención seria en la política interna boliviana. En efecto, en abril de 1943, el entonces U.S. Vicepresidente Henry Wallace visitó Bolivia, y en agosto de 1943, el Congreso de EE.UU. celebró audiencias sobre la masacre. (Wallace fue marginado rápidamente en las relaciones con Bolivia por el más conservador Jesse Jones, Secretario de Comercio, que había dirigido los lazos de la Rosca. Las minas de Patiño también establecieron su sede central en Delaware para adquirir la condición de una empresa EE.UU.) Además de estaño, los EE.UU. quería de Bolivia quinina, tungsteno, zinc, plomo y goma. De 1942 a 1945, la producción de estaño de Bolivia y el precio de la lata se levantaron, pero sostuvo Mariano Baptista Gomucio que el precio fijado durante la guerra de costó a Bolivia $ 670 millones, más que toda la ayuda de EE.UU. a Bolivia en la década de los años 1960 (153).
19. El régimen de Villarroel, 1943-1946: Segundo ensayo general de la Revolución del MNR
La masacre de Catavi también hizo posible una especie de debut político nacional para el líder del MNR Víctor Paz Estenssoro, quien lo denunció y apoyó firmemente la huelga, a pesar de que el MNR en ese momento era un partido de la clase media urbana con ningún vínculo específico con los trabajadores. Seis meses más tarde, en julio de 1943, La Paz fue a Buenos Aires, donde un grupo pro-Eje de oficiales militares, incluyendo el coronel Juan Perón, acababa de llegar al poder en un golpe de estado; Paz anunció que quería una revolución similar en Bolivia.
El régimen, aunque perdiendo rápidamente su control del poder, declaró la guerra al Eje el 4 de diciembre de 1943. Era de poca utilidad para Peñaranda, quien fue derrocado en un golpe de estado liderado por RADEPA y el MNR el 20 de diciembre, que marca otro giro del péndulo en la dirección de la pro-Eje, corporativista “socialismo militar” corporativista tres años antes ( 154). El nuevo jefe de Estado era el mayor Gualberto Villarroel, miembro de RADEPA. El suyo fue el primer gobierno de Bolivia para gobernar sin al menos una de las facciones de los barones del estaño. El Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones en el nuevo gobierno fue el coronel Antonio Ponce Montan, que había pasado por una formación militar alemana y que era un gran admirador del Tercer Reich (155). El nuevo gobierno fue reconocido de inmediato por la Argentina, que a su vez sólo se declaró la guerra a Alemania en marzo de 1945 (156). Un asesor de la cancillería fue el Dr. German Quiroga Galdo, un ex profesor de Derecho Internacional en la Escuela de Guerra en Cochabamba muy influida por el fascismo, y que en enero de 1944 pronunció un discurso pidiendo el apoyo de Bolivia al Eje. El gabinete incluyó a cuatro funcionarios de RADEPA y tres dirigentes del MNR, Augusto Céspedes, Carlos Montenegro y Víctor Paz Estenssoro. Según Klein (157), el “MNR respaldó a Paz Estenssoro en lugar de la extrema fascista representada por Carlos Montenegro (158) y Augusto Céspedes.” Céspedes, sin embargo, se convirtió en el Secretario General de la Junta del Gobierno, mientras que Paz Estenssoro se convirtió en Ministro de Economía. Paz Estenssoro se había reunido con Perón al parecer la noche anterior al golpe de Estado en Buenos Aires (159), donde había pasado los meses anteriores (160). Paz colocó “todos los miembros del MNR más rabiosamente antisemitas y fascistas en el gobierno.” (161) El periodico popular del MNR La Calle se convirtió en el periódico oficial del régimen. Los residentes alemanes de Bolivia trabajaron con el nuevo gobierno, los estudiantes de Bolivia fueron a estudiar a Alemania, y los alemanes se incorporaron a la fuerza policial de Bolivia (162).
La situación internacional, sin embargo, era muy diferente de los años Toro-Busch, y dentro de unas semanas de tomar el poder, el gobierno de Villarroel se había visto obligado a reconocer la inevitabilidad de la victoria aliada en la guerra y a buscar una nueva relación con Estados Unidos . Los EE.UU. y otros dieciocho países del hemisferio occidental se negaron a reconocer el régimen boliviano. En mayo de 1944, Bolivia y, a continuación, declaró formalmente la guerra al Eje, y expulsó a los alemanes y los ciudadanos japoneses en el país. Los Estados Unidos enviaron a su embajador, Avra Warren, a La Paz, donde el gobierno boliviano le entregó 81 alemanes y los japoneses considerados “peligrosos”. Los EE.UU. también se acordaron la compra de estaño por encima del precio mundial para asegurar la estabilidad de precios (163).
El PIR stalinista exigió una explicación de la presencia de elementos nazis en el gobierno de Villarroel; que EE.UU. se niegue a reconocer la Junta le obligó a abandonar los líderes del MNR más extremos y en julio de 1944 para eliminar por completo los miembros del MNR en conjunto. Montenegro y Céspedes se fueron bajo la presión de EE.UU.; Montenegro se convertió en embajador de Bolivia en México. A pesar de este alejamiento de las principales figuras pro-Eje del gobierno, la alianza MNR-RADEPA duró todo el período de Villaroel. En parte por la frustración en su derrocamiento, el MNR se intensificó su vuelta al movimiento obrero.
El poder estaba también costando caro a RADEPA. Aunque Villaroel, cada vez más necesitando ayuda de EE.UU., habia hecho esfuerzos para purgar su gobierno de los miembros más vociferos en su apoyo al Eje del MNR y de RADEPA (de los cuales Villaroel fue, como se recordará, un miembro), RADEPA por su parte estaba actuando cada vez más en calidad (aparentemente) por sí sola. Habia secuestrado al baron de estaño judio barón Mauricio Hochschild y lo mantuvo por varias semanas. Una vez liberado, Hochschild abandonó el país, para no volver jamás. En julio de 1944, RADEPA estuvo involucrado en el fallido intento contra la vida del líder del PIR y vocales Villaroel opositor vocal José Antonio Arze. Lo más grave, sin embargo, fueron las ejecuciones de la lucha de diez políticos y militares anti-Villaroel en Chuspipata en noviembre de 1944 (164). Estas ejecuciones, atribuidas a RADEPA, desataron una crisis política que llevó al MNR de nuevo en el gobierno.
Argentina, por su parte, había mantenido relaciones con Alemania hasta enero de 1944, y muchos nacionalistas argentinos mantuvieron fuerte oposición a la ruptura cuando se trataba. Estados Unidos envió un buque de guerra a Montevideo como una advertencia contra cualquier intento de Argentina para ayudar a Bolivia; Argentina en este momento estaba tratando de formar un bloque pro-Eje en la Unión Panamericana. Para contrarrestar esta tendencia, los EE.UU. en diciembre de 1944 envió Nelson Rockefeller, el recién nombrado secretario de Estado adjunto para Asuntos Latinoamericanos, a negociar con Juan Perón. En estas negociaciones, Perón accedió a reprimir a los espías del Eje, como su propiedad, y su propaganda en la Argentina. Por su parte, los EE.UU. accedieron a retirar todas las sanciones económicas y a vender equipo militar a Argentina.
20. Medidas corporativistas de izquierda adicionales bajo Villaroel
Todos estos reajustes internacionales y reorganizaciones del gobierno boliviano, sin embargo, casi no impidieron el fermento en curso en el ámbito social nacional. Las huelgas mecían el campo. Villaroel, en la medida de lo posible, trató de vincular con el “socialismo militar” de los años de Toro-Busch. De acuerdo con los precedentes corporativistas, el gobierno de Villarroel aceptó la organización nacional del sindicato de mineros, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros (FSTMB), y decretó la abolición de la “ponguage”, el trabajo doméstico no remunerado para los propietarios de tierras que los campesinos fueron obligados a realizar. (Este decreto no obstante seguia siendo letra muerta.) Anunció sus planes para las escuelas rurales y comenzó a desarrollar un código de trabajo rural. En mayo de 1945, organizó una conferencia nacional de los pueblos indígenas, a la cual asistieron 1.500 delegados. La conferencia estableció 27 reivindicaciones, la mayoría de las cuales fueron ignoradas. Los terratenientes no prestó atención a los decretos Villaroel, desatando una severa represión en el campo, incluidos los ataques a escuelas y maestros.
La FSTMB se convirtió en el mayor sindicato del país, en virtud de su líder Juan Lechín, que sería en el gobierno del MNR después de 1952 y que fue el eslabón clave, como se verá, entre el MNR y los trotskistas bolivianos (165). El congreso fundacional tuvo lugar en junio de 1944 y fue respaldado por el MNR y Villaroel para contrarrestar la influencia del PIR en el movimiento obrero (166).
En abril de 1945, Villaroel y su ministro de Economía, Paz Estenssoro ostensiblemente restauraron el decreto de Busch de 1939, sobre los controles de divisas (167), pero sus requisitos en la presentación de los ingresos del comercio exterior no fueron tan amplios como el decreto anterior. Un mes antes, en la Conferencia de Chapultepec en la Ciudad de México, La Paz se había enfrentado con los EE.UU. sobre sus pagos injustamente bajos para el estaño boliviano.
El fin de la Segunda Guerra Mundial no alivió la presión sobre el gobierno de Villarroel (168). El 24 de febrero 1946 Juan Perón fue elegido presidente de la República Argentina y asumió el cargo en junio. La luna de miel de Perón con la clase obrera argentina desde 1945 hasta 1950, sin duda, influyó en la evolución del MNR, cuyos principales líderes (junto con muchos refugiados de RADEPA) pasaría el (1946-1952) “sexenio rosquero” en el exilio en Buenos Aires. Una delegación asistió a la inauguración del MNR de Perón. La importancia de estos vínculos, tal como fueron (169) fue el intento de Perón, y después de la guerra, para organizar una “tercera via” en América Latina en contra de los bloques EE.UU. y Soviético, comenzando con los principales países de América del Sur sureño. Sin embargo, junto con el claro impacto de la Revolución Mexicana y sus instituciones por el MNR, el corporativismo peronista era definitivamente otra influencia.
Alguna solución a la efervescencia de la clase obrera era evidentement necesaria; el 3 º Congreso de la FSTMB de marzo 1946 marcó un un “giro fundemental de los mineros a la iquierda”(170) La prensa de la prensa estalinista PIR hablaba de manera hostil de la “fascistización” de los mineros, y otros críticos hablaron de un possible desviación “anarco-sindicalista”.
El 14 de julio de 1946, sin embargo, Villarroel fue derrocado en una revuelta popular y linchado junto con algunos de sus colaboradores en la Plaza Murillo frente al edificio del parlamento en La Paz. El PIR habia desempeñado un papel importante en la movilización que la precedieron, así como las fuerzas del “superestado” de los barónes del estaño (Rosca). En la mitología revolucionaria posterior, el asesinato de Villarroel se convertiría en un acto reaccionario importante y que se sumará al panteón revolucionario boliviano. Carlos Montenegro (en la Ciudad de México a la hora) en una obra póstuma culpa del golpe de Estado en “maniobras ocultas” de la Rosca y los abogados de la Standard Oil. Los máximos dirigentes del MNR y RAPEDA huyeron a Buenos Aires, y otros cientos de miembros de ambas organizaciones fueron encarcelados. Así, el período 1936-1946 de la alternancia de los regímenes populistas pro-Eje con los gobiernos pro-anglo-americano y anti-obrero terminó en seis años de dura represión y el canto del cisne del superestado de los barónes de estaño, en los que el MNR, del exilio, se convertiría en su forma madura para la revolución de 1952.
21. Carlos Montenegro
Antes de entrar en una discusión sobre la represión negra del “sexenio rosquero”, del MNR en el exilio y, finalmente, de la revolución de 1952, es importante analizar “el” libro que definió el nacionalismo del MNR, por uno de los fundadores clave que hemos seguido a través de este relato, Carlos Montenegro (1903-1953). El libro, publicado en 1953 como Montenegro estaba muriendo en el exilio, demasiado enfermo con cáncer para participar en la revolución, fue Nacionalismo y Coloniaje (El nacionalismo y la época colonial). En ella, podemos ver las continuidades y discontinuidades de la generación del MNR, en relación con tales figuras anteriores como Franz Tamayo.
Recordamos el papel clave de Montenegro en el nacionalismo post-Chaco de su generación, su colaboración en La Calle, el importante periodico del MNR, su papel de cómplice en los golpes de Toro (1936) y de Villarroel (1943), su estrecha relación con German Busch, su tiempo en la carcel después del “golpe de estado nazi”, su cartera ministerial (agricultura) en el primer gabinete de Villaroel, su cambio de destino como embajador en México, bajo presión de EE.UU., y finalmente su exilio argentino durante el “sexenio rosquero”.
Nacionalismo y Coloniaje es una larga polémica contra el “elemento anti-boliviano de nuestra cultura histórica”, una contraposición de los “extranjeros” de élite y de las “verdadera” masas bolivianas, sobre todo los mestizos. Citando a Oswald Spengler, Montenegro se refiere a la élite como “personas alfabetizadas que aprendieron a leer pero no comprender” (171). Montenegro sostiene que la historia de Bolivia ha sido escrito por gente imbuida de una “falta completa inteligencia sobre el pasado … condenandolo con las ideas, los prejuicios y las costumbres del presente … (en esta óptica) la panorámica histórica de Bolivia aparece como nada más que una visión de horror.”(172) El periodismo boliviano también, desde sus orígenes del siglo XIX, mostró una” fiebre súbita y la absorción de la cultura extranjera … una entrega apasionada a la colonización espiritual extranjera moderna. “(173) Después de 1879 y la pérdida de toda la costa del Pacífico de Bolivia a Chile, “Bolivia fue desposeído del sentido mismo de sí mismo”. Hilarión Daza, un militar asociadas a la debacle, representa la “sangre extranjera a la nación”, huyó al exilio de París y se convirtió en un símbolo de los “espiritualmente extranjeros”, la personificación del “anti-boliviano … el hijo del espíritu colonial que se inspira de la dominación de los sabios y los ricos.”(174) Por el contrario, las personalidades más poderosas de nuestra historia … José Ballivián y Linares pertenecen, por sus orígenes a las clases bajas.” (175)
En sus últimos escritos en el exilio, Montenegro hizo un intento amplio a delinear el MNR de cualquier mancha de marxismo. Sostuvo que Bolivia había tenido ni el feudalismo ni el capitalismo, sino más bien una clase compradora en el servicio de imperio mundial. Bolivia fue por lo tanto el colonialismo y la esclavitud del indio. La revolución boliviana fue así “anti-colonial”, en el interés de todas las clases. El MNR fue un partido de masas, que expresaba la alianza entre las clases. Para los partidos de izquierda, la contradicción era entre la burguesía y el proletariado, mientras que para Montenegro era entre la colonia y la nación.
Montenegro, al igual que Tamayo ante él, atrajo a comentarios y la hostilidad de muchos sectores. El trotskista Guillermo Lora señaló la retórica xenófoba de La Calle y su “derivación nazi indiscutible” (176); por Lora, Montenegro denunció “todo el internacionalismo” con su “nacionalismo mesiánico” y su “adulación de las clases más bajas”. Montenegro, “nos dice que ‘Bolivianidad ‘, como la fuerza que modela el estado independiente, residía y reside en el gran estrato social de mestizos … “.
En 1952, por Lora, “las masas destruyeron el aparato del Estado feudal-burguesa que el MNR, proclamando los intereses generales de la burguesía nacional inexistente, se apresuró a reconstruir, como un estado totalmente sumiso a la metrópoli imperialista … Esto es lo que expone las críticas conservadora y no sólo spengleriana (178), subjetiva y reaccionaria de la perspectiva de Montenegro … (por Montenegro) … ‘Bolivianidad’, ‘nacionalidad’ y el anti-extranjero son sinónimo de nacionalismo.” (179).
Juan Albarracín Millán, en su libro Geopolítica Populismo (1982), sostiene que “Montenegro transpone este spenglerismo al campo de la historia de Bolivia, a través del dualismo de nación-coloniaje, orientando esta historia en la dirección del populismo indoamericanista, haciéndolo pasar por el eje de la Bolivia mestiza … Montenegro, ideólogo populista, pone de relieve las masas indominables como la raíz histórica de la nación, contrapuestas a la oligarquía “chola”. En vista de Albarracín, “pasando de la raza al análisis social no es fácil;. fue la tarea más difícil de la sociología boliviana. . Las acciones de las personas fueron vistas por el racismo en acuerdo con el color, la estructura ósea, el idioma, análisis, etc. El analisis social exigió una explicación sobre el lugar que ocupan las personas dentro de la estructura social.” Para Albarracín, la característica principal de Nacionalismo y Coloniaje es “su uso indiferenciado de raza y clase en el concepto de pueblo. El mestizo y la clase india pasan mano en mano al populismo. “(180). “Montenegro llama a su teoría ‘indoamericanism ‘, siguiendo a Haya de la Torre y, por otra parte, a Spengler. En el concepto de Montenegro, el “pueblo” telescopia su tesis nacional sobre la raza con la teoría populista de la alianza de obreros, campesinos y las clases medias. Esta particularidad de acoplar la raza con el pueblo es el débil hilo que Montenegro sigue, a veces hacia el racismo y otras veces hacia el populismo … Montenegro es … la figura clave del irracionalismo sociológica boliviana … los conceptos clave de Montenegro son ‘Bolivianidad’, contrapuesta a todos los demás tipos de la nacionalidad; la “antipatria”, o todo lo opuesto a la visión indomable de la Revolución Nacional; “historia genética”, o la historia como un concepto de la maduración biológica a través del cual emerge una nueva cultura contra el Occidente decadente… “(181)
Viniendo desde otro ángulo, un crítico dice más tarde de Coloniaje Nacionalismo: “En esta reescritura de la historia, el contenido real anti-colonial de las luchas india fue borrado y sustituido por una narrativa nacionalista … A principios de la década de los años 1940, la lucha indígena fue tratada como un corriente más conduciendo a la independencia nacional … A principios del siglo XX hubo un silencio extraño sobre … la gran insurrección y la guerra civil que consumieron el altiplano andino en el período colonial tardío. “(182)
El mensaje político último de los trabajos de Montenegro, entonces, es la alianza de todos los clases “nacionales” contra la elite de los “extranjeros”, en última instancia, la Rosca de los barones del estaño. En un ensayo publicado póstumamente en 1954, reitera:
“Treinta años de la difusión de las teorías comunistas y quince años de actividad similar por el fascismo-falangismo no despertaron el menor interés en las mayorías nacionales, cuyo pronunciamiento a favor del MNR … pone de relieve su diferencia consciente de los ideales de la farsa revolucionaria de origen europeo … Proclamamos la lucha contra la opresión y conquista extranjeras y en contra de sus instrumentos favoritos, las compañías financieras internacionales, los grupos secretos, los intermediarios venales y los mercenarios armados … “(183)
En resumen, el “avance” de Montenegro sobre Tamayo es el medio paso mas alla de la teoria racial romantica de este ultimo con sus origenes en la Alemania de principios del siglo XX a una fusión de la raza y la nación en una ideología populista-nacionalista y multi-clasista más adecuada a la modernización del Estado boliviano, que el MNR se encargaría después de 1952. Los excesos retóricos de La Calle o los ecos francamente fascistas del programa de Cuadros Quiroga 1942 MNR se recortan, pero el núcleo, esta “Bolivianidad” irreductible y anti-universalista, contrapuesta a todo lo “extranjero”, (una contraposición que podría haber sido tomado directamente de Fichte), se mantuvo para ahogar las masas bolivianas en el proyecto corporativo-estatista del MNR en el poder.
21. El “Sexenio Rosquero”
Inmediatamente después del derrocamiento de Villarroel, el nuevo gobierno de derechaperseguió miembros de RADEPA y del MNR. Cientos de miembros de ambas organizaciones fueron encarcelados y a veces asesinados; muchas más fueron forzados a la clandestinidad. Los Estados Unidos otorgó el reconocimiento al nuevo régimen en pocas semanas, y los aliados de EE.UU. en las Américas siguieron su ejemplo. Los dirigentes del MNR, Paz Estenssoro, Céspedes, Montenegro-huyeron, según se indicó, al exilio en la Argentina peronista. (Durante los años de exilio, Céspedes y Montenegro consiguieron trabajo como periodistas de La Prensa, un periódico pro-peronista.) Llegaron en medio del la campaña del “Libro Azul” de la embajada de EE.UU., dirigida por el conocido (ya mencionado) Spruille Braden, que representaba a Perón, Villarroel y al MNR como “nazi”. Perón se encontraba en medio de su luna de miel con la clase obrera argentina, y también llevaba a cabo una vigorosa política exterior en favor de la creación de un bloque anti-estadounidense en América del Sur sureño. Los acontocimientos obligaron al MNR, tanto en el exilio como en la clandestinidad en Bolivia, cada vez más a una orientación hacia el movimiento obrero.
Fue un momento propicio para tal reorientación, ya que, a pesar de la intensa represión, el período 1946-1952 no vio ninguna caída la efervescencia obrera y campesina en Bolivia, a partir de una serie de huelgas generales. El homicidio de Villaroel lo había convertido en un mártir de la izquierda, y los trabajadores salieron a las calles coreando su nombre (184), que se asociaban con los aquisitos que habían ganado bajo su gobierno.
Más importante aún fue el Congreso Extraordinario de la FSTMB en Pulacayo, en noviembre de 1946, llamado en respuesta a este fermento en aumento. El Congreso aprobó las famosas “Tesis de Pulacayo”, a partir de entonces (en las palabras de Lora) “la Biblia” del movimiento obrero boliviano. El Congreso de Pulacayo marcó el predominio claro de influencia en el movimiento trotskista, dada cuenta de la capitulación abyecta del PIR (estalinista) a la Rosca durante la guerra y después. La FSTMB y el POR trotskista formaron el “Frente Unido del proletariado”, que posteriormente logró éxitos y resultados electorales en la atmósfera represiva.
Debido a que la Tesis de Pulacayo llegó a ser tan influyente en la historia posterior de Bolivia en la clase obrera, es imperativo presentarlos en detalle (185). Fueron basadas en en el Programa de Transición Trotskysta, llamando a una escala móvil de salarios y horas, control obrero de las minas, los piquetes armados y los cuadros armados de los trabajadores. “No debemos,” las Tesis continuaron, “hacer cualquier bloque o compromiso con la burguesía” y llamaron a “un frente único proletario” en contraste con “los frentes que los reformistas pequeño-burgueses se proponen constantemente.” Después de llamar a un “Bloque Parlamentario de los Mineros” para transformar el parlamento burgués en una “tribuna revolucionaria”, para “desenmascarar las maniobras de la burguesía desde dentro de las cámaras a sí mismos”, las tesis enumeraban su perspectiva:
“Ministros “obreros” no cambian la estructura de los gobiernos burgueses. Por tanto que el Estado defiende la sociedad capitalista, los ministros “obreros” se convierten en proxenetas de la burguesía. El trabajador que cambia su puesto de lucha en las filas revolucionarias para una cartera del gabinete burgués se acerca a las filas de los traidores. los ministros de «trabajador» La burguesía inventa miniatros “obreros” para mejor engañar a los trabajadores …La FSTMB nunca se unirá a los gobiernos burgueses, porque eso significaría la traición más abierta de las masas explotadas, olvidando que nuestra línea es la línea revolucionaria de la lucha de clases. “
Sandor John escribe: “Entonces, sin embargo, las Tesis se apartan del trotskismo ortodoxo, y apuntan al momento, seis años después, cuando la FSTMB, de hecho, apoyaria a “ministros obreros” en el gobierno del MNR en 1952. Mientras habla a la clase obrera como “la clase revolucionaria por excelencia”, afirma luego que la próxima revolución sera “democrático-burguesa”, aunque dirigida por la clase obrera en lugar de sectores “progresistas” de la burguesía:
“… Los que pretendemos proponer una revolución socialista inmediata en Bolivia son mentirosos … ya que sabemos muy bien que las condiciones objetivas para esta no existe.” Para una perspectiva internacional “, declaró el Tesis solidaridad con los trabajadores norteamericanos … los EE.UU. es una barril de pólvora que una sola chispa puede desencadenar. “(186)
Como Sandor John lo dice, en relación con la confusion propagada acerca de una revolución burguesa hecha por la clase obrera, las Thesis señalaron la “contradicción fatal, cada vez mas evidente en los años siguientes” … “del papel desempeñado por sus autores cuando enredando esta combatividad con ilusiones en el partido nacionalista. “(187)
El “sexenio rosquero”, fue, a pesar de la represión en curso, apenas un momento de paz social. Fue, por el contrario, un período en el que el MNR ahora clandestino iba ganando terreno como la voz de los trabajadores y campesinos. Levantamientos rurales persistian durante estos años. A finales de enero de 1947, trabajadores del acero fueron masacrados en Potosí por las tropas bajo las órdenes de un Ministro de Trabajo del PIR (188). Todavia incrustados en su alianza “anti-nazi” con los barones del estaño de la Rosca, militantes PIR participaron en los asesinatos, y aunque el PIR afirmó que no era más que la lucha contra el MNR y el POR trotskista, nunca la reputación del partido se recuperó. En 1950, los más jóvenes cuadros PIR se iban a fundar un verdadero Partido Comunista Boliviano, de importancia insignificante en los años siguientes (189). Esta alianza PIR-Rosca, que se remonta al inicio de la Segunda Guerra Mundial, fue un factor importante en la capacidad del trotskismo boliviano de ganar la hegemonía en la clase obrera. Durante el mismo período, Juan Lechín, dirigente de la FSTMB (aunque él mismo nunca había sido un trabajador) y, como Tristán Marof un centrista capaz de usar un lenguaje trotskista cuando fuera necesario, surgió como un intermediario entre el MNR y el POR, una realidad que iba adquirir una gran importancia en el alistamiento de los trabajadores y otros militantes en el MNR después de 1952.
A pesar de su determinación de usar la represión y el terror para mantener el control absoluto, el gobierno Rosca de Enrique Hertzog tuvó que comprometirse nominalmente a las formas democráticas y tuvo que organizar elecciones ordinarias. El POR respaldado por el Frente Único Proletario habia tenido cierto éxito en las elecciones de 1947, un presagio de lo que vendría. La represión siguió en mayo de 1948 en la mina Siglo XX, y en junio, en el 5 º Congreso de la FSTMB en Telamayu, Lechín, que había hecho un acuerdo secreto con el gobierno, mostró una cara más real y dirigió la ofensiva contra el POR. En el clima de radicalización, incluso la Falange (FSB) tuvo que adoptar un lenguaje obrerista. En las elecciones de mayo 1949, el MNR eligió a once diputados. Las manifestaciones masivas y la represión masiva seguieron. Un gran número de partidarios del MNR estaban de nuevo en prisión. Pero bajo la presión de la creciente inestabilidad, Hertzog renunció a la presidencia, y fue reemplazado por el aristócrata Mamerto Urriolagoitia. Él había apenas asumido el poder cuando en agosto-septiembre de 1949, una mini-guerra civil de 20 días estalló entre los partidarios del MNR que intentaban un golpe de estado y las fuerzas del gobierno, con el gobierno ganando terreno por el bombardeo aéreo de algunas ciudades (190) y después poniendo cientos de militantes del MNR en un campo de concentración en la Conti Isla en el Lago Titicaca. De nuevo en mayo de 1950, el gobierno respondió a una huelga general con el bombardeo del barrio de La Paz de la clase obrera de Villa Victoria.
El último acto de la Rosca, sin embargo, estaba cerca. Como una instantánea de la realidad social que subyace a esta inestabilidad crónica, se debe tener en cuenta que a partir de 1950, el 0,7% de los dueños de propiedades en Bolivia tenia un 49,6% de la tierra mientras que las personas que poseen menos de 1.000 hectáreas fueron 93,7% de la población, con 8,1% de la tierra (191). 0,1% de la población controla el 68% de la minería, el 100% de los ferrocarriles, y el 26% del capital financiero.
Las elecciones de febrero 1951 abrieron el juego final de la Rosca con una victoria aplastante de Paz Estenssoro (todavía en el exilio después de cinco años (192)) y del MNR.
Por supuesto, no se trató de aceptar estos resultados, y tres meses más tarde, en mayo, una junta militar tomó el poder. Un callejón sin salida se produjo que sólo terminaría con la revolución de abril 1952. “Abandonando el fascismo tradicional y la ortodoxia económica”, escribió Klein, “se trasladó el MNR a una posición totalmente revolucionaria”, lo que significa un compromiso sin tabúes para el derrocamiento del régimen de Rosca (aunque de ninguna manera revolucionario en el sentido socialista).
22. La Revolución de 1952 y después
“… De la misma manera pero en una fase diferente de desarrollo, Cromwell y el pueblo inglés había pedido prestado para su revolución burguesa el lenguaje, las pasiones y las ilusiones del Antiguo Testamento. Cuando el real objetivo había sido alcanzado, cuando la transformación burguesa de la sociedad inglésa se había logrado, Locke expulsó a Habacuc. ”
(Marx, El Dieciocho Brumario)
Así describío Marx la forma en que el exceso ideológico efusivo sirve para conseguir. en última instancia, un resultado trivial. Se podría decir del MNR boliviano que por el momento en que logró derrocar a la Rosca y imponer las nacionalizaciones corporativistas y la reforma agraria a medias, la ayuda masiva de EE.UU. llevó a cabo sus caprichos anteriores con Mussolini, Hitler y, en un registro diferente, Perón .
La Revolución Boliviana de abril de 1952 comenzó inicialmente como un intento de golpe por el MNR, similar al fracaso de 1949. El golpe contó con el apoyo tentativo del General Seleme de los Carabineros y tambien de la Falange, pero ésta se retiró en el último momento. Incluso el muy reducido Partido Comunista Boliviano (intentando de demarcarse de la debacle de los PIR) apoyó al MNR en 1951. Los combates duraron tres días en La Paz; en un primer momento el gobierno parecía ganar, pero la intervención de los trabajadores armados cambiaron las cosas. El ejército boliviano simplemente se derrumbó, y de pronto el MNR se encontraba en el poder sobre la base de la clase obrera boliviana armada, lo que apenas había sido su intención. Afortunadamente para el MNR, la ideología de la “revolución nacional”, cuya evolución hemos seguido desde el principio, y cuyo major portavoz era Carlos Montenegro, dominó la conciencia de los trabajadores el tiempo suficiente para permitir el restablecimiento de un aparato estatal y el requisito del “cuerpo especial hombres armados “.
En este empeño, el MNR fue ayudado tanto por la FSTMB y sobre todo por la COB (Central Obrera Boliviana) y su líder Juan Lechín. Lechín había creado esta confederación más amplia en la primera semana embriagadora de la revolución, y en sus primeros años la COB no era solo una agrupación sindical sino de hecho, la organización de una amplia franja de los grupos sociales, de los cuales los mineros de la FSTMB fueron la columna vertebral. Creciendo en la sombra de estas organizaciones de masas, pero con un peso significativo en el equilibrio global de fuerzas a pesar de sus números más pequeños, era el POR trotskysta de Guillermo Lora y de Edwin Moller, que acabó por proporcionar una cobertura de extrema izquierda para el establecimiento del nuevo Estado.
Paz Estenssoro y otros dirigentes de la capa alta del MNR regresaron triunfantes de su exilio de Buenos Aires, y se reunió una multitud de regocijo. Estas multitudes no se habían enterrado de la retórica reformado del MNR, sin embargo, y gritaban “¡Abajo con los Judios” en la primera aparición pública de Paz. Antes de irse de Argentina, Paz había afirmado también que el MNR fue “completamente anti-comunista”.
Los cuatro reformas principales introducidas en el impulso inicial del apoyo de mases del MNR fueron: 1) la nacionalización de las minas de los tres barones del estaño, pero con plena compensación por valor de $ 22 millones 2) sufragio universal, decretado en julio de 1952 3) la reforma agraria y 4 ) la supresión del ponguaje odiado y de otras prácticas cuasi-feudales en el campo. Todo esto ocurrió en el marco de la modernización del Estado boliviano, con tintes corporativistas importantes. Hay que tener en cuenta que el peronismo había apenas alcanzado su segundo triunfo electoral en Argentina en noviembre de 1951, y que un gobierno de estilo peronista bajo Ibañez sería elegido en Chile en noviembre de 1952. En este contexto regional, el intento en curso de Perón para crear una América del Sur “tercera vía” exercía su atracción sobre Bolivia bajo el MNR durante sus breves días de gloria. El Comité Revolucionario del MNR, de hecho, incluyó el coronel Sergio Sánchez, quien se convirtió en Ministro de Trabajo y que era conocido como “Peroncito” o el “Perón boliviano”. Segun Beatriz Figoll, la Argentina dio las armas para el levantamiento del MNR, a pesar de que Paz Estenssoro fue enajenado por la tendencia de Perón a utilizarlo para promover los intereses de la Argentina. (Perón también respaldó a Ibáñez, que había sido un presidente dictatorial de Chile desde 1927 a 1931, que había estado cerca de movimiento nazi de Chile en la década de 1930, y que fue apoyado por el vestigio pequeño del partido nazi de Chile en las elecciones de 1951.
Para este fin de reconstruir el Estado, el primer paso del régimen hacia la nacionalización exigia que las exportaciones estaño fueron procesados por el Banco Minero, bajo control del estado, y que todos los ingresos de divisas tuvieron que ser convertidas por el Banco Central, lo que fue efectivamente el restablecimiento de los intentos de los controles de German Busch en 1939. Los EE.UU., por su parte, habian controlado los precios del estaño desde 1945 hasta 1949, y habian paralisado el Comité Internacional del Estaño. El estallido de la Guerra de Corea y la insurgencia en la entonces británica Malasia y en Indonesia habian aumentado el precio de la lata hasta $ 2 por libra, asi fortaleciendo la postura del MNR. En el momento de la revolución, los mineros del estaño fueron del 3,2% de la fuerza laboral, produciendo el 25% del PIB, que a su vez representaron el 95% de los ingresos de divisas de Bolivia.
Un contexto más amplio acondicionando las relaciones del nuevo régimen boliviano con la hegemonía hemisférica, los EE.UU., fue el ambiente internacional de crisis en los primeros años de la Guerra Fría. En 1952, los EE.UU. estaba empantanado en la guerra de Corea, el régimen de Mossadegh en Irán se está preparando para nacionalizar los activos petroleros británicos allí, y el gobierno de Arbenz en Guatemala preparaba algo parecido por la propiedad de la United Fruit. (El régimen de Arbenz fue el primer país en conceder el reconocimiento al gobierno del MNR.) Con muchos incendios para apagar, los EE.UU. no podía permitirse otra abierta contrainsurgencia en el mundo en desarrollo. En su lugar, sobre la base de los vínculos establecidos con Bolivia que se remontaron a 1942 y las protestas orquestradas por la masacre de Catavi, seguida por las comisiones de investigación, por la ayuda y los acuerdos sobre el precio de la lata, los EE.UU. optaron por encerrar a Bolivia y sus inmensos recursos naturales con ayuda cuyo objetivo, como es lógico, era reforzar los elementos más flexibles en el MNR. El MNR, por su parte, saltó en esta trampa con los dos pies y a finales de 1950 Bolivia recibía más ayuda de EE.UU. per cápita que cualquier otro país del mundo. Después de la elección de Dwight Eisenhower como presidente en 1952, su hermano Milton Eisenhower visitó Bolivia en una misión de investigación, y en Washington, el embajador boliviano Víctor Andrade (que había servido anteriormente bajo Villaroel) convenció a los Eisenhower de que las nacionalizaciones en Bolivia no tenía nada que ver con el comunismo (como era de hecho el caso).
Hubo por supuesto una presión grande en la clase obrera por la nacionalización (sin compensación) y después de cinco meses de deliberaciones de una comisión dedicada a la cuestión, esto tuvo lugar en octubre de 1952, con una compensación de $ 22 millones. Sólo afectó a las grandes minas, y dejó las minas de tamaño pequeño y en manos privadas. La nacionalización también involucró un tipo corporativista del “control obrero”, pero (a diferencia de por ejemplo, los consejos obreros y los soviets de las revoluciónes alemana y rusa después de 1917), en colaboración con los administradores de la COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia). Como lo dijo Dunkerley, “un componente clave de la revolución estaba en el proceso de estar “gestionado”. La COMIBOL se trataba realmente de una sociedad tenedora, que tenía 30.000 empleados con la propiedad de la producción de la mayoría de minerales, así como centros médicos y los ferrocarriles. Los decretos en abril y junio de 1952 requirieron la COMIBOL a recontratar a los trabajadores despedidos durante el “sexenio rosquero”.
Labor Action (periodico marxista de EE.UU.) comentó en ese momento:
“La nacionalización de las minas ha sido decretado, pero no de acuerdo con el programa y los deseos de la mayoría de los trabajadores. El proyecto de ley de nacionalización establece la indemnización a los propietarios si pagan todos los impuestos y sus deudas al gobierno. Por supuesto, la cuestión es puramente teórica, ya que el gobierno no tiene dinero, y por lo tanto no va a pagar. La Central Obrera había exigido “la administración de las minas por los trabajadores elegidos por los trabajadores de los comités de las juntas generales de todos los trabajadores, y un comité nacional que seria elegido por todos los comités de minas. Pero el gobierno, si bien acepta el principio de control de los trabajadores formalmente, ha aprobado un proyecto de ley que crea una Corporación Minera Boliviana como un fideicomiso estatal de la gran minería en el lugar de las tres empresas capitalistas privadas. En el nuevo fideicomiso, los representantes de los trabajadores son una minoría, y han de ser designados por el gobierno.
De esta forma burocrática, el control obrero se ha transformado en el control sobre los trabajadores. “(206)
Los barones del estaño de la Rosca tuvieron que ceder mucho terreno, pero no habian desaparecido, y desde el exilio llevó a cabo una masiva campaña de propaganda diseñada para presentar el MNR y sus nacionalizaciones como “comunistas”. Patiño, Hochschild y Aramayo, que habían ya transferido durante mucho tiempo activos al estranjeiro, contrataron el firme de relaciones públicas de Nueva York Nathanson Brothers para convencer al gobierno de los EE.UU., al Congreso y al “público” de esto, en última instancia, en vano. La máquina de propaganda de la Rosca publicó desinformación sobre el peligro a los técnicos extranjeros y sus familias, y citó a los técnicos en el sentido de que la nacionalización sería la ruina de las minas (207). La Rosca habia contratado al Senador Millard Tydings de Maryland como trompeta de su causa en el Congreso; Tydings amenazó el paro de la compra de estaño de Bolivia por parte de EE.UU., pero murió poco después. El Departamento de Estado de EE.UU. pidío una indemnización completa. La campaña de la Rosca fue contrarrestada por los servicios de Gardner Jackson, un intellectual obrero politicamente moderado, cuyas actividades en el movimiento laboral de EE.UU. databa de la campaña de Sacco y Vanzetti de 1927. (De hecho, la mayoría de simpatía en los EE.UU. por el MNR vinó al principio del movimiento obrero.)
Una mayor complicación para el MNR fue la caída de los precios del estaño del mundo desde $ 1.21 a $ 0.70 por libra mientras la Guerra de Corea se acababa en 1953, con un costo para Bolivia de 20 millones de dólares de ingresos en ese año, y que dejó al Estado boliviano al borde de la quiebra; la nacionalización había en efecto protegido las minas de ese destino. En el mismo año de la ayuda de EE.UU. al régimen comenzó, y la revolución china fue haciendo que el precio mundial de tungsteno y wolframio aumentó.
Las minas nacionalizadas se enfrentaban a múltiples problemas a parte de la campañainternacional de la Rosca y la caída de los precios del estaño. La fricción surgióentrelosingenieros y los trabajadores en la gestión de las minas, y los líderes sindicales yoficialesmilitares llenaron el vacío. La COMIBOL, de hecho, se convirtió en un refugio para los militares retirados y políticos de segunda categoría jubilados. Además de estas complicaciones y de la gestión corrupta, las tendencias a largo plazo de la producción de estaño iban por abajo; en 1927, justo antes de que las exportaciones totales de estaño alcanzaron su valor máximo en 1929, el estaño compuso 74,2% de las exportaciones de Bolivia, mientras que en 1956 ese porcentaje había caído a el 56,5%. El retroceso fue compensado en cierta medida por los aumentos en las exportaciones de plomo, tungsteno, zinc y petróleo. (208) Sin embargo, los barones del estaño habian respondido a la depresión y las amenazas del “socialismo militar” de Toro y Busch, y más tarde a Villaroel, con una política general de desinversión, por lo que el equipo de minería nacionalizada en 1952 fue bastante desfasado. (Durante los años de Busch, los barones del estaño se habían reducido la producción a 19.000 toneladas anuales, con el pretexto de que las reservas se estaban agotando.) En vista de ello, la nacionalización del MNR parecia por ejemplo a la nacionalización de Gran Bretaña en el mismo período de minas, acero, y de los ferrocarriles que ya no eran rentables. Decretos en abril y junio de 1952 requirió la COMIBOL a recontratar a los trabajadores despedidos durante el “sexenio rosquero”. Las industrias controladas por la COMIBOL tenía 24.000 empleados en 1951, y en 1956 había 36.000. Más lazos con el imperialismo occidental se desarrollaron, además de la ayuda de EE.UU., con los sindicatos de EE.UU., con los distintos informes y las comisiones de investigación y cuando en 1953 la COMIBOL firmó un contrato con la empresa británica fundición de estaño William Harvey. La población trabajadora en su conjunto pagado las pérdidas de la COMIBOL a través de impuestos, y la ayuda de EE.UU. presionó a la COMIBOL para volver a la gestión ortodoxa.
La reforma agraria emprendida por el MNR tenía algunas de las mismas ambigüedades como la nacionalización de las minas grandes. Se llevó a cabo dieciséis meses después de la revolución en respuesta a las adquisiciones de la tierra por parte de campesinos armados. Se incluye, como se indicó, la abolición del pongueaje cuasi-feudal. El liderazgo de la organización agrupa popular, la COB, por su parte, vaciló entre protestar por la represión de los campesinos y denunciando la “provocación” por parte de campesinos influenciados por el POR (209). Segun Sandor John, el POR fue en realidad tibia hacia las movilizaciones campesinas, con el argumento de que los campesinos sólo querían parcelas individuales de las tierras por sí mismos. Como Sandor John dijo, la política del POR “se parecía a lo que Stalin le dijo a los comunistas chinos en 1925-1927. Hay que frenar convulsiones campesinos ‘y las tomas de la tierra porque amenazan el bloque del partido con la Guomingtang nacionalista”. La referencia a China es significativa, ya que el “bloque de las cuatro clases” del Partido Comunista Chino en el período 1949-1953 (trabajadores, campesinos, capitalistas industriales y la clase media progresista) era una referencia frecuente de los dirigentes del MNR. Poco después de la revolución, Paz Estenssoro había designado el líder del MNR Hernán Siles Zuazo para encabezar una comisión sobre la reforma agraria. La comisión se refleja una falta general de conocimientos sobre estas cuestiones. Además, estaba dominada por miembros del reducido PIR (estalinista) aferrados a su idea etapista de la revolución democrático-burguesa, (sobre todo el experto agrario del PIR Arturo Urquidi Morales), aún más a la perspectiva derechista y más prudente que la del proprio MNR de una “revolución nacional”. En acuerdo con la realidad corporativa ya de manifiesto en la industria nacionalizada y en la agricultura, la revolución había creado una “nueva imagen nacional y orgánica del Estado como una estructura básica para la transformación, la representación, integración y desarrollo.” (210). Paz Estenssoro había estudiado cuidadosamente la reforma agraria mexicana de Cárdenas, pero la influencia del PIR en la comisión se orientó a mantener “un núcleo importante de poder latifundista tradicional mediante el eufemismo de” propiedades de tamaño pequeño” (211) y que debían ser conservados . Los campesinos se movilizaron en el oeste de Bolivia de enero a agosto de 1953, aumentando la presión sobre la comisión, pero éste siguió apoyando la “microfundia”, atando los campesinos a las parcelas. El decreto sobre la reforma agraria se produjo a principios de agosto de 1953. En la opinión de Bedregal, la comisión apoyó una “reforma agraria semi-democrática de los terratenientes” y de “hacendados progresistas”, dejando a los latifundios algo de su poder. La reforma agraria tuvo que aceptar un modus vivendi “, dejando un amplio sector de los agricultores y ganaderos para definir lo que la ley significa:” tierra para quien la trabaja “(212). Urquidi, por su parte, vio la reforma de la transformación de los latifundistas en “agricultores progresistas”, mejor equipada que la población indígena para promover la economía rural. La reforma “no resolvió la cuestión clave de la supervivencia histórica de los factores de latifundista y microfundista que, a largo plazo, se convertiría en el más grave problema de atraso de Bolivia, por el que la contra-reforma agraria pudo echar raíces y descarrilar el desarrollo capitalista, que era el objetivo inmediato de la revolución nacional. “(213) Protegido por este impulso de la reforma fueron los latifundios de las provincias de Beni y Pando (en el segundo había 3.000 propiedades de 2.000 hectáreas o más).
23. El papel del POR trotskista
Después de estos breves apuntes de las nacionalizaciones y la reforma agraria del MNR, es imprescindible analizar, en conclusión, la dinámica de las fuerzas de clase en las que estos cambios adquirieron su significado concreto. A diferencia de los otros casos de corporativismo de América Latina en las economías más desarrolladas, como se explicó anteriormente, la “revolución nacional” del MNR no podía basarse, al menos inicialmente, en una modernización militar y el estado ya en vigor, desde que el ejército, el “cuerpo especial de hombres armados”, simplemente se desintegró en abril de 1952, dejando el MNR precariamente por cima de las milicias armadas de la clase obrera boliviana que tuvo que contener y, al principio, apaciguar. Detrás de la clase obrera fueron las masas indígenas rurales, en gran parte atrapados en una miseria pre-capitalista con tintes cuasi-feudal, que se metieron en marcha a principios de 1953. Frente a estas fuerzas que trataba de controlar, el MNR fue extraído de “sectores intelectuales de la elite boliviana y al alza de los miembros móviles de la clase media” (214). De este conjunto de fuerzas, los dirigentes del MNR se habían fijado la tarea de modernizar el Estado boliviano que habian quitado a la Rosca para “completar la revolución burguesa”, con la dotación abundante de los recursos de Bolivia y con una agricultura reformada, para construir un Estado-nación capitalista viable que podría tal vez acabar por escapar por fin a la situacíon “colonial” que los teóricos nacionalistas del MNR nacionalistas como Carlos Montenegro, se le asignaron.
El MNR que tomó el poder en 1952 habia evolucionado desde sus orígenes alrededor del periodico anti-semita La Calle, a través del “socialismo militar” Toro-Busch con su mezcla de claras influencias fascistas alemána e italiana con elementos corporativistas extraídas de la Revolución Mexicana, a través de la huella nazi en su programa fundacional de 1942, a la fuerza reconocida por el Departamento de Estado de EE.UU. en 1950 como la única alternativa real al “comunismo” en Bolivia.
El MNR no tienen que lidiar con el “comunismo” en la forma de un partido de masas pro-soviético, porque ese partido, el PIR, se había totalmente desacreditado por sus servicios prestados desde 1940 a la Rosca y a su “democracia”. Así, la única fuerza ideológica y práctica de cualquier consecuencia a su izquierda estaba el POR trotskista. Bolivia fue, junto con Vietnam y Ceilán (actual Sri Lanka), uno de los pocos países en el mundo en el que el trotskismo y no el stalinismo ni la Democracia Social, se convirtió por un tiempo en la corriente de masas en la clase obrera.
Sin lugar a dudas la figura clave casi vinculando el POR a la “ala izquierda” del MNR era Juan Lechín, el presunto “Lenin” con el “Kerensky” de Paz Estenssoro. Como Dunkerley lo dijo, “una disparidad entre las palabras y los hechos iba a ser una característica constante de la carrera errática del líder de la COB.” (215). Lechín, un miembro del MNR, había sido políticamente educado por Guillermo Lora. Lechín fue el enlace a la clase obrera boliviana, y capaz de controlarla, que el MNR se necesitaba desesperadamente en 1952. Sandor Juan es conciso:
“Al presentar su propio punto de vista en los artículos y manifiestos, los trotskistas bolivianos (216) se estaban convirtiendo en un apéndice radical del lechinismo en el movimiento obrero, mientras que Lechín vigilaba el flanco izquierdo del MNR …” (y citando a Lora): “Todo lo que (el POR hizo en este período) llevó objetivamente al fortalecimiento numerico pero no politico (sic) del MNR”. (217) Paz Estenssoro hizo ataques constants contra el trotskismo, mientras él se dedicó a la cooptación de líderes y a burocratizar las estructuras. En definitiva, más un grupo de presión que un partido independiente, el POR, en contradicción flagrante con las Tesis de Pulacayo, apoyó no sólo Lechín, sino también otros “ministros obreros”. En mayo de 1952, Guillermo Lora declaró que estos “ministros obreros” eran una conquista del movimiento obrero porque “los trabajadores del textil decidieron imponer sus condiciones al ala derecha del MNR” (218)
El corresponsal latinoamericano de la Labor Action estadounidense de Acción analizó así el papel del POR al final de 1952:
“Por otro lado, el gobierno introdujo “líderes ” trotskistas en posiciones muy rentables en la maquinaria oficial, como la Comisión Agraria, la Oficina de Estabilización, y la administración de Seguridad de los Trabajadores , etc. El teórico PORista, Alaya Mercada, es un miembro de la Comisión Agraria con un sueldo de 70.000 pesos, que es 100% más alto que el salario de un ministro. Otro “teórico” del POR, Lora, un colaborador de Lechín, es ahora miembro de la Oficina de la Estabilizacíon del Presidente. El Secretario del POR, Moller, es el director de Ahorro de los Trabajadores del Banco [Caja de Seguro y Ahorro Obrera].”
“Muchos otros militantes del POR también han conseguido buenos puestos en el equipo oficial del gobierno. De esta manera el gobierno nacionalista ha liquidado el peligro “comunista” y el peligro “trotskista” en Bolivia, y ahora el conjunto de la “izquierda” boliviana está colaborando con el régimen, con la afirmación de que esta así “salvando la revolución” de la restauración capitalista.
Paralelamente a todo esto, el partido de gobierno está absorbiendo los elementos principales de la izquierda, sobre todo desde el POR. Dos ex-secretarios generales del POR, Edwin Moller y Jorge Salazar, y el POR teórico Ernesto Ayala Mercada, así como ex-secretario de Lechín Josa Zogada, han entrado en el MNR oficialmente. Así, una parte del personal de POR ha capitulado ante el MNR, como se predijo hace mucho tiempo. La capitulación ideológica precedió a la capitulación personal y organizacional. La vuelta a la derecha del MNR se complementa con la capitulación y la desintegración de la ‘izquierda’. “(219)
En la misma línea, Sandor Juan escribe: “Un control total del Estado por el ala izquierdadel MNR se convirtió en un leitmotiv de la propaganda (del POR)” (220) El 9 º Congresodel POR en septiembre 52 apoyó las medidas progresivas “y el ala izquierda del MNR”. A principios de 1953, el partido envió un mensaje a la convención nacional del MNR diciendo que “para cumplir su misión histórica …” la Convención “debe ser el escenario de la derrota de la reacción”. Si gana el ala izquierda y el MNR adquiere una “fisonomía del proletariado”, el Congreso declaró que el POR consideraría incluso la fusión. En tiempos de crisis, como el intento (sin éxito) de golpes de Estado por la Falange y la Rosca de junio de 1953, el POR llamó a los ministros de izquierda a tomar el control. Cuando Paz Estenssoro respondió a los intentos de golpe de Estado con una retórica anti-negocios, el periódico del POR Lucha Obrera tituló “La radicalización de Paz Estenssoro”. “EL PRESIDENTE, revisando la totalidad de su postura política pasada, señaló LOS OBJETIVOS ANTI-CAPITALISTAS Y NO SÓLO anti-imperialistas y anti-feudales DE LA REVOLUCION” “Toda esta lucha debe centrarse en el lema del control total del Estado por el ala izquierda del MNR. “” “Las personas que se unen a los ministerios como representantes de los trabajadores no lo harán simplemente como colaboración personal de los líderes en particular …” (pero sobre la base de la ” programa especial aprobada por la COB “. ( 221) A principios de 1954, el POR apoyó un miembro de la izquierda del MNR en las elecciones internas del MNR a su Comando Departamental de La Paz.
A pesar de todos los esfuerzos del POR en su nombre, el gobierno de Paz en 1954 aumentó la represión contra los trotskistas, en particular las detenciones a gran escala de los trabajadores y campesinos POR, listas negras, y una represión de Lucha Obrera (222).
En suma, el POR boliviano era, por analogía approximada, como el POUM español (Partido Obrero de Unificación Marxista) durante la Revolución Española y la Guerra Civil, que fue ampliamente denunciado como “trotskista”, pero que en realidad era una formación política centrista apoyando ( y participando en) el gobierno republicano burgués. En España, los verdaderos trotskistas fueron expulsados del POUM y con un puñado de otros formaron el “bolchevique leninista”. (223)
Durante estos primeros años después de la revolución, los EE.UU. fue más y más éxitosos en contener a Bolivia. Aparte de la cuestión crucial del acceso a los recursos naturales de Bolivia, la ayuda de EE.UU. fue impulsada también por el valor propagandístico de aparecer apoyando una versión no-comunista de la reforma. Paz Estenssoro en mayo de 1953 había proclamado su intención de abrir relaciones diplomáticas con la nueva Checoslovaquia comunista, pero bajo el impacto de la ayuda de EE.UU. en los meses siguientes, la iniciativa se abandonó. Para el otoño 1953 los EE.UU. estaba prestando millones de dólares de excedentes de alimentos, así como fondos para asistencia técnica y construcción de carreteras. Debido a que ya no eran rentables, la nacionalización de las minas ha puesto de manifiesto en última instancia, la dependencia de Bolivia de la ayuda exterior. En 1954, el gobierno boliviano estaba apoyando las medidas de los Estados Unidos contra el comunismo en la Conferencia Interamericana en Caracas. La aceleración de la inflación, que alcanzó el 179% en 1956, y otras perturbaciones económicas llevó un equipo de estabilización dirigido por un ejecutivos empresarial de EE.UU., George Eder, que propuso una mayor apertura a las fuerzas del mercado y el desmantelamiento del sector público. El plan de estabilización de Eder fue aprobada en diciembre de 1956, con la eliminacíon de los tipos de cambio múltiples que seguían de los controles de divisas anteriores. A la moneda boliviana se le permitió a fluctuar con la oferta y la demanda internacionales al momento mismo cuando los precios del estaño se contrataban de la recesión mundial de 1957 ( 224). El impulso de la revolución de 1952 fue roto desde hace mucho tiempo, y la clase obrera boliviana y los campesinos fueron abandonados a las décadas siguientes de golpes de estado, contragolpes de estado, de hiperinflación, y un estado cuasi-narco, mucho de esto resultando de un ejército reformado y el EE.UU. de la doctina de “seguridad nacional” de EE.UU., desarrollada una vez más, a partir de fuentes fascistas de entreguerras.
Conclusión: la incapacidad de la izquierda a distinguir entre corporativismo y Socialismo
La revolución del MNR en Bolivia y las fuentes ideológicas, poco recordadas, de la cual se desarrolló un ejemplo no se puede más claro de la miopía de parte de la llamada izquierda, tanto en Bolivia como en el nivel internacional. Tomando el ejemplo de las corrientes del trotskismo, especialmente la variedad Mandel-Pablo dominante en la Cuarta Internacional en la epoca, vemos la evolución de una metodología repetida una y otra vez por el que las diferentes variantes de la extrema izquierda se erigen en la sección de vítores y, a menudo, adjuntos menores de movimientos “progresistas” y de gobiernos que son de hecho bastante ajenos a su objetivo aparente de la revolución socialista, movimientos y gobiernos estrictamente comprometidos en una reestructuración (o creación) de un Estado-nación adecuada a la realidad actual del capitalismo mundial. Esta metodología consiste en imaginarse (como se ha demostrado en la relación del POR con el MNR) una sana ala “izquierda” de un movimiento burgués o nacionalista o “progresista” o “anti-imperialista” del Tercer Mundo, un movimiento que puede ser “empujado a la izquierda” por “apoyo crítico “, abriendo el camino para la revolución socialista (no hay nada concretamente “trotskista” en esto;. cf. el apéndice). Esta metodología se ha empleado una y otra vez, de Bolivia bajo el MNR pasando por Argelia bajo el FLN o la Francia de Mitterand hasta los mulás de Irán después de 1979. Los grupos de extrema izquierda se imaginan en el papel de los bolcheviques de Lenin contra el Gobierno Provisional de Kerensky, cuando en realidad su función es reclutar a algunos de los elementos más radicales en el apoyo o tolerancia de un proyecto ajeno, que tarde o temprano coopta o, aún peor, reprime y, a veces los aniquila.
En el caso de Bolivia, el nacionalismo multi-clase personificado por el intelectual MNR Carlos Montenegro, con su problemática de la “nación” frente al “extranjero”, acabo por integrar en la práctica, elementos de los modelos corporativistas intentados por el “socialismo militar” de 1936-1940 y por el régimen de Villarroel de 1943-1946, y fue influenciado en diversos grados por la Italia de Mussolini, la dictadura de Primo de Rivera en España, la Alemania nazi, el Brasil de Vargas, la Argentina de Perón y el México de Cárdenas. Aunque el ejército burgués en Bolivia (en contraste con estas experiencias de otro tipo) se disolvio y tuvo que ser reconstruido (y lo fue rápidamente ), el desarme teórico preparó el desarme de las milicias de los trabajadores. El respaldo estatal de la FSTMB y más tarde de la COB, la creación de la COMIBOL para administrar las minas nacionalizadas, y la reforma agraria patrocinada por el Estado dio a Bolivia su variante de la adaptación por el siglo XX a la coyuntura posterior a 1929, en la que el viejas ideologías liberales y organizaciones del partido ya no eran suficiente.
Apéndice: el trotskismo, la revolución permanente y el caso de Bolivia
En mi opinion, el texto anterior era ya bastante complejo y tortuoso, así que no quería complicarlo con un exceso de equipaje teórico. He utilizado el término “trotskista” a lo largo de una manera neutral para referirse a los que se designaban como tal. La confusión de nombres y de acontecimientos desconocidos era bastante difícil para el lector medio, y de hecho, para algunos más informados, sin añadir lo que podría parecer como un desvío en el laberinto de las corrientes trotskistas autoproclamados y mutuamente hostiles que existían incluso antes del asesinato de Trotsky en 1940, por no hablar después. Sin embargo, en este caso, la cuestión del trotskismo no se puede evitar porque, como se indica, Bolivia fue uno de los pocos países en el mundo en que el trotskismo se convirtió en el movimiento de masas, y no (como en muchos casos) un pequeño grupo (o secta) en la periferia de la masa movimiento. Por lo tanto sus acciones, especialmente en lo que se trataba del POR y de los líderes prominentes, tales como POR Guillermo Lora, son muy importantes para nuestra historia. De hecho, como los comentarios de Sandor John y del corresponsal de Labor Action ya han indicado, el POR boliviano, en el punto alto de su influencia desde 1946 hasta principios de los años 1950, tenía una relación más bien débil (al mejor) con el “trotskismo ortodoxo”.
Mi propia distancia del trotskismo, ortodoxa o no, no es el problema aquí (225). Tanta gente ha estado expuesta al trotskismo como una confusion de sectas en conflicto y de ningun peso historico aparente que el intento de definir un “trotskismo de verdad” puede parecer tan vano como un intento de destilar un “cristianismo verdadero”.
En el caso de Bolivia, sin embargo, los trotskistas del POR no eran una “secta en guerra”, sino un partido significativo con una base de masas en la clase trabajadora. Lo que es más relevante donde se trata la Revolución Boliviana y de la relación del POR al MNR, es la teoría de Trotsky de la revolución permanente, y la teoría relacionada del desarrollo combinado y inigual.
Segun esa teoría, por decirlo sin rodeos, toda revolución burguesa en un país semi-desarrollado o subdesarrollado necesariamente debe desatar fuerzas más allá de sí mismo (sobre todo la clase obrera) y “cruzar” en una revolución proletaria, que puede tener éxito en el medio a largo plazo sólo si se conecta con éxito una revolución proletaria en el “centro” metropolitano capitalista. Tal fue la estrategia de la Revolución Bolchevique en sus comienzos (1917-1921), ya que se basaba en la necesidad urgente de una revolución en Alemania por lo menos.
El desarrollo ulterior por Trotsky y Parvus de las referencias breves a la revolución permanente en los escritos pre-y post-1848 de Marx y Engels, y su uso de esa teoría para comprender, a través de la explosión de 1904-1905, que la próxima revolución en Rusia sería una revolucion proletaria y no una revolución burguesa, fue una contribución fundamental a la teoría revolucionaria en el siglo 20. No hace falta ser “trotskista” para reconocer esto. (En el momento de esta formulación, hay que recordarlo, Trotsky fue muy escéptico de la concepción bolchevique de Lenin del partido de vanguardia. (226)
La teoría de la revolución permanente es esbozada por Marx y Engels en algunos de sus escritos de la década de los años 1840 y en la revolución de 1848. Desde sus primeros tiempos, a través de sus evaluaciones de las revoluciones fallidas de 1848, Marx y Engels presentaron la burguesía alemana, en contraste con la inglésa o francésa, como habiendo llegado históricamente “demasiado tarde”:
“Si pasamos de la situación actual en Alemania, incluso en la única forma apropiada, es decir, negativamente, el resultado seguiría siendo un anacronismo. Incluso la negación de nuestro presente político es ya un hecho polveroso en el trastero histórico de las naciones modernas. Si niego pelucas empolvadas, me quedan todavía pelucas sin empolvar. Si niego condiciones alemanas de 1843, estoy apenas, en acuerdo a la cronología francés, en el año 1789 y menos aún en el foco de la actualidad. … De hecho, hemos compartido en la restauración de las naciones modernas, sin compartir en sus revoluciones. Hemos sido restaurado, en primer lugar, porque otras naciones se atrevieron a hacer las revoluciones, y en segundo lugar, porque otras naciones sufrieron contrarrevoluciones … Dirigidos por nuestros pastores, nos encontramos en la proyecto de la libertad sólo una vez, en el día de su entierro. “(227 )
Engels, en su libro Revolución y contrarrevolución en Alemania de 1851, haciendo el diagnóstico de la timidez y de la impotencia de la burguesía liberal alemana en 1848, hizo esto más concreta:
“La Revolución de febrero, en Francia, acabó con el tipo mismo del Gobierno, que la burguesía prusiana iba a establecer en su propio país. La revolución de febrero se anunciaba como una revolución de la clase obrera contra las clases medias, que proclamó la caída del gobierno de la clase media y la emancipación del obrero. Ahora, la burguesía prusiana habia oído, en los últimos tiempos, más que lo suficiente de la agitación de la clase trabajadora en su propio país. Después de que el primer terror de los disturbios de Silesia había disminuido, habia incluso tratado de dar a esta agitación un giro a su favor, pero siempre había mantenido un terror saludable del socialismo y del comunismo, y, por lo tanto, cuando vieron a los hombres en el Gobierno en París que consideraban como los enemigos más peligrosos de la propiedad, el orden, la religión, la familia y de los Penates otros de los burgueses modernos, habian en seguida experimentado un considerable enfriamiento de su propio ardor revolucionario. Ellos sabían que el momento debe ser aprovechado, y que, sin la ayuda de las masas trabajadoras, que serían derrotados, y sin embargo su valentía les ha fallado. Así, se aliaron con el Gobierno en los primeros disturbios parciales y provinciales, trataron de mantener a la gente tranquila en Berlín, que durante cinco días, se reunió en las multitudes ante el palacio real para discutir las noticias y pedir cambios en el Gobierno; y cuando por fin, después de la noticia de la caída de Metternich, el rey hizo algunas concesiones ligeras, la burguesía consideró la revolución como completada, y se fue a agradecer a Su Majestad por haber cumplido todos los deseos de su pueblo. Pero luego siguió el ataque de los militares contra la multitud, las barricadas, la lucha y la derrota de la realeza. Entonces todo cambió: las clases trabajadores mismas, que la burguesía habia tendencia a mantener en el fondo, habían sido empujadas hacia adelante, habían luchado y vencido, y de pronto fueron conscientes de su fuerza. Las restricciones del sufragio, de la libertad de prensa, del derecho a sentarse en los jurados, del derecho de reunión-las restricciones que habian sido muy agradables a la burguesía, ya que referian a esas clases sólo por debajo de ellos-ahora ya no eran posibles. El peligro de una repetición de las escenas de la “anarquía” en París era inminente. Antes de este peligro todas las diferencias anteriores desaparicieron. Contra el obrero victorioso, a pesar de que aún no había pronunciado ninguna demanda por sí mismo, los amigos y los enemigos de muchos años se unieron, y la alianza entre la burguesía y los partidarios del sistema derrocado se concluyó sobre las barricadas de Berlín . Hubo que hacer las concesiones necesarias, pero no más de lo inevitable, un ministerio de los líderes de la oposición de la Dieta Unida iba formarse, ya cambio de sus servicios en salvar la Corona, la burguesía iba tener el apoyo de todos los pilares del antiguo gobierno, la aristocracia feudal, la burocracia, el ejército. “(228)
Así, Marx y Engels, antes, durante y después de la “primavera de los pueblos” de 1848, ya vieron la dinámica por la cual la lucha por la revolución burguesa necesariamente abrió el camino para la aparición independiente de la clase obrera, “incluso antes de que (el trabajo hombre) había pronunciado ninguna demanda específica por sí mismo “. Este “cruce” entre el proceso de las revoluciones burguesa y proletaria fue el núcleo de lo que más tarde fue elaborado por Trotsky y Parvus, su colaborador en 1904-1905, en la teoría madura de la “revolución permanente”.
La revolución permanente está íntimamente ligada, por Trotsky, con la teoría del desarrollo combinado y desigual. Esta teoría fue un rechazo directo de la vision linear de “etapas” de la historia muy extendida en los partidos de la Segunda Internacional, en la que cada país tenía que pasar a través, en primer lugar, la revolución burguesa y luego llegar a la revolución socialista. Se basa en la idea perfectamente razonable, reforzada por la historia del capitalismo, que cada país no tiene que (y de hecho no puede) recapitular todas las “etapas” experimentadas por otros países. Trotsky vio su teoría confirmada ya en 1905 con las vacilaciones de la burguesía liberal tímida en sus batallas débiles con el zarismo, muy consciente de que los trabajadores, a diferencia de Alemania, ya articulaba sus proprias demandas. Incluso a principios de 1917, Lenin todavía compartía este punto de vista de etapas. Trotsky y Parvus, por el contrario, vinculados con el germen de la teoria de Marx-Engels del “cruce” entre las dos revoluciones, basada en una vision de los distintos países capitalistas, como haciendo parte de un sistema internacional único, en el que los países en desarrollo no sólo podian aprovecharse de la vanguardia de la innovación tecnológica del mundo sino que se vieron obligados a “saltar” sobre las etapas pasadas por los demás. Así, en la víspera de sus revolucione de 1905 y 1917, Rusia tenía algunas de las fábricas más grandes y modernos del mundo, rodeadas de un espacio mucho más grande de la agricultura atrasada.
“La ley del desarrollo combinado se revela sin duda al mejor, sin embargo, en la historia y el carácter de la industria rusa. Llegando tarde, la industria rusa no repitó el desarrollo de los países avanzados, pero se insertó en este desarrollo, adaptando sus últimos logros a su propio atraso. Así como la evolución económica de Rusia en su conjunto se saltó la época de los gremios artesanales y de fabricación, así también las distintas ramas de la industria hizieron una serie de saltos especiales sobre etapas productivas technicas que se habían medido en Occidente por décadas … El carácter social de la burguesía de Rusia y su fisonomía política se determinaron por la condición de origen y la estructura de la industria rusa. La sola extrema concentración de esta industria significó que entre los dirigentes capitalistas y las masas populares no había ninguna jerarquía de las capas de transición … Tales son las causas primarias e inamovibles del aislamiento político de la burguesía rusa. Mientras que en los albores de su historia era demasiado inmadura para llevar a cabo una Reforma, cuando llegó el momento de dirigir una revolución era demasiado madura. “(229)
El triunfo del estalinismo en 1924 fue, entre otras cosas, una restauración completa de la teoría lineal de la Segunda Internacional, que tuvo sus primeros frutos en la catastrófica política catastrófica de la Comintern de aliarse con el movimiento nacionalista de Chiang Kai-shek en China en los años 1925 – 1927.
Independientemente de los problemas del propio Trotsky, el trotskismo después de su asesinato era principalmente un asunto de mediocridades, de los Barnes y Cannon y Pablo y Mandel. Trotsky había predicho que la Segunda Guerra Mundial sería seguida por la revolución mundial similar a las secuelas de la Primera Guerra Mundial, y también creío que el régimen estalinista en Rusia sería arrastrado en el proceso. En cambio, sus seguidores en 1945 y, posteriormente, se encontraron frente a un paso de gigante del poder estalinista en Europa Oriental, China, Corea e Indochina, un paso de gigante en la que la clase obrera había jugado ningún papel. Trotskistas occidentales como Mandel estaban incitando a los estalinistas “reformistas” en lugares como Checoslovaquia y Yugoslavia, mientras que la NKVD y sus contrapartes locales localizaban y asesinaban a sus propios camaradas trotskistas.
Probablemente el peor de los casos fue el de Michel Pablo, quien en 1950 llegó a la conclusión de que el mundo estaba entrando en siglos de hegemonía stalinista, y pidió a los trotskistas a participar en “la entrada profunda” en los partidos estalinistas, como los cristianos en las catacumbas. La adaptación de Pablo a los acontecimientos actuales fue volado alto cielo sólo unos pocos años más tarde con el levantamiento de 1953 de los trabajadores en el este de Berlín y en 1956 con los movimientos obreros que sacudieron hasta sus asientos el estalinismo en el otoño de Polonia y en la revolución húngara. Pero el daño que se maduraba desde 1940 había sido hecho, y una metodología de adaptación al expansionismo estalinista, así como a diversos “frentes de liberación nacional” y a regimes “progresistas” del Tercer Mundo habia sido establecida por décadas. La lista es larga, de la adaptación de la mayoría (230) de los trotskistas (con su “oposición revolucionaria” enterrada en letra pequeña en las notas) a estos movimientos y regímenes diversos como el FLN argelino, el FLN vietnamita (231), la Cuba de Castro, el Chile de Allenda, los mulás iraníes, los sandinistas nicaragüenses, y el Solidarnosc polaco.
Y el MNR boliviano.
En el momento de la revolución de abril 1952, el más importante trotskista boliviano, Guillermo Lora, fue en París consultar con los dirigentes de la Cuarta Internacional, que eran por entonces firmemente en el campo de Pablo y que al parecer no le impresionaban. Lora no se unió a la facción de Pablo, y los en Bolivia que lo hicieron no se unieron al gobierno del MNR. Sin embargo, la relación entre el POR y el MNR que hemos documentado en el texto habla por sí mismo.
La teoría de la revolución permanente dictó para Bolivia, como para todos los países subdesarrollados, la imposibilidad de un estable régimen democrático burgués y el necesario “cruce” de la revolucion burguesa con la revolución proletaria. Bolivia fue por supuesto, no la Rusia de 1917, y, a diferencia de Rusia, no poseía algunas de las fábricas más grandes y modernos del mundo. Sin duda, compartia con Rusia una gran mayoría de la población activa trabajando principalmente en la agricultura pre-capitalista muy atrasada. La reforma agraria fundamental era y es la condición sine qua non para cualquiera verdadera revolución burguesa. En su lugar, como hemos visto, la reforma agraria de Bolivia de 1953 fue comprometida por la preservación de las explotaciones de los “hacendados progresistas” y las tierras considerables de micro- y latifundios que más tarde se convirtieron en la base de un campesinado conservador.
Del mismo modo, la “nacionalización de la decadencia” de la COMIBOL, con una indemnización completa a los tres barones del estaño, cargaron la revolución desde el principio con el peso muerto del pasado.
Entre estas dos medidas a medio camino, y la acomodacíon con los Estados Unidos, la inflación galopante de 1955-1956 no fue una sorpresa.
Ponemos pues la pregunta a quemarropa: hubiera una politica “verdaderamente trotskista” por parte del POR en 1951-1953 resultado en una revolución proletaria en Bolivia? Cuando uno considera que en abril de 1952 la “revolución nacionalista” del MNR tuvo el apoyo abrumador de la clase obrera armada, del campesinado y de la clase media urbana, que el 85% de los miembros del POR en última instancia, entró en el MNR en esos años; y cuando una figura de la talla de Guillermo Lora decidió no entrar sólo en el último momento, la cuestión parece más que discutible. La verdadera pregunta es por qué la ideología nacional revolucionaria y su organización fue tan popular, a tal punto que incluso era atractiva para la gran mayoría de los miembros del POR. El punto de vista trotskista, con su creencia de que la “crisis de liderazgo” es primordial en este tipo de situaciones, hace que la cuestión de la presencia o ausencia del partido revolucionario el deus ex machina de estas crisis, cuando la cuestión histórica real es qué condiciones hacen posible o paliar la existencia de tal partido en el primer lugar.
En 1952, la Guerra Fría estaba en su apogeo y como resultado la Tercera Guerra Mundial parecía una posibilidad real. Los acontocimientos en Guatemala, Irán, China, Corea y la lucha de los dos bloques por influencia en la descolonización en Asia y África fueron tantos focos de tensión. En tal coyuntura, sin duda una revolución proletaria en Bolivia puede haber tenido ondas mucho más allá de un país pobre y remoto, sin salida al mar, de tres millones de personas. (Ponemos entre parentesis por un momento la cuestión de la posibilidad de una revolución de la clase obrera en el corazón del capitalismo en aquel momento, una contrapartida necesaria de la teoría de la revolución permanente, cuando en realidad la clase obrera en toda Europa y los EE.UU. había sido contenida o derrotada hacia1952;. recordemos, al crédito del POR, la declaración de solidaridad (citada anteriormente) con los trabajadores norteamericanos “(232). La capacidad de Bolivia para atraer la atención de los Estados Unidos, por razones que hemos descrito en detalle, cuando habia tantos otros fuegos, al parecer más grande, para apagar, ya sobraya su potencial explosivo. Sin embargo, estos cálculos sin duda pesaron tambien en los pensamientos de los trabajadores de Bolivia, e hicieron sus decisiones en consecuencia. Echar la culpa al POR por haber “traicionado” la revolución boliviana es caer en la trampa idealista de decir “que tenían las ideas equivocadas” en lugar de explicar por qué tenían las ideas que tuvieron.
Notas
1 Estos artículos aparecen en tres partes en el materialismo histórico, comenzando con el número 16 de 2008. Ellos son seguidos por más actualizaciones sobre la situación en Bolivia, disponible en línea, sobre todo, http://www.isreview.org/issues/73/feat-bolivia.shtml Tan bueno como estos artículos están sobre Morales y el programa del MAS desde el año 2005, yo, por supuesto, rechazo el intento de la parte de Webber de situar del gobierno de Morales en un “bloque contra-hegemónico”, liderado por Cuba y Venezuela, con la implicación de que ese bloque es “progresista” y “anti-imperialista”.
2 – “Pachakuti” es un término tomado del quechua “pacha”, que significa tiempo y espacio o en el mundo, y “kuti”, la agitación o el sentido de la revolución.
3-Un extraño sub-texto de la postura anti-eurocéntrica, que me encontré dos o tres veces en persona y también en libros, es el recurso a la física cuántica para respaldar esta perspectiva. El teorema de Bell postula la posibilidad de una partícula atómica de estar en dos lugares al mismo tiempo, a través de galaxias, y sin embargo en la comunicación. Esto es, segun ciertas personas, una base científica de la síntesis parakuti, desarrolladas por ejemplo en 2008 el ex-trotskista Filemón Escobar libro De la Revolución al Pachakuti: El aprendrizaje del Respeto Reciproco entre indios y blancos. Escobar por lo menos llega a su “revolución de la hoja de coca” despues de más de 40 años de militancia obrera, pero una contraposición aún más elaborada de esta síntesis indigenista a un hombre de paja marxista vulgar ha sido escrito por un académico, Blithz Lozada, Cosmovisión, Historia y Política en los Andes (2 ª ed. 2008). Escobar y Lozada ambos ven a Marx como expresión de una visión del mundo no cualitativamente diferente de la de Newton y Descartes.
4-No está disponible en inglés, a excepción de una traducción publicada en Ceilán a fines de de los años 1950. Hay un extracto del libro de Luxemburgo Einführung in die politische Ökonomie en P. Hudis / K. Anderson, eds. Rosa Luxemburgo Reader (2004).
5-Una narracion de la “terapia de choque” de Jeffrey Sachs en 1985 en Bolivia, bajo el mismo Víctor Paz Estenssoro, que figura en el siguiente relato de los años 1940 y 1950, es de Naomi Klein. The Shock Doctrine (2007), Cap. 7.
6-Esta continuidad con el pasado, despues de la dispersión de los mineros bolivianos trotskistas a partir de 1985, se cuenta en Bolivia, S. Sandor John, Permanent Revolution in the Andes: Bolivia’s Radical Tradition (2009).
7-Publicado por la editorial problemática South End Press, 2004.
8 Véase la declaración de Olivera en http://mywordismyweapon.blogspot.com/2010/08/oscar-olivera-opposition-in-times-of.html
10 Para una buena visión general de esta excepción de Bolivia, cf. S. Sandor John, op. cit. Un hilarante episodio tuvo lugar cuando una delegación soviética llegó a Bolivia en la década de 1960 para ofrecer una tecnología a una de las grandes minas estatales. Los burócratas muy formales y vestidos de traje fueron acogidos por una masa de trabajadores traiendo imágenes de Lenin y Trotsky, y al final de los discursos ceremoniales estos levantaron cuatro dedos (de la Cuarta Internacional) y los burócratas respondió con tres dedos, de la Tercera. Las cosas se culminaron con un reportero de la revista Life que escribió que los trabajadores bolivianos fueron tan atrásados que ni siquiera sabían que Trotsky había caído del poder 40 años antes, lo que revela su propria ignorancia profunda.
11 Cfr.. el papel de Ziya Gökalp (1875-1924), que absorbió las doctrinas del nacionalista prusiano la Treitschke través de Emile Durkheim y que fue efectivamente el ideólogo de la Turquía kemalista, mucho influyente después de su muerte, en mi “”Socialism in One Country “Before Stalin, and the Origins of the reactionary anti-imperialism: the case of Turkey, 1917-1925. en http://home.earthlink.net/ ~ lrgoldner / turkey.html
12 Sobre las políticas de identidad, vease los ensayos de Vanguard of Retrogression: Post-modern fictions in the era of fictitious capitalvanguardia de retroceso: las ficciones post-moderna en la era del capital ficticio (200l), también disponible en ensayos sueltos en http://home.earthlink.net/~ lrgoldner; sobre Bordiga y la comuna de Rusia, el artículo “Communism is the Material Human Community: Amadeo Bordiga Today” en el mismo sitio, y por último el libro de 2010 de Kevin Anderson Marx at the Margins, revisado en el n °. 2 de Insurgent Notes en http://insurgentnotes.com, cf. También Franklin Rosemont, “Karl Marx and the Iroquois” en http://libcom.org/library/karl-marx-iroquois-franklin-rosemont
13-f. James Petras / Henry Veltmeyer. Social Movements and State Power. Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador (2005).
14-Sobre Jünger y Heidegger de antes y despues de 1945 y la transformación de la elitista, “dura” revolución conservadora de la década de 1920 en la preocupación con el mito (Jünger) y “pensamiento poetizando” (Heidegger), todavía llenos de distancia y condescendencia hacia la realidad social concreta y las masas de la gente común, cf. Daniel Mora. Von der Gelassenheit zur Tat. Konservatives Denken bei Martin Heidegger, Ernst Jünger y F.J. Jünger 1920-1960 (2007). Este cambio implicó un “giro a un pensamiento proto-ecológico crítico de la tecnología … El pensamiento ecologico, desde la década de 1970, encontró su hogar político en la izquierda, aunque en este reposicionamiento político muchos de los aspectos tradicionales anti-modernos, elaborados a partir de la Kulturkritik, estaban desconocidos por el movimiento de la ecología … En esta evasión filosóficamente exagerada de la culpabilidad motivada por la biografía colectiva del grupo de pares, las contribuciones intelectuales de Heidegger y los hermanos Jünger acabaron por la rehabilitación tranquila de la “Tätergesellschaft” alemana (de hecho, el legado de la revolución conservadora de 1920 -LG).
14-La abreviatura “MNR” se utilizará en todas partes.
15- The reactionary anti-imperialist and populist movements in interwar (1919-1939) Latin America had their parallel in the “Third World” status of parts of central and eastern Europe in the same period. Los movimientos reaccionarios anti-imperialistas y populistas de entreguerras (1919-1939) en América Latina tuvieron su paralelo en el estado “Tercer Mundo” de algunas las partes de Europa central y oriental en el mismo período. El primer teórico que utilizó los conceptos de “centro” y “periferia”, fue el complejo, pero en última instancia, proto-fascista sociólogo aleman Werner Sombart. Para un relato que trata la migración de estos conceptos, en primer lugar al corporativismo rumano y su teórico Mihail Manoilescu, y de allí a América Latina en los años 1950 y 1960 la obra de Fernando Enrique Cardoso y Celso Furtado, véase José L. Love, The Crafting of the Third World. (1996). En el libro de Love falta sólo una cuenta de la migración de estas ideas a la izquierda occidental a través de la “escuela de la dependencia” y editoriales como Monthly Review Press y su resonancia internacional.
16-James Dunkerley, Orígenes del Poder miltar. Bolivia 1879-1935 (3 ª ed. 2006) p. 102.
17 A diferencia de la Guerra del Pacífico con Chile y la Guerra del Chaco con Paraguay, Bolivia cedió territorio a Brasil no despues de la derrota militar, sino simplemente porque no tenían los recursos para desarrollarla.
18 Cfr.. Bieber León. Las Relaciones Económicas de Bolivia en Alemania, 1880-1920. (1987) sobre estas tendencias generales.
19-En el momento de la crisis sistémica de la década de 1930, el baron de estaño Simón Patiño era uno de los hombres más ricos del mundo. Cf. L. Cordero Peñaloza. Nueva Historia Economía de Bolivia. Vol. 7. 1987. Cf. pp 129-155 para las explotaciones del imperio Patiño solo.
20-Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Bolivia experimentaron una importante inmigración alemana antes de 1914.
21 Cfr.. la reimpresión de la Creacion … en Franz Tamayo, Obra Escogida (Caracas, 1979) Cuando las fuentes en español se citan, todas las traducciones son mías.
22-Tamayo se celebra en el folleto de Néstor Taboada Terán, Franz Tamayo: Profeta de la Rebelión, una obra en que que prácticamente no se menciona la política reaccionaria de Tamayo.
23 “Bovarysmo” era un concepto de finales del siglo decimonono tomado de la novela de Flaubert, en referencia a una relación de ensueño, en última instancia, impotente con la realidad.
24 Carlos Andrade, Historiografia colonial moderna de Bolivia (2008), p. 81.
25-De Creacion… citado en el comentario extendido en Abraham Valdez, La Nación Boliviana y Franz Tamayo (1996), p. 45.
26 Ibid. pp 47-48. Los teóricos de la identidad estarian interesados en ver a su anti-universalismo expresado en tal asociación descarada con el militarismo prusiano y el darwinismo social.
27 Ibid. p. 73. El racismo de la sociedad boliviana era tal que, hasta la víspera de la revolución del MNR en 1952, que la población indígena debia permanecer fuera de las principales calles y fuera de la vista. Lehman Kenneth, Bolivia y los Estados Unidos (1999), p. 101.
28-El pensamiento Filosófica de Tamayo y el irrationalismo aleman. pp 78-85.
29-Andrade, op. cit. p. 92.
30 En la vista de V. Abecia López, Montenegro (1997), p. 57 “Céspedes, como escritor, periodista y político, fue el intelectual más representativo de la Revolución Nacional por sus obras literarias, políticas e históricas.” Para más información sobre Montenegro, cf. a continuación.
31 -. V. Abecia López, Montenegro, 1997, p. 63.
32 Guillermo Lora, Obras completas, vol. XIX, 1997, p. 66.
33-En Bolivia, el “indigenismo” se refiere a los intentos de hacer frente social, económica y prácticamente con la situación de la mayoría indígena, “indianismo” es más de una obra literaria de “reconocimiento” de los indígenas, escrito desde “afuera”.
34-F. Reinaga. Franz Tamayo y la Revolución Boliviana. 1970.
35 Reinaga, p. 111.
36 Ibid. p. 162.
37-M. . Baptista Gumocio, Yo fui El Orgullo: Vida y Pensamiento de Franz Tamayo (La Paz, 1978). Pp. 328-329.
38-Charles W. Andrade, y Historiografia colonial Moderna de Bolivia (2 ª ed. La Paz 2008). P. 3.
39-Marcos Dumich. Ideología y Mito. Los Orígenes del fascismo boliviano. 1979.
40 Ibid. p. 38.
41 Ibid. p. 61.
42 Arguedes mas tarde pronunció elogios por del régimen alemán y recibió el Premio de Roma de Mussolini.
43 Ibid. pp 69
44 Ibid. “Pachamama”, o Madre Tierra, se convirtió en uno de los palabras-llave del actual régimen de Morales en Bolivia.
45-La elaboración completa de esta transición no nos interesa aquí. Cf. mi “Remaking of the American Working Class: Restructuring of Global Capital, Recomposition of the Class Terrain.” disponible en http://home.earthlink.net/ ~ lrgoldner / remaking.html. El título no obstante, el texto ofrece una perspectiva mundial sobre la transición.
46-Braden cuenta su historia de negocios y la diplomacia de intimidación en un libro de memorias, Diplomats and Demagogues (1971). Considerando que parecía como una versión anterior de John Bolton, de la era de Bush (hijo), los EE.UU. estaba tratando en el período de entreguerras, con su “Política del Buen Vecino”, de superar algunos de los excesos de la diplomacia de cañoneras antes que a Braden parecía más cómodo.
47-No sólo Bolivia se comprometió los ingresos de la aduana como ingreso para el préstamo, sino aceptó la vigilancia de una comisión fiscal de tres miembros, dos de cuyos miembros fueron elegidos por bancos de EE.UU.. Cf. Kenneth D. Lehman, op. cit. P. 66.
48 Una cronología detallada del movimiento obrero boliviano lo largo de este período es de Guillermo Lora, Obras completas, vol. XIX, XX y XXI (La Paz, 1994). Lora (1922-2009) fue quizá la figura dominante en la izquierda radical de Bolivia en décadas posteriores, siendo un minero, un líder del movimiento trotskista en Bolivia, y escritor prolifico (sus obras completas llegado a 67 volúmenes).
En junio de 1929, el Comintern organizó la Conferencia de Partidos Comunistas de América Latina en Buenos Aires en virtud de un lacayo de Moscú llamado Vitterio Codavilla. Como éste era el “tercer período” de “clase contra clase”, la conferencia hizo un llamado para la versión estalinista de un “Gobierno obrero-campesina.” (Véase Lora, vol. XX pp 230-231) José A. Arce , más tarde, el líder de la malograda pro-Moscú PIR (Partido de la Izquierda Revolucionaria) fue uno de los representantes de Bolivia.
49-Un retrato completo de Marof (el seudónimo de Gustavo Navarro) está en Lora, XX, pp 277-301. Su libro de 1934 La tragedia del altiplano lanzó lo que se convirtió en una consigna clave durante las próximas dos décadas: “Las minas al estado, tierras a los indios”.
50 Eduardo Arze Cuadros en: Bolivia. El Programa del MNR y la Revolución Nacional (2002)identifica los orígenes ideológicos del MNR en el programa aprobado en este congreso de 1928. Destacó la “inmigración selectiva”, la emancipación del indio, la “moralización del mestizo inferior”, la socialización progresiva, la nacionalización de las minas y del petróleo, y la tierra a los indios. Se llegó a pedir una “regulación completa del trabajo y del crédito”, esta última orientada a evitar la explotación por el capital del banco, a la estratificación progresiva, una reducción del presupuesto militar, la separación de Iglesia y Estado, la educación laica, la abolición de la monasterios, y, finalmente, “la guerra a la guerra”. Veremos a continuación cómo los elementos importantes de este programa más adelante se mezcla con elementos fascistas en el “socialismo militar” (1936-1940) y el período de Villarroel (1943-1946).
La convención de 1928 dio seguimiento a un congreso internacional de estudiantes de 1921 en la Ciudad de México, donde conoció de primera mano a la Revolución Mexicana. (Ferran Gallego, Los Orígenes del reformismo militar en América Latina: La gestion de David Toro en Bolivia (1991).
51 En opinión de James Dunkerley, op. cit. p. 175 de este fermento radical fue sin precedentes en la historia boliviana.
52 Un estudio detallado de la relación ambigua de Mariátegui con Sorel (y Mussolini) es Hugo García Salvattecci, George Sorel y JC Mariátegui (1979).
53 Desde otro punto de vista, Roberto Prudencio, que comenzó como un nacionalista e indigenista y terminó como uno de los fundadores de la Falange Boliviana, y que había sido un admirador de principios del fascismo alemán, dijo que “Mariátegui y Tamayo fueron los padres de la nueva América . “(Andrade, p. 119) El intelectual y líder estalinista José Antonio Arce acusó a Tamayo de ser un traidor a sus propios escritos, ya que, desde 1917, se identificó con uno de los odios más reaccionarios de la ideología feudal. “(ibíd. pp 138-139). En última instancia, de acuerdo con Andrade, “muchos escritores que siguieron Tamayo fueron izquierdistas o nacionalistas apasionados fanáticos” (ibid., p. 155).
54 Ibid. p. 77. En M. Grindle pp 130-131 “La tradición socialista de Andrean Marof … era la tendencia dominante que podría imaginar un pasado y un futuro, al menos parcialmente en términos de lucha de la comunidad indígena y la autonomía política. Sin embargo, esta era una tradición marginal a la izquierda a mediados de siglo, y la revolución nacional, con el proyecto y el sindicalismo corporativista peasantizing, haría más difícil que tal tendencia crece.
55 Dunkerley (. Op. cit p. 193) señala que la revolucion de 1930 en Bolivia no se puede comparar con la evolución simultánea en los países más modernos y desarrollados de América Latina, sobre todo Argentina y Chile; sea como fuera, era parte de la caída de los acuerdos regionales de élite del siglo XX en contextos distintos.
56-En el momento de la revolución de 1930, sólo el 2% de la población de Bolivia de dos millones eran elegibles para votar.
57 En este texto el término “trotskista” se utiliza en todo para aquellos que se designaron como tal, cf. el apéndice tratando de explicar lo que significa el trotskismo.
58-Lora, Obras Completas, 1994, vol. XX, p. 255.
Herbert Klein, Una historia concisa de Bolivia (2003 ed.), Cap. 7. En 1932, la Standard Oil de New Jersey había comprado una concesión nueva de petróleo en el sureste de Bolivia, pero el petróleo no podría ser exportados por Argentina, y Paraguay se negó el derecho de tránsito. Se creía ampliamente en Bolivia que las empresas de EE.UU. y británicas estaban apoyando a Paraguay a través de Argentina, y que tanto la Standard Oil y la Royal Dutch Shell influían en la guerra del Chaco. La élite de la minería boliviana fue sin duda favorable a la guerra. Ricos inversores argentinos y extranjeros tenian un interese lucrativo en la controversia. Los EE.UU., Brasil y la Argentina se opusieron a toda intervención por la Liga de las Naciones, y la prensa argentina fue el primero en sugerir que la Standard Oil tenía la culpa. El representante de Wall Street, Spruille Braden, que había negociado previamente acuerdos muy favorables para la Standard Oil, se opuso firmemente a los intereses de Bolivia en la conferencia de paz del Chaco. Por otra parte, Dunkerley (op. cit. P. 216 notas al pie) piensa que ni la Standard Oil y ni Real holandesa Shell estaban apoyando a ambos lados en el conflicto. El populista de Louisiana, Huey Long, por su parte, denunció el papel de estas en el Senado de los EE.UU. En octubre de 1935, el gobierno boliviano tomó medidas contra la Standard Oil a través de una canalización ilegal a la Argentina.
60 Lora, op. cit. p. 257. Quizás tan importante como este fermento en las ciudades, el grupo Tupac Amaru se formó, expresando la ideología indigenistas agraria radical de Indo-América izquierda del siglo XX…. Considerada en 1932 “los desvaríos de un extremista y de las minorías ineficaz de los intelectuales amargados y exiliados (ella) tendría un impacto profundo en el mundo de la posguerra.” (Herbert Klein, Partidos Políticos, p. 144.)
61 En 1935, la población estimada de Bolivia se compuso de 1,6 millones de indios, 850.000 mestizos, los blancos 400.000, los negros 6000, y no identificados 300.000. En América Latina, hubo un millón de hablantes de aleman, de los cuales 180.000 fueron Reichsdeutsche.
62-La Alemania nazi, aparentemente construyó alrededor de 1400 escuelas en toda América Latina. Según Mariano Baptista Gumucio, (en su libro José Cuadros Quiroga, 2000, p. 10), los colegios alemanes en La Paz y Oruro fueron “focos activos de la difusión de la ideología nazi. Luis Ramiro Beltham recuerda que como niño en Oruro participó en los desfiles militares con los retratos de Hitler. “Un boliviano, Federico Nielsen Reyes, fue el traductor al español del libro Mein Kampf de Hitler, y el militante de extrema derecha Roberto Hinajosa, quien sería el jefe de Información en el gobierno Villaroel después de 1943, escribió la biografía única de Hitler en español.
63 Para una visión general de la guerra, cf. http://worldatwar.net/chandelle/v1/v1n3/chaco.html
funcionarios y técnicos extranjeros estuvieron presentes en ambos lados; veteranos rusos blancos fueron comandantes en el lado paraguayo, los chilenos y los alemanes fueron asesores en el lado boliviano.
Ferran Gallego 64, op. cit. p 82. No había habido 80 millones de bolivianos en circulación a finales de 1932, y había 388 millones en circulación a finales de 1935.
65-Gustavo Gomes Maia, Las raíces de la intervención del Estado en la economía brasileña (1986), p. 155, pp 152-153.
66 Ibid. 154, 160.
67 Ibid. p. 161.
68 Arnaldo Córdova, La Política de Masas del cardenismo (1974), pp 48-49.
69-Ronaldo Munck, Ricardo Falcón y Bernardo Galitelli. Argentina from Anarchismo to Peronism. Workers, Unions and Politics, 1855-1985. p. 129, p. 132.
70 En enero de 1938, bajo el gobierno de German Busch, Humberto Vásquez Rodríguez pidió la organización de las legiones “en una forma totalitaria”. Espero que el lector perdonara la proliferación de nombres de los partidos y las iniciales, y sobre todo que se dara cuenta de su relación problematica con la política real de los diversos grupos efímeros.
71-En este texto denominado el POR. Uno de los fundadores principales del partido, el brillante intelectual revolucionario José Aguirre Gainsborg, en octubre de 1938 murió en un accidente absurdo autoinfligido, la caída de una rueda de la fortuna después de deshacer la barra de seguridad en un acto de valentía. Una extensa representación de Aguirre Gainsborg, “una de las grandes figuras revolucionarias de la posguerra”, es en Lora, XXI, pp 103-124. (Aquí “posguerra” significa después de la guerra del Chaco.)
72 Y aun más: en 1950, a la altura de terror contra el MNR, poco antes de la revolución, Marof fue la secretaria personal del presidente represivo y reaccionario Urriologoitia.
73-Klein, Partidos Políticos, p. 205. Klein describe una “fascinación por el corporativismo” en el momento.
74-A través de finales de los años 1930 y en los años de guerra, la OVRA italiana (policía secreta) tenía una misión militar en Bolivia, en la Escuela de Guerra en Cochabamba.
75 Este fue, por supuesto, un fenómeno América del Sur, apenas restringida a Bolivia. En 1935, como indicado antes, había un millón de hablantes de alemán en el continente, y Reichsdeutsche 180.000. Esta batalla de diez años por la influencia entre las fuerzas pro-fascista y pro-anglo-americana (más tarde Aliados) se cuenta en detalle en León E. Bieber, Pugna Por Influencia y Hegemonía. rivalidad-Estadounidense en Bolivia 1936-1946. Frankfurt am Main, 2004.
76-En el contexto de la depresión mundial, y una gestión vasta por el estado de la economía nacional, Schacht creó un sistema de varios niveles de diferentes tipos de marcos del Reich para el comercio internacional. Estos diferentes tipos de marcas se les pagaba a los socios comerciales y sólo se pudieron utilizar en la compra de productos alemanes, y sólo de los productos determinados; además, su valor podia ser administrativamente manipulado, en perjuicio de los socios comerciales de Alemania. En diciembre de 1934, Schacht creó las cuentas llamadas ASKI (Spezial-Ausländer Sonderkonto fuer Inlandszahlungen, ASKI) como mecanismo de intercambio comercial. Había grandes esperanzas para el uso de las marcas ASKI para las compras de Bolivia, pero en realidad muy poco del comercio se financió de esta manera.
77-Klein, Political Parties, p. 227.
78-Para un retrato de la version italiana original. Cf. David D. Roberts, The Syndicalist Tradition and Italian Fascism (1979). En el clásico de Gaetano Salvemini, Under the Axe of Fascism (1936), el corporativismo de Mussolini se caracterizó por ser poco más que una farsa y un espectáculo, una mascara de la regimentación de hierro de los trabajadores.
79 Según H. Klein (Political Parties, p. 188) Montenegro y Augusto Céspedes, ambos ideólogos del MNR futuro, , most clearly articulated the “national socialist” ideology. During the years of “military socialism”, German business also expanded in commerce and commercial aviation, and German instructors in the army made programmatic headway with the fascist-inclined junior officers eran los mejores portavoces de la ideologia “nacional socialista”. Durante los años del “socialismo militar”, las empresas alemánas también se expandieron en el comercio y la aviación comercial, y los instructores alemanes en el ejército influyeron a los oficiales jóvenes atraidos por el fascismo.
80 – “El SP estaba más preocupado por la presencia de” demagogos “en las federaciones de trabajadores que por la despolitización de este último.” Ferran Gallego, p. 117.
81 Bieber, op. cit. p. 49: “Toro quería implementar el socialismo de Estado con los partidos de izquierda.”
82 Cfr.. Herbert Klein, Concise History, p. 188.
83-Augusto Hochschild (1881-1965), uno de los tres barones del estaño más importantes y un Judio, fue el blanco principal del antisemitismo de La Calle y del antisemitismo popular boliviano en general, durante el auge del MNR. Bieber (op. cit. P. 154) encuentra alguna evidencia de la financiación alemana de La Calle.
84-M. Baptista Gumucio, José Cuadros Quiroga: Inventor del Movimiento Nacionalista Revolucionario 1. ed. La Paz, 2002, p. 119.
85-Jerry Knudson, Bolivia. Press and Revolution. 1986 p. 81. Según Knudson, (p. 130), Quiroga escribió la mayor parte de los artículos antisemitas.
86-Op. cit. p. 130.
87-Este periodico demagogico necesariamente invitó a fuertes reacciones. Zavaleto Mercado llamó al MNR “toda una gama de los parientes pobres de la oligarquía que ya no creían en la oligarquía” (citado en Abecia López, p. 199) El marxista Liborio Justo dijo que la fundacíon del MNR fue la expresión desesperada de la pequeña burguesía nacional “. “Paz, en particular, era conocido como un admirador del nazismo y visitor asiduo a la legación alemana”. L. Zanatta / M. Aguas. “Auge y declinacion de la Tercera posicíon. Perón, Bolivia y la Guerra Fria, 1943-1954 “en Desarrollo Económico, vol. 45, N º 177. Abril-junio de 2005.
88- Abecia Lopez, p. 201.
89-S. Sandor John, op. cit. 2009. P. 59.
90-Ferran Gallego, p. 117.
91-Klein, Concise, p. 188.
92-Klein, Political Parties, p. 245-246
93-Lora, Obras Completas, vol. XXI, p. 357. También Ferran Gallego, p. 116.
94-Belmonte, de acuerdo con Bieber (op. cit. P. 126) se quedó en Alemania hasta 1951, estudiando la “geopolítica” después de la guerra. Por su propria version autobiografica, se había graduado del Colegio Miltar en 1923 y fue piloto durante la Guerra del Chaco. De 1938 a 1945 se desempeñó como agregado militar de Bolivia a Alemania. Después de su regreso a Bolivia, era un profesor de Geopolítica durante el gobierno Ballavian. Pabon Belmonte cuenta su historia en el libro RADEPA. Sombras y Refulgiencias del Pasado (1994).
95 Otro grupo nacionalista autoritario activo en Bolivia a fines de los años 1930 fue la Associacion Mariscal Santa Cruz. De acuerdo con Irma Lorini,
El Nacionalismo en Bolivia de la pre y posguerra del Chaco (1910-1945 (2006), y Pedro Silveti Arce en su Bajo el Signo de la Barbarie (1946) argumentaron que el Mariscal Santa Cruz tenía vínculos con el SMO de Chile (Grupo de Oficiales Selectos ), en Argentina con el GOU (generalmente conocido como el Grupo de Oficiales Unidos), y con el Ferente de Hierro paraguayo, en una mouvance general de la extrema derecha en America del Sur de la época.
96-Ferran Gallego, op. cit. p. 115.
97-G. Lora, op. cit. Vol. XXI, pp 52-53. Lora escribe: “El ANPOS … habia tenido alguna influencia en las organizaciones de los trabajadores. Su objetivo declarado era coordinar y orientar las acciones del ministro de trabajo, pero en realidad tendian a erigirse en el mando supremo de los sindicatos e incluso de las fuerzas de izquierda. Algunos marxistas estaban seguros de poder convertir el Ministerio de Trabajo en su propia ciudadela, de la que sería capaz de moldear a las masas y decidir el destino de las políticas del gobierno. (Además de los líderes conocidos) izquierdistas de segundo y tercer nivel prácticamente invadieron el Ministerio de Trabajo, que en ese momento estaba operando en el Senado de la Nación. Los líderes izquierdistas cayeron en la complacencia de poder reunirse semanalmente en la sala de la cámara alta … Al principio, todos estaban unidos en la esperanza de ser capaz de transformar la sociedad desde arriba, casi sin dolor, gracias al respaldo que los militares habían entregado a los hombres tan capaces de teorizar sobre las ventajas del socialismo. ”
98 Ibid. p. 55-56.
Ferran Gallego 99, op. cit. p. 115.
100 Ibíd. p. 119.
101-Lora, op. cit. . p. 50.
102 Ibíd. p. 51.
103 Ibíd. p. 54.
104 Mauricio Hochschild, una vez más, fue el barón de estaño judío de los “tres grandes” de “La Rosca” y un objetivo importante del antisemitismo populista promovido por la calle y la extrema derecha. Sus explotaciones se detallan en Peñaloza Cordero, cap. VII.
105-Klein, Political Parties, p. 259.
106-En la década de 1950, las empresas estatales en Bolivia representarían la mitad del PIB.
107-En el desarrollo ulterior de la extrema derecha, la Falange Socialista Boliviana (FSB) se fundó, segun el modelo de su homólogo español, entre los estudiantes exiliados en Chile. Pro-católica y nacionalista, se basaba en los estudiantes de la escuela conservadora y privilegiada, especialmente en Cochabamba y la parte oriental del país; seguía siendo un grupo marginal en todas partes. En 1952, consideró una participacíon en la revuelta del MNR, pero se retiró en el último momento. Después de la revolución del MNR, los barones del estaño se volvieron hacia el FSB como el único partido viable capaz de hacer avanzar sus intereses. La Falange más tarde se convirtió en una dirección más democrática cristiana.
108-Agustino Barcelli, en un libro de 1955 (Medio siglo de lucha sindical Revolucionaria), creió identificar la influencia de la Carta di Lavoro y de la Arbeitsfront alemán en el gobierno de Toro. (Citado en Bieber op. Cit. P. 57-58) Sin embargo, los expertos nazis en la embajada alemana en La Paz, al parecer, no creían que el gobierno Toro-Busch era muy diferente de la anterior.
109-Klein, Political Parties, p. 276.
110-Op. cit. p. 305.
111-Op. cit. p. 191. Lehman (op. cit. P. 72) considera que la Constitución de 1938 era basada específicamente en la Carta Federal de 1917.
112-El experimento de educación indígena en Warisata se dio a conocer a través del hemisferio.
113-Klein, Political Parties, p. 278.
114-Lora, op. cit. vol. XXI, p. 250. John L. Lewis, de los Trabajadores Mineros Unidos de América (UMWA) estuvo presente en la conferencia de 1938. En 1946, la CTAL estaba siguiendo la política del Departamento de Estado de EE.UU..
115 En noviembre de 1942, Lombardo Toledano en realidad visitó La Paz, patrocinado por los stalinistas del PIR y ya por la CSTB. El CTAL fue visto como al servicio del imperialismo y La Rosca debido a su línea estalinista.
116-Bieber, op. cit. p. 72.
117-La historia completa se narra en León E. Bieber, Presencia judia en Bolivia (2010).
118-Guillermo Lora (vol. XX, p. 357) explica: “El Código Laboral de 1939 de Busch, originalmente promulgada en la forma de un decreto y se convirtió en ley en diciembre de 1942, fue una síntesis de la mayoría de las medidas adoptadas anteriormente, además de algunas nuevas incorporaciones. El Código requerio a las empresas de 500 personas o más (es decir, las empresas mineras más importantes y algunas otras empresas algunos) para proporcionar la hospitalización y la atención médica gratuita, y para mantener los hospitales. Reiteró igualmente los requisitos ya establecidos, especificando la construcción de viviendas libres en todos los campos de minas que empleaban a más de 200 trabajadores y ubicadas a más de seis kilómetros del pueblo más cercano. Se estableció, de manera general, una jornada de 8 horas y una semana de 48 horas; casos excepcionales aparte, limitó la jornada laboral para las mujeres y los menores de 18 años de edad a los días de 7 horas y una semana de 40 horas , y estableció un máximo de cinco horas de trabajo ininterrumpido.
119-Lora, vol. XXI, p. 69ff.
120 Lora, XXI, p. 101.
121-Bieber, op. cit. pp 70-71.
122-ASKI-Marcas [Ausländer-Sonderkonten für Inlandszahlung]) eran marcas especiales no convertibles que la Alemania nazi pagó por los productos extranjeros, y que sólo pudieron ser redimidas por la compra de ciertos productos alemanes, que a menudo no estaban disponibles. Su valor más podría ser manipulado administrativamente y con carácter retroactivo, obligando el tenedor extranjero a asumir la pérdida.
123-Op. cit. p. 71.
124-La broma estándar a finales de 1930, en países con un superávit comercial con Alemania y que habian acumulado grandes existencias de aspirina y estas clases especiales de marcas no convertibles fue que Alemania creó el dolor de cabeza y entonces se proporcionío el remedio.
125 En la legacion alemán en Bolivia en este momento había 70 personas, de los cuales sólo trece fueron declaradas.
126-Lora, XXI, p. 97.
127-Lora, XXI, p. 89. “El gobierno provisional del general Carlos Quintanella, tras la misteriosa muerte del presidente Busch, tuvo la tarea de desmantelar el Decreto de 7 de junio y la suspensión de sus efectos, en espera de otro decreto a finales de 1939 …. Las consideraciones del Decreto del Pdte. Quintanilla, que disolvió la medida audaz de Busch con la reacción de la derecha, eran que la Guerra europea exigía la dictation de “dispociones de emergencia” permitiendo al pais de recibir el “beneficio maximo como productor de materials primas”. Además de cambiar la cantidad de divisas que las empresas mineras estaban obligados a entregar al Banco Central, la ley diluiyó otros aspectos del decreto de Busch en su beneficio.
128 Alemania había invertido en compañías en toda América Latina. En abril de 1941, los EE.UU. ayudaron a Perú para expropiar a la operación la línea Lufthansa allí, y en el curso de la guerra de los EE.UU. se hizo cargo de la mayoría de las rutas aéreas de América Latina.
129-La “Rosca”, una vez más, era el término popular para superestado de los barónes de estaño.
130 nota del autor: Creo que la exposición detallada de los acontecimientos de 1936-1946 es imprescindible porque la máquina de propaganda anglo-americana durante estos años en varias ocasiones emitió una avalancha de material retratando el MNR como “nazi”, y se unieron en esto al PIR (estalinista) y a la prensa de los barones de estaño en Bolivia misma. En este período, antes de la Guerra Fría contra el comunismo, cualquier oposición en América Latina a los intereses anglo-estadounidenses fue “nazi”, lo que confirma la observación de George Orwell, que “un fascista es alguien que no me gusta.” Dado que, al mismo tiempo, me parece que RADEPA y los grupos como La Calle fueron, de hecho, profundamente marcada por el fascismo europeo, al mismo tiempo que reconociendo el carácter “corporativista de izquierdas” de algunas medidas sociales del Toro, Busch, Villarroel y los primeros años del MNR, me parece esencial describir los hilos diferentes del MNR que fueron crudamente llamados “fascistas” por el imperialismo por sus enemigos internos.
131-Un retrato completo de Arze se encuentra en Lora, XXI, pp 125-133.
132-En efecto, junto con Vietnam y Ceilán en los años 1930 y 1940, Bolivia fue el único país del mundo donde los trotskistas y no los estalinistas fueron la corriente dominante en la clase obrera en ese período.
133-Lora (XX, pp 300-301) tiene esto que decir acerca de estas configuraciones: “No hay motivos reales para dudar de que los caudillos del” nacionalismo “habían tenido contactos con la embajada de Alemania … pero su campaña contra el gobierno de Peñaranda expresó un sentimiento popular y canalizó la radicalización de las masas. Los errores de los presuntos marxistas (tanto del PIR y del Marof) habian contribuido directamente al fortalecimiento del MNR y fueron ellos que prácticamente allanaron su camino al poder. ”
134-Ostria Gutiérrez se exilió en Chile tras el derrocamiento de Peñaranda, en 1943, y escribió un libro polémico (y algo tendencioso), Una Revolución Tras Andes, Las (1944), dando su versión de los hechos. Ostria Gutiérrez señaló que hubo (pp. 120-121), en su opinión, paralelismos sorprendentes entre el programa de la fundación del MNR y el programa de los nazis alemanes (véase más adelante).
135-Klein, Historia Concisa, p. 197.
136-Una vez más, en paralelo con el tipo de organización desde arriba asociada a Cárdenas, como se describió anteriormente.
137-En 1972, el politólogo norteamericano Cole Blasier demostró que la carta era una falsificación británica, cf. op Bieber. cit. p. 126.
138-En enero de 1942, Peñaranda admitió que los pagos secretos de indemnización a la Standard Oil se habían iniciado en 1937.
139-En la conferencia de Río de Janeiro, después de que Bolivia había alcanzado un acuerdo formal con los EE.UU. por la expropiación de la Standard Oil, los préstamos de los EE.UU. del Banco de Exportaciones e Importaciones (Ex-Im) siguieron rápidamente. Lehman, op. cit. p. 78.
140-G. Bedregal, Víctor Paz Estenssoro, El Político (1999). p. 134.
141-W.Q. Morales, Breve Historia de Bolivia, 2003, p. 117.
142-Abecia Lopez, p. 195-196. Abecia López se refiere al “fascismo” de los Cuadros Quiroga, p. 197
143-M. Baptista Gumucio, p. 8. Su libro ofrece más detalles sobre el autor del documento fundacional del MNR. “Hochschild dijo ser , por el gobierno socialista lo que (el barón de estaño) Patiño había sido por los partidos tradicionales: El maestro” (p. 180) “Todos vimos cómo los advenedizos judíos contribuyeron a la afirmación de la fe democrática” (p. 191). La nuestra era la “lucha contra el socialismo, el instrumento de las finanzas internacionales” (p. 193). Las ideas liberales penetraron en Bolivia a través de la masóneriía internacional, un internacionalismo de disolución “con una dosis del judaísmo, que estaba surgiendo en todas partes” (p. 195). “No podemos construir nuestra identidad como nación, atados a la ideología universalista que acaba de nacer en nuestro país (p. 196).
144-Impreso en su totalidad en Bedregal G., op. cit. p. 99.
145 En 1983, Walter Guevara Arze, un autor intelectual del MNR y luego de un libro Bases para replantear la Revolución Nacional (1988), en la televisión nacional boliviana llama el documento de 1942 una versión criolla de Mein Kampf de Hitler “.
146-Op. cit. p. 105.
147-Bedregal, op. cit. p. 72.
148-Eduardo Cuadros Arze, op. cit.
149 Ibíd. p. 78.
150 Sobre la masacre de Catavi, cf. Lora, XXI, cap. V; también S. Sandor John, op. cit. , pp 80-83.
151-No se concentraron en la AFL-CIO, hasta 1955. Según M. Grindle, p. 101, el movimiento laboral de EE.UU. en los años previos a la revolución del MNR 1952 jugó un papel importante en la explicación de la política boliviana en los EE.UU. (laa AFL y el CIO acabaron por enviar 5,000 dólares a las familias de los muertos.)
152-Lora, XXI, p. 284. No se planteaba solo ayuda; Watt pidió un “mandato de 25 años” para modernizar la economía boliviana. Lehman, op. cit. p. 79.
153-Lehman, op. cit. p. 79.
154-L. Ruta y J. Bratzel, en su libro The Shadow War (1986), p. 380, afirman que “los EE.UU. fue capaz de verificar que los agentes … SD y oficiales del ejército argentino habíam conspirado con los nacionalistas de Bolivia en el derrocamiento de Peñaranda.” Lora (XXI, pp 349-354) también sostiene que los golpistas eran pro- Eje. El retrato de Villaroel por Lora es el XXI, pp 355-357. Por su parte. EE.UU. Secretario de Estado Cordell Hull, en enero de 1944 el MNR se describe como “nazi” y trató de vincular el MNR a Perón.
155- Después de la revolución del MNR en 1952, se unió a la Falange de Bolivia. La Falange había participado en el golpe de Estado, al menos en Cochabamba. Elías Belmonte, uno de los fundadores de RADEPA y un opositor tenaz del MNR, fue diputado Falange en el Parlamento.
156-La APRA populista de Haya de la Torre en el Perú se dividido sobre la cuestión de los nazis en el gobierno de Bolivia
157-Klein, Political Parties, p. 201.
158-Montenegro, que se convirtió en ministro de Agricultura, estuvo profundamente involucrado en el golpe. Según Abecia López (op. cit. P. 215) le había dicho a la embajada de EE.UU. que estaba siendo pagad por Alemania, pero que cambiaria de lado si se le pagó lo suficiente.
159-Joseph, Perón (1983), p. 58.
160 Sobre Paz Estenssoro y sus relaciones con el régimen argentino en este período. cf. Beatriz Figallo, “Bolivia y la Argentina: los Conflictos Regionales Durante la Segunda Guerra Mundial”, en Estudios Interdisciplinarios de América Latina y El Caribe, vol. 1.7. Paz fue galardonado en Buenos Aires en julio de 1943. Figallo afirma que antes de 1943, Paz Estenssoro fue distinguido por su culto del nazismo y sus frecuentes visitas a la legación alemana en La Paz. De acuerdo con Lora (XXI, p. 251) la Confedacion de Trabajo de América (CTLA), bajo la influencia de los estalinistas y Lombardo Toledano, afirmó que existía un vínculo entre la conspiración golpista argentina de junio de 1943 y el golpe Villaroel de diciembre.
161-Klein, Political Parties, p. 372.
162-Otras organizaciones fascistas, además de la Falange, que estaban activos en Bolivia en estos años fueron la Acción Nacionalista Boliviana, Estrella de Hierro y el CEHGA (Centro de Estudios Históricos Geográficos Andinos).
163-Una serie de negociaciones entre el gobierno de Villarroel y los EE.UU. se produjo sobre los precios de las materias primas, y especialmente de estaño. Segun el embajador de Villaroel en EE.UU. Victor Andrade., Bolivia solicitó un aumento en el precio del estaño específicamente para los salarios de los trabajadores, a raíz de las condiciones escandalosas en las minas, reveladas a la opinión internacional después de la masacre de Catavi. Cf. V. Andrade, My Mission for Revolutionary Bolivia, 1944-1962 (1976), p. 31. Los EE.UU. estaban de acuerdo para elevar el precio de estaño de 0.62 dólares por libra a $ 0.635. A lo largo de la guerra, Bolivia vendía caucho a los EE.UU. por $ 2 por libra, cuando la Argentina estaba ofreciendo $ 5.
164-V. Andrade. Op. cit. (P. 49) escribió: “A los Welles, los Braden y otros funcionarios de EE.UU. de su calaña, el fusilamiento de diez civiles sacudió los cimientos de la civilización” (en contraste con la tolerancia de la masacre de Catavi de finales de 1942). Andrade, por su parte, era un miembro del grupo de extrema derecha Estrella de Hierro. Abecia López (op. cit. P. 241) argumenta que la célula totalitaria de RADEPA se extendío a los jefes de policía nacional y departamental.
165-Cf. Juan Sandor, op. cit. pp 87-90.
166-Lora (XXI, p. 363) considera el Congreso como “uno de los acontecimientos más trascendentes en la historia social boliviana.”
XXI 167-Lora, p. 92.
168-De 1945 a 1949, la política de EE.UU., respaldados por grandes reservas de estaño acumulado durante la guerra, mantiene la tapa en el precio del estaño. Con el inicio de la Guerra de Corea en 1950, así como las insurgencias en Malasia Briticanica e Indonesia, el precio subió a $ 2 por libra, o casi de 300%. La postura de EE.UU. reforzó el atractivo del MNR. Las minas empleaban sólo el 3,2% de la fuerza laboral boliviana, pero produjo 25% del PNB, y el 95% de las divisas de Bolivia. (Lehman, op. Cit. P. 97.)
169-Según Knudson, op. cit. p. 128, de Augusto Céspedes en una entrevista de 1973 había negado cualquier vínculo especial con Perón. Pero cf. los artículos de Zanata y Figallo por delante.
170 Lora, XXI, pp 368ff.
171-C. Montenegro, Nacionalismo y Coloniaje, 1953, p. 28.
172 Ibíd. p. 53.
173 Ibíd. p. 77.
174 Ibíd. p. 158.
175 Ibíd. p. 161. José Ballivián (1805-1852) fue un militar en la guerra de independencia y más tarde presidente de Bolivia, José María Linares (1808-1861) fue otra figura militar y caudillo, y presidente de Bolivia 1857-1861.
176-Guillermo Lora, Fué Revolucionario Carlos Montenegro? (1965), p. 49.
177 Ibíd. pp 53-54, 56.
1918 178-La obra de Oswald Spengler Decadencia del Occidente se basó en una metáfora biológica de subida y bajada de la juventud a la madurez a la senectud; la interpretación biológica de la raza parece haber sido el legado de Spengler a Montenegro.
179 Ibíd. pp 64, 68.
180 Citado en López Abecia, op. cit. p. 280.
181 Ibíd.
182-En Grindle, M. Ed. op. cit. pp 125-26, 129. Montenegro y Paz Estenssoro, como compañeros de exilio en Buenos Aires, todos los días discutidieron el libro de Montenegro como él lo escribía: “… lo esencial fue el descubrimiento y la realidad vivida por las contradicciones sociales de los partidos sobre la base de la separación entre el pueblo (la nación ) y los aristócratas de sangre … y el dinero (el anti-nación). (Bedregal G., op. cit. p. 251)
183 Ibíd. p. 382.
184-G. Lora, XXI, 415.
185 El siguiente resumen de la Tesis de Pulacayo se extrae de S. Sandor John, op. cit. pp 92-94.
186 Ibíd. 94-95.
187 Ibíd. p. 95.
188-G. Lora, XXI, p. 373. Sandor John, op. cit. p. 98.
189-Con la capitulación abyecta del PIR al dominio de la Rosca, la influencia de la CTAL internacional de Lombardo Toledano desapareció junto con ella. En junio de 1950 y el Sexto Congreso de la FSTMB la federación sindical rival estalinista, la CSTB, prácticamente había desaparecido.
190-A través de todo esto, sin embargo, tales eminentes periódicos estadounidenses como el Washington Post siguieron refiriendo al MNR como “nazi”.
191-Klein, Political Parties, p. 395. También en 1950 un estudio realizado por la embajada de EE.UU. llegó a la conclusión de que el MNR y el ejército fueron el principal baluarte contra el comunismo, y el pasado fascista del MNR y el nacionalismo ya no eran problemas. (Lehman op. cit. P. 95). 1950 también vio la visita de la Comisión Keenleyside, que trató de dibujar un perfil de la economía boliviana en vista de futuras ayudas, una vez más refleja preocupaciones de los EE.UU. sobre el acceso a materias primas bolivianas. (Ibíd.) Lanzado en 1951, el informe de la comisión fue crítico del gobierno Urriolagoitia, como opinión informada en el Oueste cada vez más se dio cuenta de la inviabilidad del status quo, y el potencial del MNR como la única solución, una vez que el gobierno de los EE.UU. había concluido que no hubo influencia comunista o peronista. Aferrando a analogías, el informe Keenleyside comparó el MNR a Kerenski y vio el centrista Lechín como Lenin (ibíd.).
192-Según el biógrafo principal de Paz, los dirigentes del MNR en el exilio estaban estudiando la Revolución Mexicana y hasta la Revolución Rusa. (Bedregal G., op. Cit. P. 249). También eran casi inmunes a la influencia al “justicialismo” de Péron en el ambiente circundante. De acuerdo con Labor Action, el periódico semanal de la estadounidense Independent Socialist League dirigido por Max Schactman, (4/7/52), el POR respaldó la peronista Congreso de Sindicatos de Trabajadores, organizada por agentes de Perón en Asunción.
193 Ibíd. p. 401.
194-Para tener clara la perspectiva regional, hay que señalar que en noviembre de 1951, Juan Perón fue reelegido presidente de la Argentina con el 62,4% de los votos. Perón, sin embargo, no había respaldado el MNR en las elecciones de febrero 1951.
195-A sólo siete semanas después de la revolución, Paz Estenssoro autorizó la apertura de un colegio de la fuerza aérea en Santa Cruz para reconstruir las fuerzas armadas destrozadas. El Colegio Militar reabrió en 1953 para formar una nueva generación de oficiales nacionalistas. Mostrando la continuidad de la influencia aléman pre-Segunda Guerra Mundial , Marcos Domich (en Militares y Revolución en la contrarevolucion p. 50 (1993) escribe: “Los altos mandos de los ejércitos aliados absorbieron a partir de fuentes fascistas toda una serie de justificaciones, la teoría y los modelos de conducta y … adquirió el “valores” de los muertos. Domich (p. 55) considera que el origen de la doctrina de “seguridad nacional” posterior fue en la obra de los teóricos alemanes como Ritter, Raetzel, Haushofer, Kjellen y Mackinder, es decir, la escuela notoria geopolítica anglo-alemana.
196 “Otros grupos se basaron en la COB para resolver problemas que, en otros lugares, han sido la provincia de funcionarios del gobierno”. Sandor John op. cit. p. 120. Lechín fue nombrado Ministro de Minas y Petróleo.
197-Dunkerley, op. cit. p. 42. Esto no fue un estallido único. Labor Action
(18 de agosto de 1952) dijó: El POR “trotskysta” también habla en frases vacías revolucionarias de la “revolución de los trabajadores” del 9 de abril, sobre la lucha entre la “izquierda” y “derecha” alas del partido nacionalista, – mientras que los elementos sindicales protestan contra la “clase de opresores judíos” y exigen la “libertad de pogromos”, y esto esta en contra de unos pocos empresarios judíos pequeños, los propietarios de pequeñas fábricas – esta es la “madurez’ “del proletariado boliviano, que respalda totalmente el partido Nacionalista, mientras que el POR trotskista apoya no sólo el “ala izquierda” del MNR encabezada por Lechín, sino también el gobierno de Paz Estenssoro.
198-Otra vez (vease la nota 191) el estudio de la embajada de EE.UU. que concluye que el MNR es un “baluarte” anti-comunista. Lehman, op. cit. p. 95. De hecho, los EE.UU. estaba llegando a considerar el MNR a ser la única solución. Tal fue la rapidez de la nueva versión ideológica en el inicio de la Guerra Fría. Del mismo modo, el informe Keenleyside de las Naciones Unidas en 1951 había puesto de relieve los problemas estructurales de Bolivia y hizó fuertes críticas al gobierno Rosca. Comparando el MNR a Kerenski (!), le dio un certificado de buena salud, libre de la influencia comunista o peronista.
199 – “Un fenómeno político que no podía ser ajeno a Paz Estenssoro fue el del general Juan Domingo Perón. El “justicialismo” argentino fue una simbiosis peculiar de ejército y de trabajadores que expresó una nueva realidad para la Paz y su partido. Perón fue la vanguardia de una lucha de primera línea contra la oligarquía agraria … y la presencia de manipulación de los interes EE.UU. El justicialismo combinó categorías políticas del marxismo y otros aspectos del sindicalismo británico y el reformismo social del PRI mexicano “G. Bedregal, op. cit. p. 251.
200 En la estrategia general peronista de un anti-comunista “tercera posición” independiente de Washington y Moscú en el Cono Sur, cf. L. Zanata / M. Aguas, “Auge y declinacion de la posicion Tercera. Bolivia, Perón y la Guerra Fría, 1943-1954. “En Desarrollo Económico, vol. 45, N º 177, (abril-junio de 2005). Figallo Beatriz. “Bolivia y Argentina: los Conflictos Regionales Durante la Segunda Guerra Mundial. En Estudios Interdisciplinarios de América Latiny El Caribe. 1996. Vol. 1.7.
201-Cf. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y El Caribe. Figallo Beatriz. “Bolivia y Argentina: los Conflictos Regionales Durante la Segunda Guerra Mundial. En Estudios Interdisciplinarios de América Latina y El Caribe. 1996. Vol. 1.7.
202 Ibíd. p. 54.
203-Después de visitar Bolivia en la comisión investigadora de Catavi, que hubiera dado a conocer la situación abismal de la fuerza de trabajo asalariado que, Worth del AFL había pedido un “mandato de 25 años” para recuperar la economía boliviana (Lehman, op. cit. p. 81.). Bolivianos resentían la “decenas de expertos de América del Norte y agregados diplomáticos que descendieron en su país durante la guerra.” (Ibíd. p. 89).
204-Además de estaño, petróleo y gas natural, incluyeron plomo, zinc, cobre, tungsteno y bismuto.
205-Dunkerley, op. cit. p. 57.
206-Labor Action, 12/8/52. La mayoría de citas posteriores de Labor Action se encuentran en el folleto de la League for the Revolutionary Party (LRP) “Bolivia: The Revolution the Fourth International Betrayed”, disponible en línea en
http://www.lrp-cofi.org/pamphlets/bolivia1letter.html
207-La batalla de propaganda entre la campaña de relaciones publicas bien financiadas la Rosca y el gobierno boliviano se cuenta en Víctor Andrade, op. cit. pp 135-146.
208-G. Bedregal, op. cit. p. 350.
Juan 209-Sandor, op. cit. pp 143, 146.
210-Bedregal, op. cit. p. 448.
211 Ibíd. p. 451.
212 Ibíd. p. 455.
213 Ibíd. p. 458.
Juan 214-Sandor, op. cit. p. 123.
215-Dunkerley, op. cit. p. 57.
216-He dejado una discusión teórica de Trotsky y las vicisitudes del trotskismo post-Trotsky al apéndice, a fin de no cargar excesivamente el texto principal.
217-Sandor John, op. cit. p. 89.
218 Ibíd. p. 135.
219-Labor Action 12/22/52.
220 Ibíd. p. 136. La mayoría del material sobre en papel del POR a partir de 1952 es de esta fuente.
221 Ibíd. p. 137.
222-El POR, a raíz de estos acontecimientos, entró en una crisis interna en 1954-55. La crisis estuvo relacionada con la división en la Cuarta Internacional trotskysta de 1951-1953 oponiendo Michel Pablo y Ernest Mandel al trotskysta norteamericano James Cannon. Guillermo Lora intentó evitar alinearse con una o otra facción. La facción pro-Pablo no entró en el MNR. La gran mayoría de la facción de Lora optó por el “entrismo” en el MNR, aunque Lora rompió sobre la cuestión del entrismo en el último momento.
223-Una analogía aproximada, de hecho. El POR nunca entró formalmente al gobierno del MNR, aunque sus miembros ocuparon puestos en ella; el POUM negó con vehemencia que era trotskista, mientras que el POR alegó que lo era. Cf. Burnett Bolleton, La revolución española (1979), pp 381-383. “En su polémica con los trotskistas del POUM sostuvieron que su presencia en el gobierno catalán fue un paso de transición hacia el poder absoluto de la clase obrera … (para los trotskistas esto) … era incompatible con la participación del POUM en un gobierno que … decretó la disolución de comités de los trabajadores … ”
224-La información de este apartado se basa en Lehman, op. cit. pp 109-124.
225-Cf. Mis Artículos en el sitio Break Their Haughty Power http://home.earthlink.net/ ~lrgoldner : Introduction to the Johnson-Forest Tendency and the Background to ‘Facing Reality” (2004); Facing Reality 45 Years Later; Critical Dialogue with CLR James/ Grace Lee / /Pierre Chaulieu (2002); Max Eastman: : One American Radical’s View of the “Bolshevization” of the American Revolutionary Movement and a Forgotten, and Unforgettable, Portrait of Trotsky (2006) and “The Situation of Left Communism Today: Interview with the Korean SaNoShin Group (2008).
226- “In the internal politics of the Party these methods lead, as we shall see below, to the Party organisation “substituting” itself for the Party, the Central Committee substituting itself for the Party organisation, and finally the dictator substituting himself for the Central Committee…” This quote is from Trotsky’s Our Political Tasks (1904), a text rarely referred to by Trotskyists
226 – “En la política interna del Partido estos métodos conducen, como veremos a continuación, la organización del Partido” a sustituirse al Partido, el Comité Central a sustituirse a la organización del Partido, y, finalmente, al dictador a sustituirse al Comité Central … “ Esta cita es de Nuestras Tareas Políticas de Trotsky (1904), un texto raramente mencionado por los trotskistas. Cf. http://www.marxists.org/archive/trotsky/1904/tasks/ch03.htm
227 – “Hacia la crítica de la filosofía hegeliana del Derecho: Introducción”, en L. Easton / K. Guddat, Writings of the Young Marx on Philosophy and Society. (1967), p. 251.
228-Desde http://www.marxists.org/archive/marx/works/1852/germany/ch06.htm
229-León Trotsky, History of the Russian Revolution, Londres 1967 pp 26-28.
230 Las variedades proliferaron en las décadas ulteriores.
231-Cf. los libros notables de Ngo Van, Vietnam, 1920-1945 (en francés, una revisión resume el libro en Inglés: lrgoldner http://home.earthlink.net/ ~ / vietnam.html) Véase también la traducción en inglés de su autobiografía In the Crossfire: Adventures of a Vietnamese Revolutionary, AK Press 2010), que detalla las masacres de los trotskistas por los estalinistas de Ho Chi Minh en 1945 y posteriormente.
232-Sandor John, op. cit. 94-95.